ANGEL

16.

Sábado, lo que es igual a dos días para perder a uno.

Me dolía la cabeza, demasiado. Ahora mismo desearía estar en mi casa con mi hermana levantándome porque no había escuchado la alarma.

Quizás por eso seguía en la cama, esperando un "buenos días" de su parte acompañado de un "tienes el desayuno ya preparado, no tardes mucho que llegarás tarde a clase". La echaba tanto de menos, ojalá decírselo en persona otra vez.

Yo estoy acompañada de 14 personas pero ella estará sola. La soledad es una palabra que nunca me ha gustado pero tanto he vivido.

Mi hermana se fue cuando yo era muy pequeña a Madrid, supuestamente para buscar las oportunidades de trabajo que no encontraba en Galicia. Sin embargo, con el paso de los años me di cuenta que lo único que buscaba era escapar.

Escapar es una de las cosas que mejor se me da hacer. Toda mi vida he escapado de todo: desde pequeña cuando veía a un perro y me iba corriendo por el pánico que sentía. Luego escape de mi casa de Galicia mudándome a Madrid. Ahora estoy escapando de él.

Me levante de la cama tras el aviso de Kiki de que se me hacía tarde. Antes de nada me estiré pues hoy era un día duro, bastante.

Cuando fui a salir de la habitación para ponerme mi ropa de deporte, un brazo tiro de mi otra vez hacía dentro. No era un brazo cualquiera era su brazo.

Me envolvió en un abrazo del que me desprendí rápidamente. Solo necesitaba pensar y eso significaba aislarme aunque fuesen solo unos minutos.

-Alex, estoy bien de verdad.

Él noto que no lo estaba, que hacía tiempo que estaba mal aunque tratase con todas mis fuerzas evitarlo.

Me dispuse a volver a intentar salir de la habitación, aunque sus brazos sujetándome las caderas por detrás me lo impedía. Nuestros cuerpos estaban cerca, demasiado diría yo. Su cabeza se posaba en mi hombro en señal de apoyo.

-Cuenta conmigo siempre, pase lo que pase. -me sorprendió mientras sus labios se posaban en mis mejillas para luego dejarme marchar-

Mi cuerpo no se acostumbraba a la cercanía del suyo. Cada vez que nos separaban escasos milímetros había una sensación extraña, un escalofrío que me recorría todo el cuerpo y me dejaba inmovilizada.

Tras estar los escasos minutos que me quedaban antes de entrar a la clase de Toni cambiándome, me cogí una manzana para irme comiéndola por el camino pensando en el escalofrío de hacía ya unos minutos.

                                          (...)

-¡Vuelves por fin a nuestra mesa! -gritó emocionada Kiki ya que las últimas veces me había sentado en la otra-

-I'm back -dije sonriéndoles a todos-

-Aquí traidoras no queremos -bromeó Salma-

-Vaya, pues me tendré que cambiar a la otra -seguí bromeando levantándome de mi sitio-

-Es broma, yo te adoro, te hemos echado de menos.

-Y yo a vosotros.

Podría intentar negar que había estado más atenta a las charlas de mi mesa en lugar de estar mirando a Alex a Denna, pero eso sería mentir. Verlos tan juntos y riéndose me dolía. Me dolía porque veía una conexión, la misma que siento yo con Alex pero que seguramente él sienta con la rubia.

No podía competir aunque quisiese, solo había que vernos. Yo soy una chica insegura, que tragaba con todo sola y que cuando más lo necesita se aleja.
Denna es Denna, es indescriptible. Para mí radiaba tanto como un sol del que te ciega. ¿Y si ya a cegado a Alex?