13.

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Hoy me despertaba con más pesadez que ayer. Me quede hasta tarde hablando con Martin aunque creo que me reconfortó mucho nuestra charla.

Era un día de locos, no parábamos ni un segundo. Odio los miércoles, más que los lunes y es mucho decir.

Había decidido mostrarme como me estaba sintiendo, como un desastre. Así que me puse unos pantalones de chándal negros que tenía al fondo del armario que nunca había utilizado y una sudadera negra. No me maquille, por primera vez que estaba en el concurso, por lo que me notaba rara.

-Buenos días Kiki -abracé a la británica- You look amazing.

Me estaba arrepintiendo de mis pintas, ¡Por qué la gente iba hoy tan guapa! Encima que ahora tocaba fitness, luego que se pondrán ¿Un vestido de gala?

-Parece que vas de luto -me cogió Omar  para abrazarme-

-Lo estoy -busque rápidamente la cámara que estaba enfocando la cocina- La muerte de chocolate -dije ya que nunca nos habían dado- Me está afectando bastante, traernos algo dulce.

-Hacer caso a la pequeñina -se unió Juanjo a mis súplicas poniendo cara de pena- Mirad que pequeña que es -agarrándome los mofletes- No le hagáis sufrir más.

-Juanjo, no hace falta ha ridiculizarme -le conteste dándole una colleja tras acabar nuestra petición-

-Es que si eres la pequeña hay que aprovecharte, que darás más pena.

-Es pequeña para lo que quiere -dijo Alex intercediendo en nuestra conversación abrazándome por detrás-

-¿Pero que dices tú ahora? -dije riéndome para restarle importancia ante las cámaras-

-Creo que sobró, os dejo chicos -me miró pícaramente Juanjo antes de irse-

-¿Qué os pasa hoy a todos?

-Buenos días rockera - me respondió dejándome un suave beso en mi cabeza-

Tras esa extraña situación y un escueto desayuno puesto que nos tocaba clase de Toni Hinojosa, me fui rápidamente a la clase de este porque sino iba a llegar tarde.

La clase había sido divertida, habíamos estado jugando a pasar por debajo de las piernas por equipos haciendo una competición o jugando a atrapa la botella.

-No puedo más -dije tirándome en las escaleras como era habitual tras esta clase-

-Hoy no hemos hecho casi nada de ejercicio, no te puedes quejar.

-Omarch, cállate. Tú estás acostumbrado hacer tanto ejercicio físico por las oposiciones a bombero.

-¿Y tú en ballet no hacías tanto deporte?

-Si, pero porque me gustaba lo que hacía.

-Prométeme, que si vuelves a hacer una competición o actuación de ballet me llamarás para que vaya a verte. La otra me encanto.

-Por supuesto -le conteste mientras esté me empezó a llenar la cara de besos-

-¿Pero que te gustó ella o la actuación? -hizo Martin una pregunta al aire mientras se marchaba-

Estaba avergonzada, era un claro ejemplo de tierra trágame de los muchos que vivía aquí. Omar posó su vista a una esquina y tras unos segundos se rió silenciosamente acompañado de un "Qué cabrón" casi inentendible.

Al momento vino Alex sigilosamente y me hizo cosquillas antes de marcharse corriendo. Repetí la acción pues esta batalla no la iba a perder, esta no. Además así podía salir de la situación incómoda que se había creado con Omar tras el comentario de mi queridísimo Martin.

ANGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora