FUERA DE LUGAR [+21] (BORRADOR)

Capítulo 5

Saturno Sarotte.

Entre la espada y la pared.

Camino junto con Braulio, es muy temprano y fue a mi habitación a tocar la puerta. Tiene algo "importante" que decirme. Yo solo espero que no sean malas noticias; ahora, a estas alturas de la vida, todo me sorprende.

Salimos del hotel; quiere privacidad y ya la ansiedad me está llenando el sistema. Últimamente ando muy nerviosa por los acontecimientos recientes. Estoy pensando seriamente en meterme un tiro, aunque sé que eso no es posible. No me atrevería a matar a un ser humano. ¿Quién soy yo para arrebatarle la vida a una persona? Solo soy Saturno Sarotte, una chica que solo le importaba la moda, el estatus y su familia, hasta que hace unos días que todo empezó.

—Te veo pensativa —la voz de Braulio me saca de mis pensamientos. Se detuvo y ahora está apoyado en una pared de uno de los edificios cercanos al hotel—. ¿Te encuentras bien? —me pregunta preocupado.

Me miro mis manos y la vista se me nubla. No sé qué mierda está pasando y eso me causa miedo e impotencia.

—No... —Se me quiebra la voz y él se acerca, dándome un cálido abrazo. Olfateo su aroma y dejo que las lágrimas caigan por mis mejillas.

—Aquí estoy —me toca mi cabello con delicadeza.

— Extraño a mis padres, debí ser menos grosera con mi madre y más atenta con mi padre y mis hermanos... —El llanto no me deja hablar con claridad y él me agarra del rostro y me limpia las lágrimas.

—Saldremos de aquí —besa mi frente—. Se nos va ocurrir algo, verás que vamos a salir de esta pesadilla.

Respiro hondo y sus palabras me dan una sensación de paz. Me aparto con cuidado y me seco las lágrimas.

—¿Qué me querías decir?— le pregunto, tengo mucha curiosidad.

Lo veo tragar grueso y luego se pasa las manos por el cabello.

—Yo... Saturno... Yo— le toco el brazo para que se calme, está muy nervioso.

—Calma, no me iré a ningún lado —le digo un poco divertida para aligerar el ambiente.

—Estoy enamorado de ti —su confesión me deja helada—. Ahora que estamos aquí, me hizo entrar en razón, darme cuenta que no puedo perder el tiempo y no decirte lo que siento por ti. Estoy enamorado, Saturno; yo me enamoré de ti.

No logro procesar nada aún, y de un momento a otro, él me agarra del rostro nuevamente y me besa; me besa con delicadeza y ternura. Cierro los ojos porque sé que yo no...

—Solo dame la oportunidad —sigue, pone su frente junto a la mía—. Te diría que tengo todo el tiempo del mundo para conquistarte, pero te estaría mintiendo. Por eso te confieso esto que siento por ti desde hace años.

—¿Años? —pregunto.

Él asiente y luego me vuelve a besar; esta vez, el beso no es apasionado, es rudo.

Todo lo que pasa,mi familia, este lugar que no tengo idea del porqué estoy aquí, las muertes y el miedo, me hace llevar mis manos a su cuello y le correspondo el beso. Cierro los ojos y solo quiero que esto me saque de la pesadilla que estoy viviendo.

Después de un momento, se aparta y luego se arrodilla con cuidado. Cierro los ojos y siento como me agarra mi mano con delicadeza.

—Una vez me dijiste que querías que te pidieran ser tu novia de una manera extravagante —el llanto no me deja hablar, no lloro por felicidad, sino por el hecho de que yo no lo merezco; estoy siendo egoísta—. La situación no se me dio por lo que nos acaba de pasar...