Ⅵ. LAS TEORÍAS DE JISOO

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Pov Jennie [💋]

Le llevó a Rosé más de dos horas arreglar mi cabello, yo quería un cepillado simple, pero ella insistió en hacer ondas naturales. A las nueve en punto el timbre sonó. La cita de Rosé, la tremendamente atractiva conserje que cada vez estaba más lejos de mí.

Jennie, Jennie, no desees lo que no puedes tener. Me dije a mi misma.

—Te alcanzo en la disco a las diez —le dije calzándome los zapatos. ¿Para qué iba a salir a verlas irse de la manito?

—Nada de eso, si te dejo aquí eres capaz de arrepentirte. Te conozco, Jennie Kim. Irás con nosotras te guste o no —dijo muy seria. Yo no quería eso, había pensado todo el tiempo en ir por mis propios medios. No iba a ser mal tercio.

—¡No! Si quieres salgo antes que ustedes, pero yo voy en mi auto... sola —le aclaré.

—Bueno, no te niego que quiero a esa chulada sólo para mí... Está bien, pero tú sales primero, si no te veo al volante no creeré que estarás en la disco, puedes arrepentirte —me sonrió.

Corrió a abrir la puerta, mi estómago se contrajo. Ver a Lisa me causaba una sensación parecida a estar en una montaña rusa, bajando desde la pendiente más elevada.

—¡Lisa, qué bien te ves! Pasa, voy por mi bolso. Ah... Jennie también irá a bailar con nosotras, nos encontraremos en la disco, quedó con otra amiga —Rosé corrió a su habitación radiante de alegría. Sentí la mirada de Lisa cuando dio unos pasos en la sala.

—Hola... te ves... grandiosa —dijo mirándome con insistencia.

—Gracias. No iré con ustedes, así que no molestaré —contesté sin mucho interés.

—No molestas, sólo... me perturbas —dijo nerviosa. La miré extrañada. ¿A qué rayos se refería?

—No te entiendo —Suspiró como respuesta y se acercó un poco a mi dirección. Quise retroceder, pero me quedé más congelada que el miembro de mi maridito.

—Jennie... yo quisiera hablar de lo que pasó... Yo no...

—Ya está ¡Vamos! —interrumpió Rosé tomando mi mano y tirando de mí hacia el ascensor.

Estaba incómoda, nosotras tres allí metidas, traté de colocarme lo más lejos posible de Lisa. Llegamos al estacionamiento, busqué mi auto, creo que fui descortés al no preguntarles en que viajarían, tal vez ella no tenía auto, Rosé estaba muy guapa para ir en un taxi.

—Rosé, ¿Lisa tiene coche? —le susurré al oído.

—No lo sé, pero no importa —me sonrió.

Subí a mi auto y me relajé, esta noche no iba a ser de las mejores. Ya me imaginaba, tener que observar a mi amiga conquistando a la sexy dueña de mis fantasías nocturnas quien, por cierto, me había rechazado. No era precisamente la mejor forma de divertirse. Ya lo decidí, pasaré un par de horas en ese antro y regresaré a casa, ¿Para qué ser tan masoquista?

¡Maldición! El auto no encendía. Condenado vehículo viejo, toda la semana funcionó bien. ¡Ughhh! No se porqué me sorprendo tanto, al fin y al cabo esta chatarra la compró Jackson y nada que venga de él sirve, incluyendo su pito desinflado.

¡Ayyy de verdad que el mundo me odia!

Lisa se acercó a mi ventana a ver que me pasaba.

—¿Tienes algún problema? —preguntó. Siendo sincera, ELLA era mi mayor problema, pero no podía decirle eso.

—Esta cosa no arranca. No importa, váyanse ya, llamaré un taxi —dije ofendida.

—No vas a llamar a nadie.

Conserje Manoban | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora