7- Familias

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—Yo te aprecio...

Sus palabras suaves cómo un susurro, su toque adictivo cómo un vicio, la forma en la que sus brazos le tomaban cómo si fuese un niño perdido, un abrazo tan acogedor cómo un hogar.

Las mejillas del rubio se tornaron carmesí y se podía decir que disfrutaba de la caricias que recibía en su espalda.

—G-Gracias, (t/n)-chan... — susurró él, ocultando su sonrojado rostro en el cuello de la joven. Podía inhalar su esencia y sentir su cálida piel en su rostro. —Eres muy linda conmigo, siempre pensé que era por que iba a beneficiar a tu familia, ya sabes, el plan y todo eso... Pero, empiezo a creer que eres un poco diferente a tu familia.

Escucharle decir aquellas palabras alegró su corazón, provocando que éste mismo se pusiese algo inquieto y latiese con rapidez.

—No pude evitar sentirme mal por ti desde el momento en el que me dijiste que te ibas a casar con una de mis hermanas. — admitió la fémina, poniéndose más nerviosa cuando Sanji alejó su rostro de su cuello, pero no sus cuerpos. —N-No es la primera vez que... M-Mama usa a otra familia para... beneficio propio...

Se le hizo difícil hablar ante la cercanía. Estaban peligrosamente cerca, sus rostros unos centímetros de distancia, podía sentir el aliento del chico, lo suficiente para notar que al igual que ella, él respiraba de forma irregular.

—Tuve la sensación de que eras una persona honesta desde la primera vez que te vi... — comentó Sanji, apretó sus labios y el contacto visual se volvió más tenso.

—Nunca entendí la necesidad de mentir y hacer todos éstos planes para beneficio propio si nuestra familia ya es exitosa, ¿sabes?

—(t/n)-chan, te aprecio muchísimo...

Esto estaba mal, ¿no?

Él era el prometido de su hermana.

Si estaba tan mal, ¿por qué se sentía tan bien? ¿Por qué se sentía que ésto era lo correcto?

¿Por qué ella no había sido la elegida?

Todo hubiese sido diferente si ella fuese su prometida.

(...)

Volvió a colocar las rosas de nuevo dentro del florero, ésta vez con un cambio de agua.

Se asomó a la ventana para ver al grupo de personas en su jardín. Después de todo, nadie se daba cuenta de su ausencia.

Al menos eso creía ella.

—¡Eres un suertudo, Sanji! Tu noviecita es muy guapa.

—Tiene grandes personalidades.

—Estoy seguro que eso es de familia. He visto otras de sus hermanas con grandes personalidades.

—Debería pedirle a Big Mom que me de una de sus hijas también.

—Dudo que alguna de ellas se interese en un idiota cómo tú, Yonji. — espetó Sanji con clara molestia.

—¡Venga, hermanito! Si te aceptan a ti, ¿por qué no a nosotros? — Niji se abotonó su camiseta y se ajustó la corbata. —Yonji tiene razón, podríamos pedirle a Big Mom que nos de dos de sus hijas.

—Si todas tienen hermosas y grandes personalidades, por mi no hay problema. — añadió el de cabellos verdes.

Un nuevo individuo apareció en la escena, entrando a la habitación con un rostro serio.

—¿Podrían apresurarse? — dijo éste varón pelirrojo, parecía irritado. —El ochenta por ciento de la familia de locos están listos y ustedes que son tres se tardan un montón.

—Cálmate, Ichiji, creo que tú también necesitas de un alivio de estrés. — dijo Niji, rodeando el hombro de su hermano mayor. —Tú también necesitas una de las hijas de Big Mom.

—Cierra el hocico, Niji.

Sanji apretó los puños. El enojo que sentía estaba a punto de explotar y sabía que una ola de satisfacción iba a recorrer su cuerpo una vez le destrozara el rostro a su hermano.

—Basta, padre los espera. — interrumpió Ichiji, para luego salir de la habitación.

Una vez el trío de hermanos se encontraban preparados, salieron de la habitación de invitados que se les había dado.

Pues ese día, era un día especial para Charlotte Pudding y Vinsmoke Sanji, también era el día en el cual la familia de ambos se reunían para oficializar el matrimonio de los jóvenes.

Regresando a la protagonista, ésta escuchó a alguien tocando su puerta y aunque no se movió, alguien entró a su habitación.

—Ya sé lo que me vas a decir... Prefiero no estar ahí.

—No es que tengas opción, hermanita.

Confundida, observó el gesto de indiferencia por parte de su hermano mayor, Cracker, y éste estaba acompañado de su otro hermano mayor, Katakuri.

—Mama ha pedido que toda la familia éste reunida. — informó el mayor de todos, con su semblante serio y su profunda voz. —Mama ha invitado a algunos fotógrafos para...

—Más publicidad, lo sé. — interrumpió la de ojos (c/o). No hubieron buenas reacciones por parte de Katakuri, mordiéndose el labio. —Escucha, no creo que importe mucho si no...

—Mama se molestará. — espetó el de cabellos granate. —No quieres que ella se moleste.

La menor frunció el ceño, apretando los dientes y mirando al mayor con molestia.

Cracker, ante el incómodo ambiente, trató de tranquilizar las cosas.

—Oigan, oigan. (t/n), claro que importa si estas presente. Tu bonito rostro atrae al público, ¿no es así? — dijo él y mientras estaba detrás de su hermanita, tomó sus mejillas y tiró de éstas con intenciones de molestarla. —Más público, más dinero... Mama está feliz y todos estamos felices, ¿verdad?

Se mordió la lengua ante las palabras de su hermano, bajando su mirada. Katakuri suspiró y salió de su cuarto, Cracker le imitó y antes de perderse de su vista le regaló una sonrisa y apuntó a su escritorio.

(t/n) sonrió al ver el paquete de galletas que él le había dejado.

Por más que odiaba la situación y éste matrimonio, debía ser de utilidad. Tal y como había dicho su hermano, al menos habría publicidad, no sería una inútil.

Tomó una rápida ducha y se preparó.

Un largo rato después, salía de su habitación y en los pasillos notó algunos individuos saliendo de una de las habitaciones.

Tres varones, aunque uno de ellos se alejaba del dúo, éste mismo formaba de un chico de cabellos azules con gafas de sol y el otro de cabellos verdes.

Ambos jóvenes le vieron y corazones de formaron en sus ojos.

CONTINUARÁ...

Apaga Las Luces (Sanji x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora