The winter we fell in love ◌ (StrayLix)

Capitulo 8

"Un arcoiris en un dia nublado"

El día había comenzado horrible.

Por la mañana tenía cita con su odontólogo, sin embargo, al quedarse dormido por la falta de su alarma; llegó tarde y no le atendieron hasta dos horas después que su dentista se desocupó.

Para cuando dieron las dos de la tarde, decidió pasar a comer algunos pancakes para subir sus ánimos, pero todo salió mal al ser tratado de forma grosera en aquel local al que había entrado, yéndose aun mas enojado de ahi.

Aparentemente hoy seria uno de esos días donde el sol brillaba demasiado, hacía calor, y la gente soltaba mucho ruido.

Por momentos así, su animo decaía y entraba en un cuadro depresivo donde nadie podía sacarlo en días.
Se tomaba las cosas demasiado personal, y días como estos le hacían cuestionarse su existencia.

Pero solía excusarse con un "Es porque soy piscis", y tratar de seguir con su día.

Decidió regresar al departamento que compartía con sus amigos; poniendose un poco más de malas al ver tan feliz a su hyun Bang. Veía el lugar demasiado limpio y le hacia sentir incómodo.

Para cuando la noche cayó, seguía descansando en su habitación; escuchando melodías que le hacían sentir vivo.

Subiendo un poco sus ánimos y decidiendo prepararse algo de comer dulce bajó a la cocina para complementar aquel buen sabor de boca que le había provocado escuchar sus canciones favoritas.
Arrepintiéndose al segundo de haber bajado al no encontrar absolutamente nada dulce para su exigente paladar.

Estaba por tomar como última opción de salvavidas, un baño caliente; cuando tres golpes en la puerta acapararon su atención.

Tenía entendido que llegaría algún familiar de Bang, o eso había escuchado.

Sin embargo al abrir aquella puerta; se encontró con un joven rubio (bastante guapo a su parecer), quien le veía expectante a su reacción.

–Hola... –escuchó de su parte decir y un escalofrío recorrió su espina dorsal con ímpetu.

De acuerdo, su voz no iba de acuerdo a su persona; pero definitivamente había movido algo dentro de el.

–Ey. –respondí con flirteo regresando una sonrisa, moviéndome a un lado para que pasara. –¿Vienes por Bang, cierto?

Tal vez podría intentar coquetear un poco con aquel lindo rubio.

–Si, ¿está en casa?

Respondió y entonces cuando aquel desconocido entró, noté como cargaba en sus pequeñas manos dos cajas de pasteles, y olvidando mi objetivo principal me dispuse a ir por aquellos otros dulces.

–¿Es para nosotros? –pregunté con emoción ignorando por accidente la pregunta antes dicha y con cuidado, acerque mi cuerpo a el; exigiendo aquellos dulces bocadillos.

–Por supuesto. –sonrió el rubio. –no sabía de que sabor les gustaba a cada uno; así que compré cada sabor que se me vino a la mente.

Aclaró mientras abría aquel empaque blanco con rosas verdes por diseño. Pude sentir como mi estrés se esfumaba como humo en menos de cinco segundos.

Antes de responderle, me entregó la pequeña caja. Al abrirla, noté como varios pasteles venían en pequeños empaques con el mismo diseño que el mas grande.

Narrador omnisciente.

–¡Red velvet! –exclamó, asustando al mas pequeño quien después de dar dos pasos hacia atras soltó una linda risa cantarina. –Me alegro que te guste. Puedes escoger los que gustes.