Conserje Manoban | Jenlisa G!P

Ⅺ. ¡JACKSON, NO TE MUERAS!

Pov Jennie [💋]

—Jennie, necesito hablar contigo —me dijo Minnie muy seria esa mañana. Temblé por dentro.

Por favor no me digan que el alma de mi difunta suegrita cara de bruja se apoderó del cuerpo de Minnie y viene a cobrar venganza.

—Claro, dime —apenas reconocí mi voz.

—La fiesta de aniversario será en dos semanas, la revista ya está casi lista y quería pedirte que me ayudes a organizar la fiesta. Usualmente Yeji lo hace, pero tiene un desfile al día siguiente así que no cuento con ella para nada. ¿Podrás? —Me miró como si fuera un ruego. Cómo podría negarme.

—Por su puesto, Minnie. Cuenta conmigo para lo que necesites —Sonrió aliviada.

—Quiero preguntarte otra cosa, pero es más complicado —Casi dejo de respirar, ella sabía. Su mirada me lo confirmaba. Creo que he quedado traumada de por vida con esto de las suegras.

—Sí, claro —susurré y tomé asiento. Esto no pintaba bien.

—El otro día que vino tu esposo, me di cuenta que conocía a Lisa, se saludaron, pero mi hija parece que no se llevaba bien con Jackson —Me miró como escaneando mi rostro— ¿Tú sabes por qué?

Ahí te voy, San Pedro...

—Pues no lo sé —mentí, casi me toco la nariz para ver si no estaba más grande.

—¿Dé dónde conoces a Lisa? —preguntó directamente.

—Minnie... —mi voz se quebró— No sabía... te lo juro... que yo no sabía nada —Rompí a llorar como una niña pequeña. Ella se acercó a consolarme.

—Tranquila. Creo entender. Lisa era la joven de la que me hablabas. Y ahora yo me siento muy mal por todo. Es fácil aconsejar a una amiga sobre su vida, pero no es fácil cuando se trata de mi hija. Jennie, ¿Amas a Lisa? —preguntó buscando mi mirada.

—Creo... creo que sí —dije atormentada.

—Jennie... lo siento, pero un "creo" no me basta. Trata de comprenderme, se trata de mi hija —parecía estar en un dilema.

—¿Quieres que me vaya del trabajo?

—Te necesito mucho ahora como para que dejes la academia. Pero si no defines tu situación pronto, deberé pedirte que dejes de trabajar. Sólo quiero saber si vas a terminar o no tu matrimonio.

—Sí, estoy decidida, pero tengo problemas en casa ahora mismo. Jackson está tomando esas pastillas que parecen afectarlo. He querido hablarle, pero no cuando trae esa sustancia dentro él, no... —No sabía qué hacer, había dejado pasar demasiado tiempo con este matrimonio. Todo era culpa mía.

—Por favor, por favor... no quiero ver sufrir a mi Lisa. No la lastimes...

Salí desalentada de su despacho. Fui a almorzar muy retrasada y olvidé el celular en la oficina. A medio camino mi auto dejó de funcionar en medio de la calle.

—¡Maldición! —grité. Lisa me estaba esperando en el restaurante, apenas y tenía cambio en mi cartera. Bajé del auto y encontré un teléfono público, pero no recordaba el número de Lisa ¿Quién recuerda todos sus números grabados en el celular?

Traté de buscar en mi cartera y en mi pequeña libreta de notas el número de alguien que me pudiera ayudar.

¡Nada! Sólo recordaba el número de Jackson a quien por obvias razones no iba a llamar para que me lleve a mi cita con Lisa.

Encontré sólo la tarjeta que había puesto en mi billetera, la de la mecánica. Marqué, pero no me contestaban, probé el celular de Jin y me contestó a la tercera timbrada.