Quédate conmigo - Niall Horan -

Epilogo

EPILOGO

La primavera llegó pronto a Mullingar. En el jardín de Liam y Danielle florecían tulipanes rojos y amarillos, petunias blancas que prometían un espectacular despliegue de belleza en las siguientes semanas.

Coincidiendo justo con la boda, pensó Fernanda mientras se balanceaba en una mecedora de Danielle y acariciaba la cabeza del pequeño Nathaniel, moreno como su hermana Nicole, de ojos azules a diferencia de los de él, de color negro.

Danielle mecía a Nicole en los brazos, junto a Fernanda Smith. Si se quedaba embarazada en los siguientes dos o tres meses, pensó ésta, también ella tendría un bebé en primavera.

Niall le había prometido una boda por todo lo alto: por la iglesia, con la familia y los amigos. Todavía no podía creerse que había dimitido de su trabajo y que un camión de mudanza le estaba trayendo sus pertenencias desde Londres...

No podía creerse que de veras fuera a casarse con el hombre al que había amado toda su vida, se dijo sonriente.

De pronto oyó a Tyler reírse y sonrió aún más todavía. Había sido un poco embarazoso explicarle que Niall era su papá de verdad; pero lo único que le había importado al pequeño era que iba a quedarse en Bradford y que tenía un papá al que adoraba.

-Mamá, mira lo que hemos pescado -gritó Tyler de repente, el cual apareció secundado por Niall y Liam-. Tío Liam dice que vamos a limpiar la trucha para que no se mareen viendo la sangre.

-¡Qué detalle! -Comentó Danielle-. Parece que se quedaran a comer - añadió, dirigiéndose a Fernanda, quien consideraba ya a Danielle como una verdadera hermana, más que como una amiga.

-¡Qué raro! -exclamó entonces Liam, al oír el timbre de la puerta-. ¿Esperas a alguien, Danielle?

-Debe de ser la señorita Walters. Me pidió que contara mi experiencia como madre en el Club de Mujeres -respondió en tono resignado.

-Si quieres abro yo y le pongo cualquier excusa -se ofreció Fernanda.

Y, en efecto, con el pequeño Nathaniel aún en brazos, se levantó, abrió la puerta... y se quedó-perpleja:

-¡LOUIS! -exclamó al ver a Louis, tan guapo y fuerte como siempre.

-Vaya con la pequeña Fernanda Smith! -exclamó Louis a su vez-. Niall me había dicho que habías cambiado, pero no me hacía una idea de hasta qué punto... Entiendo que este renacuajo es de Liam y Danielle, ¿verdad? Ni siquiera Niall puede acelerar ese proceso -añadió con picardía mirando con pavor al bebé.

-Se llama Nathaniel -lo informó Fernanda-. ¿Por qué no entras y conoces a su hermana?

Louis la siguió y, al verlo llegar, Danielle se quedó tan asombrada como Fernanda anteriormente.

-¡Louis Tomlinson!, ¿cuándo has llegado? -le preguntó cuando por fin encontró la voz para hablar.

-Hace un rato -contestó mientras miraba a Nicole-. He alquilado una casita por el río.

-Voy a avisar a Liam y a Niall -dijo Danielle-. Nicole, cariño, dile hola a tío Louis. Mamá vuelve ahora mismo.

Y, antes de que. Louis pudiera protestar, Danielle le puso a la pequeña en el brazo derecho. Fernanda le guiñó un ojo a su amiga y puso a Nathaniel en el Otro brazo a Louis.

-Oye... espera... vuelve -protestó éste, mientras las dos mujeres se alejaban.

-Esta por no haber venido a nuestra boda-bromeó Danielle.

-Fíjate, tan grande y con miedo de un par de bebés -comentó Fernanda, sonriente-. ¿Crees que tiene posibilidades?

-Siempre se tienen posibilidades -aseguró Danielle-. Mira a Liam y a Niall -añadió sonriente.

-¿Qué pasa con nosotros? -preguntó Liam, seguido por Niall y Tyler, los cuales acababan de salir de casa.

-Tenemos compañía, muchachos. Ha venido el tercero de los Chicos Malos -anunció Fernanda--

-- ¡Tomlinson! -exclamaron Liam y Niall al unísono.

-En carne y hueso -dijo Danielle-. Pero más vale que se den prisa o se desmayará sujetando a los bebés.

Liam y Danielle avanzaron hacia el jardín para darle la bienvenida. Niall empezó a seguirlos, pero luego se detuvo un segundo, agarró a Tyler con una mano y a Fernanda con la otra y, antes de recibir a Louis, la besó.

-¡Qué bueno es estar en casa! -murmuró contra los labios de ella.

Tyler soltó una risotada al ver que su mamá se ruborizaba y ésta sonrió feliz... Feliz para el resto de sus días.

FIN