-Bésame, Niall. Por favor -lo presionó ella, al tiempo que le acariciaba una mejilla.
No necesitó más incentivos. Con un movimiento impulsivo, le cubrió la boca con la suya y la abrazó hasta sentir sus senos aplastados contra el pecho. Luego le mordió los labios y la estrechó con la frustración de quien lleva toda una vida esperando un momento. Ese momento en concreto.
-Fernanda, ¿tienes idea de cómo te deseo?-murmuró Niall.
Ella asintió con un suspiro, echó la cabeza hacia atrás para exponer mejor su deliciosa piel y Niall saboreó su dulzura, trazando un sendero de besos por su cuello, bajando hasta adentrarse en el desfiladero de sus pechos. Cuando le acarició el sostén negro, notó que la respiración se le aceleraba.
Experimentó un deseo primitivo de poseerla de inmediato, con violencia y rapidez, para aliviar el dolor que castigaba sus ingles. Pero, extrañamente, necesitaba algo más de Fernanda; algo que no había necesitado de ninguna mujer antes.
Fernanda se estremeció entre los brazos de Niall y acercó su redondeado trasero a la potente erección de él. Luego se dio media vuelta y deslizó las manos por su torso mientras Niall le quitaba el sostén, las puntas de sus pechos erectas contra la tela de suave lencería.
-¿Sabes lo bonita que eres? -le preguntó con voz ronca, al tiempo que paseaba las manos por los costados de sus senos-. ¿Lo sabes?
Fernanda trató de responder, pero no logró articular palabra. Un río de calor líquido anegó su cuerpo, bajo el estómago y entre las piernas. Cerró los ojos y arqueó la espalda hacia atrás para ofrecerse...
Niall se agachó y cerró los labios sobre uno de los pezones, aún cubiertos. La mordisqueó y lameteó hasta hacerla estremecer, hasta hacerla gozar de las emociones más intensas y gloriosas que jamás había sentido... salvo aquella noche de hacía ya casi cinco años.Desabrochó el enganche del sostén con destreza para contemplar sus pechos desnudos y de nuevo volvió a absorber de sus cumbres rosadas. Fernanda notó el calor húmedo de sus labios, le mezo el cabello con las manos y lo atrajo aún más.
-Por favor, Niall -le imploró-. Te necesito.
-Yo también te necesito, preciosa -repuso mientras exploraba sus caderas-. Me estoy muriendo de ganas; pero he pensado mucho tiempo en este momento. Ahora eres mía y no voy a precipitarme...
Sus palabras la excitaron y atormentaron por igual. Y mientras ella pensaba que no podría soportar aquella tortura mucho tiempo, Niall siguió besándola y comenzó a acariciarle los muslos, las rodillas, los pies, hasta quitarle los tacones y las medias y volver hacia arriba, beso a beso, poro a poro.
Creyó que perdería el control al alcanzar el interior de sus muslos; después de subirle la falda, recorrió la frontera de sus bragas con un dedo travieso y luego lo introdujo en la humedad de su interior.
Fernanda gimió de placer, le clavó las uñas en la espalda y le exigió un nuevo beso en los labios. Niall la complació, la acarició con suavidad y siguió moviendo su mano bajo la falda de ella.
Entonces, cuando Fernanda recorrió su abdomen y descendió para desabrocharle el cinturón, Niall se quedó sin aliento. Luego le bajó la cremallera y rodeó su excitado sexo.
No podía esperar más. Se separó de ella, la levantó en brazos y la llevó hacia la cama. Cayeron juntos y rodaron en un amasijo de piernas y brazos fervorosos, luchando por terminar de desnudarse mientras seguían devorándose a besos. Incluso cuando Niall abrió el cajón de la cómoda para protegerse, sus miradas continuaron enlazadas.
- Niall -susurró Fernanda, instándolo a que se apresurara.
Este perdió el control y se situó sobre ella, entre sus piernas. La observó mientras se adentraba en la intimidad de su cuerpo y ambos exhalaron un gemido, mezcla de placer y de dolor.
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Quédate conmigo - Niall Horan -
FanfictionNiall Horan, con su encanto devastador, siempre había sido la fantasía sexual de Fernanda Smith. De modo que cuando a la tímida Fernanda se le presentó la ocasión, se las ingenió para seducirlo... y se marchó con un regalo inmejorable. Al reencontr...