Capítulo 5: Cuidar y proteger

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El agua bañando su rostro terminó por alejar todo posible rastro de cansancio que se aferraba a él. Elevó la mirada, topándose con su propio reflejo en el espejo. La imagen que este le devolvió lo preocupó un poco. Había perdido peso...quizá más de lo que era considerado medianamente saludable. Como prueba de ello, sus mejillas habían casi desaparecido, dejando como único vestigio la piel que marcaba sus pómulos. Su piel también había sufrido los estragos de su debilitada salud; lucía más pálida, un tono enfermizo tiñéndola, resaltando unas oscuras ojeras que enmarcaban las curvas bajo sus orbes. 

Por la Diosa Luna, lucía terrible. 

Quizá la única razón por la que Trunks no se había alarmado tanto, había sido debido a que no lo había visto desde hace mucho y no tenía una idea de cuál era su aspecto normal. 

Y vaya que agradecía eso...de lo contrario, estaba seguro que no lo dejaría regresar a su departamento jamás. 

Soltó un suspiro y quitó la mirada del espejo, posándola de inmediato sobre la ropa que Trunks le había prestado para que pudiese irse, ya que lo único con lo que había venido era la ropa de su trabajo y aquella no era del todo cómoda. El alfa había tenido que buscar muy profundamente en su armario para encontrar algo que le quedase medianamente bien, ya que, la diferencia de tamaños era muy clara: Trunks, por su misma condición de alfa había crecido bastantes centímetros y, al mismo tiempo, sus músculos se habían tonificado más. Él, por el contrario, al ser un omega, había conservado casi su misma estatura de hace cinco años y su cuerpo tendía a ser más delgado y curvilíneo. Por naturaleza, sus contexturas habían dejado de parecerse. 

Por ello mismo, la ropa que el alfa traía de su viaje le resultaba inútil y tuvo que buscar algo que hubiese quedado en su armario de hace cinco años. 

Tomó la sudadera beige y se la puso sin pensarlo demasiado; lo mismo con el pantalón negro de buzo. Ajustó las zapatillas y se dio una última mirada en el espejo de cuerpo completo que descansaba en el otro rincón del baño. Le quedaba bien. Quizá mejor de lo que hubiese esperado. 

El aroma de Trunks era apenas perceptible en aquellas prendas, seguramente porque había pasado mucho tiempo desde que se las había puesto por última vez. Hasta ese momento, le había sido imposible distinguir que elementos conformaban el aroma del alfa, lo cual era sumamente extraño considerando que había estado varias veces cerca a él. 

¿Estaría utilizando algún tipo de supresor? Pero ¿Por qué? 

--Goten.--Espabiló cuando escuchó unos tenues toques en la puerta.--El desayuno ya está listo. Te espero. 

--Ah, sí ¡Ya salgo!

Rápidamente, terminó de arreglar su cabello y recogió sus cosas. Salió del baño de la habitación y guardó su ropa doblada una mochila que Trunks le había ofrecido para llevar sus cosas.  

Cuando llegó al enorme comedor, el alfa terminaba de acomodar lo que parecía ser una canasta de pan en el centro de la mesa. Al notarle, le dio una mirada de pies a cabeza, una sonrisilla dibujándose sobre sus labios. 

--Vaya, la ropa te quedó muy bien.--Afirmó al tiempo que se acercaba a él y lo acercaba a la mesa.--Ven, es hora de comer. 

Goten abrió los ojos con sorpresa al notar tal abundancia servida. Había de todo: Frutas picadas, panes de distintos tipos, jugo, cereales, waffles, leche, yogurt y mucho más que, en su rápido escaneo, no alcanzó a distinguir. 

--Wow ¿Tú preparaste todo?

--No, claro que no.--Se apresuró a aclarar.--Esto sí tuve que pedirlo. Soy bueno cocinando, pero no tanto.

Dearly last days [Truten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora