Capítulo 10

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Saturno Sarotte.

Estamos solos.

Siento como me pasan algo suave por mi frente, eso me reconforta, porque siento como me palpita la cabeza al punto de quererme estallar… ¡Me quiere explotar! Respiro hondo y poco a poco abro los ojos, el nudo en mi garganta vuelve al ver que es mi padre cerca de mí.

Agarra un trapo húmedo y me empieza a acariciar la frente.

—No sabía que también eras doctor—, lo molesto, me dedico una de esas sonrisas que siempre me llenaban de paz. —.Eres todo una cajita de sorpresas, papá

—Hago excepciones cuando de mi niña se trata—. El se acerca y se mete en mi cama, coloco mi cabeza en su pecho y dejo que él me acaricie la espalda—. Siempre serás mi consentida.

—Ya no soy una niña, papá—, digo en un hilo de voz. —.Pero no me quejare, sigue tratándome como una—. El me abraza con fuerzas y nunca creí extrañarlo tanto, intento que las lágrimas no salgan, pero es difícil, mi familia es mi debilidad, siempre lo será. Yo amo a mi familia, mis padres, hermanos, tíos, primas y abuelos. Siempre fuimos una familia unida... O bueno, ya no, por la mierda que está pasando.

—Descansa, cariño, Salomé me dijo que no has descansado nada estos últimos días.

—Siempre Salomé delatándome con mi papá—. Me hago la ofendida—. Ya no es mi prima preferida—. El ríe y yo también lo hago, siempre decía lo mismo cuando estaba pequeña.

Pero al final, siempre era ella la que quería más, es difícil no quererla, ella es esa luz en medio de la oscuridad, ella es alegría. Ella es apasionada y daré todo para que ella siga así, para tener a mis primas bien, no quiero verlas sufrir, no las quiero perder.

—Pues tuve que amenazarla, sabes que aún me tiene miedo después de aquella maldad que me "obligaste" hacerle cuando solo eran unas niñas—. Escucho la burla en su voz, sonrío mientras recuerdo esos días donde Salomé decía ser mi "madre", solo por ser un poco más pequeña que ella. Me protegía aunque ella también era pequeña. Sonrío por lo bajo y Salomé siempre será mi prima favorita.

—Me causa gracia recordar que me ayudaste para que ella creyera que me habías "matado"—. Ríe con más ganas y amo ese sonido, esa alegría en mi familia. —Estabas celoso de Salomé, solo porque pasaba más tiempo con ella.

—Eras y serás mi niña—. Besa mi coronilla—Te amo, cariño.

—Yo te amo el doble, papá—. La tarde trascurre en nosotros durmiendo o hablando de cosas familiares, sé que está haciendo y es distrayéndome del caos, pero no importa, aún así lo disfruto.

Cuando siento que he descansado lo suficiente, me levanto a la media noche y me doy un baño, no he dejado de pensar en Sander, sé que está mal, pero aún así pienso en él. ¿Será que él me piensa de la misma manera? Niego con la cabeza, no dejaré que ese imbécil me cause inseguridades, además, está tarde Braulio se presentó como mi "novio" a mi padre, algo que a él no le cayó en gracia, pero fue muy amable con Braulio, después me dio un sermón sobre los "métodos anticonceptivos", fue tan incómodo. Niego con una sonrisa de solo recordar que mi padre está conmigo, no sé cómo, pero ahora solo disfrutaré el momento, después investigaré, al parecer el desmayo fue por un desgaste físico, no había dormido en días y pues mi cuerpo no pudo más.

Salgo del baño y me cambio. Decido por una camisa larga que es cómoda para dormir. Maldigo cuando me dan ganas de tomar agua. Dios, respiro hondo y salgo de la habitación con cuidado. Mi padre está durmiendo conmigo, ya que no quiere dejarme sola.

Bajo por las escaleras y siempre me impresiono por lo gigante de este hotel; es majestuoso e imponente. Entro a la cocina y todo el hotel está oscuro, ya que es un método de prevención contra el grupo "reloj de arena". Abro la gran nevera y saco una botella de…

FUERA DE LUGAR [+21] (BORRADOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora