𝕮𝖆𝖕í𝖙𝖚𝖑𝖔 ¹¹

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Los chicos dieron por terminado el juego, asumiendo que ya estaban muy borrachos.

Si bien, a Gustav y a Georg les sorprendió que a pesar de haberles gritado a los gemelos un; ¡Era broma, no tienen que hacerlo! estos continuaron y se besaron. Gustav le echo la culpa al alcohol, pensando que los gemelos habían exagerado al igual que Georg, quien apenas se recordaba en donde estaba parado.

Gustav y Georg se fueron y para suerte del primero, Georg estaba más "sobrio" que la última vez.


✭✭✭✭✭


_..Que duermas bien - le dijo Tom a Bill, ambos estaban frente a la puerta de la habitación del menor.

_Si.. Tú, igual.. - éste se mordió el labio inferior, de forma nerviosa.

Ambos se despidieron más ninguno se retiró, permanecieron uno frente al otro sin decir palabra, esperaban que sucediera algo, que uno de ellos se animara a hablar o simplemente que uno tuviera la voluntad suficiente para retirarse. Pero los minutos fueron pasando, los pensamientos acosaban a ambos muchachos y una pequeña pelea interna se desato en ellos.

_Bill, yo...

_Vete a la mierda - Tom se quedo perplejo sin saber que el menor no le estaba hablando a él, si no que estaba mandando a la mierda todos sus pensamientos y junto con ello un impedimento...

Bill se abalanzó hacia Tom, agarrándole el rostro y fundiendo sus labios con el de éste. Al príncipio el de trenzas no supo como reaccionar ¡Pero, vamos! seria bastante tonto si no hubiese correspondido el beso y Tom no tenía ni un pelo de tonto.

Estaba pasando precisamente, lo que ambos querían que pasara:

Besar al otro sin ser rechazado.

Tom metió a Bill dentro de la habitación, empujándolo de una manera un tanto brusca contra la puerta, cerrándola de paso, ambos continuaban el beso sin perder el contacto más de lo necesario, el mayor aprisionaba con todo su cuerpo al de rastas, mientras ambos luchaban por dominar la cavidad bucal del otro, mandando a la mierda toda la ética moral que les había enseñado su madre.

Entre pequeños tropiezos y pasos torpes se dirigieron hacia la cama, Tom deposito a Bill sobre ésta deshaciendose rapidamente de la parte superior de su ropa, dejando ver al menor su figura en la penumbra, en la cual se lograba distinguir la trabajada musculatura del muchacho.

Bill solto un suspiro, imaginandose a su hermano debajo suyo jadeando y gimiendo su nombre en cada estocada que daria dentro de él y con eso en mente invirtio la posicion quedando arriba del de trenzas.

Por otro lado Tom le resto importancia, a la accion de su gemelo, ya que estaba acostumbrado a que las mujeres hicieran maravillas encima suyo, para luego encargarse él mismo de la situación.

Bill, que se encontraba a cuatro patas sobre Tom, bajo la cabeza llevando sus labios al cuello de éste, besando y succionando esa zona, mientras que el mayor con las manos inquietas acariciaba la cintura del chico por sobre la ropa, hasta lograr meterlas por debajo de ésta. Sus manos descendieron de la cintura para abajo tocando el borde del apretado pantalón que usaba el chico que estaba encima de él, de un momento a otro sus dos manos estaban tocando el trasero respingon del muchacho, ese trasero que no paraba de mirar, disimuladamente, cada vez que se encontraban en algún lugar de la casa y el mismo que lo atormentaba en sus sueños.

Bill sentía las caricias que le brindaba su hermano y cuando sintió como le agarraba ambos glúteos y estos eran apretados, fuertemente, no pudo evitar morderle el hombro al chico y restregarse en él soltando un leve quejido, continuo su labor bajando al pecho, depositando pequeños besos y siguio bajando hasta los abdominales bien marcados de éste, jugueteando con el borde de los pantalones de Tom para luego separarse sentándose encima de él, desabrocho sin prisa alguna la prenda, muy contrario a como se encontraba el de trenzas que con tan solo ver lo que hacia su gemelo todo su sistema se aceleraba y de prisa tenía bastante.

La sensación de la lengua y de los labios de Bill recorriendo todo su torzo, había sido mejor que en todos los sueños que había tenido o en todos los pensamientos impropios que solían apoderarse de su mente.

Niñero By Sira483 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora