Capítulo 2

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Marginados de la sociedad.

Saturno Sarotte. Hora cero al reloj de arena.

Me muevo entre las suaves sabanas que tocan mi cuerpo; es delicioso sentir cómo me relajo de una manera increíble. No recuerdo la última vez que dormí así de bien, siempre que podía me quedaba dando vueltas en mi habitación después de la muerte de mis abuelos. Hago una mueca cuando mi estómago gruñe, preso del hambre; tengo una hambre de mierda que me comería lo que sea, absolutamente lo que sea. Sonrío al recordar que hoy pasaré el día con mis primas. Cada una tiene unos planes de locura que me dan ganas de meterlas en un centro para enfermos mentales; bueno, tampoco así, pero si siguen así de locas, no tengo de otra que hacerlo.

Abro los ojos y me doy cuenta de que la habitación está toda oscura; frunzo el ceño, ya que ahora recuerdo que nunca llegué a mi habitación, peor aún, nunca salí de la casa del árbol. Los recuerdos llegan de inmediato y mi respiración se acelera al recordar la luz, mis primas gritando, el sonido agudo. Cierro los ojos con fuerza para querer despertar; sé que esto es una pesadilla, uno de los sueños más horribles que he tenido en mi puta vida. Decidida, me levanto en medio de la oscuridad, no veo absolutamente nada, ni siquiera mi cuerpo; tropiezo con algo y me agacho para tocar qué es, parece ser una caja. Busco a los lados y respiro hondo al sentir unas paredes; busco como loca y después de unos minutos, sonrío cuando encuentro el interruptor de luz. Lo presiono y cierro los ojos de inmediato cuando me empieza a arder los ojos por la luz repentina. Joder, parece que llevó días sin ver la luz; siento que se me quieren salir los ojos, me froto la cara y después de un tiempo, abro los ojos para ver en dónde estoy.

Enarco las cejas al ver mi alrededor y empiezo a entrar en pánico; las paredes son blancas, hay un baño a la vista con un lavamanos, la cama dónde dormí no es tan grande, es solo de una pieza y esto parece una puta prisión de mierda.

Busco una puerta y veo que está a mi derecha; parece de metal, dudo que esté sin seguro, pero no me quedaré con las dudas, me acerco e intento abrir la puerta, parece que le pusieron seguro, aunque la parte de la llave está de este lado; la puerta está asegurada y yo no tengo la llave.

Corro hacia la cama y empiezo a buscar la dichosa llave, desordeno todo y grito cuando no encuentro nada; busco por toda la habitación y recuerdo que tropecé con una caja. La busco y está de al lado de la cama, es una caja de madera que no tiene nada alrededor de ella, está sellada y se ve nueva, como si la acabaran de colocar aquí; me agacho y agarro la caja, no pesa nada y no tengo dudas de que la llave está aquí adentro. La tiro al suelo haciendo que cruja por el golpe, la vuelvo a agarrar y hago lo mismo dos veces más hasta que siento el sonido del metal chocando contra el piso; agarro la llave y sonrío al ver la pequeña y curiosa llave con forma de reloj de arena. Acerco la llave en la puerta y la inserto para abrirla; le empiezo a quitar el seguro y cuando la puerta abre por completo, una alarma suena de algún lado, poniéndome alerta; el miedo me invade y salgo de inmediato.

Miro a mi alrededor y es un gran pasillo con unas grandes filas de puertas a su alrededor. Al parecer, no soy la única aquí y creo que mis primas también están; tengo fe de que así sea. La alarma sigue sonando y creo que lo que hice activó esa cosa; Debo apurarme antes de lo que sea que me puso aquí; regresé.

—¡Atención, paciente dos, fuera de lugar!— dice una voz robótica, poniéndome alerta.

Una corriente me recorre la espalda; corro a las demás puertas y empiezo a abrirlas. Okey, no sé cuál de éstas se encuentra mis primas. No tengo tiempo para asegurarme cuál es cuál, así que empiezo a abrir las puertas con la llave que encontré; al parecer, también les puedo quitar el seguro a las puertas desde afuera.

Cuando ya todas las filas de ambos lados tienen las puertas abiertas, empiezo a entrar en busca de mis primas. Está igual de oscuro y busco lo mismo que la habitación en donde estaba: el interruptor de luz.

FUERA DE LUGAR [+21] (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora