-Dijiste que me ibas a llevar a casa -protestó Fernanda.
-Y te voy a llevar a casa -detuvo el coche, bajó y abrió la puerta de Fernanda-. A mi casa.
Esta trató de resistirse, pero Niall la levantó en brazos y la hizo olvidar lo que iba a decir. La llevó hasta la puerta de su taller, introdujo la llave en la cerradura y empujó con la cadera..
-¡Niall Horan, bájame de aquí ahora mismo! -exigió Fernanda cuando por fin recuperó el habla.
-No -denegó él. Luego la llevó al despacho, encendió la luz y la sentó en una silla-. Quédate sentada y escucha, Fernanda Smith Hamilton. Y presta atención, porque lo que voy a decirte no se lo he dicho nunca a ninguna mujer y no pienso repetirlo.
Fernanda se acomodó en la silla, enojada e intrigada al mismo tiempo, y guardó silencio.
-Nunca he tenido la necesidad de dar explicaciones a nadie -arrancó Niall agitado-. Lo que hago, lo que haya hecho, sólo es asunto mío.
- Niall...
-Me gustan las mujeres -prosiguió éste sin permitir que Fernanda lo interrumpiera-. No pienso disculparme por eso.
-No te estoy pidiendo...
-Calla y escucha. Me gustan las mujeres y he salido con muchas; pero eso no significa que me haya acostado con todas ellas. A pesar de lo que pareces pensar de mí, en realidad me he acostado con muy pocas, y nunca fue un rollo de una sola noche. Todas las mujeres con las que he estado han significado algo para mí -aseguró Niall , mirándola a los ojos-. Y tú me importas, Fernanda. Desde que nos vimos en el supermercado, he sentido algo por ti. No niego que en parte te desee y no pienso pedir perdón porque quiera acostarme contigo. Al menos soy sincero, que es más de lo que tú estás siendo conmigo.
-¿Qué quieres decir?
-Sabes muy bien lo que quiero decir. Tú te sientes tan atraída hacia mí como yo hacia ti. Ni tú ni yo queremos ser simples amigos, pero tú no tienes el valor de reconocerlo -repuso Niall -. ¿Quién te ha hecho tanto daño que no te deja vivir ni sentir?, ¿fue tu marido?
-Fue antes de que me casara, Niall -contestó Fernanda con los ojos cerrados, para que no se le saltaran las lágrimas-. Yo era joven... me dejé llevar por la emoción del momento... pero sólo fue...
No podía decirlo. Se negaba a convertir la noche más maravillosa de su vida en algo chabacano.
-Por favor, Fernanda - Niall se arrodilló frente a ella y le agarró las manos con delicadeza-. ¿Intentas decirme que tuviste una aventura de una noche?, ¿es eso?
Fernanda asintió y él la levantó de la silla, se sentó y la colocó sobre su regazo.
-No puedes castigarte tanto por algo así-Prosiguió Niall -. Son cosas que pasan.
-No a mí, no a la pequeña Fernanda Smith. Nunca había hecho algo parecido; ni lo he vuelto a hacer -dijo ella con la voz quebrada-. Pero eso no es todo; sucedió tan rápido... fue tan inesperado que....
-¿Que qué?
-Me quedé embarazada.
-¿Tyler? -preguntó Niall, estupefacto.
-Sí.
-¿Y el padre de Tyler? -quiso saber Niall, al tiempo que le daba un beso en la frente.
-El no... -Fernanda se quedó sin palabras.
-¡Cerdo asqueroso!
-No -se apresuró a decir ella-. Por favor, no me hagas más preguntas; sólo créeme: él no tuvo la culpa de nada.
A pesar de lo peligrosa que podía ser la conversación, Fernanda estaba segura de que Niall no sospecharía nada. Imaginaba que al día siguiente se arrepentiría, pero, en esos momentos, sobre el regazo de Niall, el día siguiente no existía; no había pasado ni futuro... sólo presente.
Se sentía segura al amparo de sus brazos, los cuales la rodeaban con ternura y delicadeza. El calor de su cuerpo la estaba derritiendo y el aroma de su loción de afeitar le penetraba los pulmones y despertaba un instinto primitivo imposible de postergar.
-Querías la verdad -arrancó Fernanda, después de girarse hacia él, al tiempo que le desabrochaba la camisa e introducía una mano bajo los pantalones de Niall -. Pues aquí la tienes. Quiero hacer el amor contigo. Quiero sentir tu boca sobre mis labios, tus manos sobre mi piel... y sobre todo, por encima de todo, quiero sentirte dentro de mí.
Por un interminable segundo, Niall juró haber oído mal, haberse imaginado que Fernanda le había pedido hacer el amor con él. No acertaba a moverse ni a decir palabra, temeroso de que, de hacerlo, despertara de un maravilloso sueño.
-Bésame, Niall . Por favor -lo presionó ella, al tiempo que le acariciaba una mejilla.
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Quédate conmigo - Niall Horan -
أدب الهواةNiall Horan, con su encanto devastador, siempre había sido la fantasía sexual de Fernanda Smith. De modo que cuando a la tímida Fernanda se le presentó la ocasión, se las ingenió para seducirlo... y se marchó con un regalo inmejorable. Al reencontr...