20- Un Vínculo

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—¿Qué te pasó?

La simple pregunta le tomó por desprevenida, y sus grandes ojos llenos de curiosidad le convencieron en abrirse aunque fuese un poco.

—No he comido mucho éstos últimos días. — balbuceó la joven, evitaba la mirada del contrario.

—¿Hay alguna razón? — notó el tono del chico con sombrero de paja cambiar a uno más serio, incluso esa amable sonrisa en su rostro había desaparecido.

Había duda en su mente en sí debía comentarle la razón, después de todo el le había ayudado en evitar pasar vergüenza ante otras personas. Y había algo en el aura del pelinegro, que le hacia pensar que era una persona confiable.

—Es una larga historia. — Luffy mantuvo su mirada intensa y clavada en (t/n), quién terminó suspirando. —Digamos que no tengo trabajo y... no tengo muchísimo dinero...

—¿Hay alguna razón del por qué no tienes trabajo?

Se quedó en silencio otra vez, dudando en sí debía ser honesta con el varón.

Luffy, sin respuesta todavía, se levantó del lugar donde se encontraba sentado y se perdió en la cocina. Ella se mordió el interior de su mejilla, no estaba segura de que hacer y su cuerpo no tenía la energía suficiente para hacer mucho. Se sentía mareada, inundada en cansancio, cómo si su día estuviese yendo en cámara lenta.

El chico regresó con una bolsa, ofrenciendo ésta a la fémina. (t/n) se quedó estática por varios segundos, era su forma de rechazar de manera amable lo que sea que él estaba dándole.

Sin embargo, Luffy no aceptaba un no por respuesta.

Inexpresivo hasta el punto de incomodarla, con su intensos ojos, el brazo extendido esperando que ella tomase lo que le ofrecía, nuestra joven protagonista se rindió y terminó tomando la bolsa.

—¿Qué es ésto...? — murmuró, era más una pregunta para sí misma.

—Es comida china que quedó de mi almuerzo. — contestó él, mientras ella abría la bolsa de plástico, sacando una caja transparente de plástico desechable con comida dentro. —Puedes comer eso, si no te gusta creo que me queda algo de cereal.

—N-No, no hace falta.

—¿Te gusta? — ignoró su comentario. —La comida china.

(t/n) asintió, bajando su mirada con cierta vergüenza y leve alegría.

—M-Muchísimas gracias...

Sintió sus ojos humedecerse. Empezó a comer la comida en sus manos, haciendo un gran esfuerzo en no llorar frente al joven

—No tienes por qué agradecerme, comer debería ser parte de tu día, es una pena que no puedas hacerlo cuando quieras. — habló Luffy, con un ceño fruncido y un puchero en sus labios.

El silencio ya era normal en medio de la conversación, era cómo si (t/n) necesitase un momento para pensar en cómo contestar y procesar sus emociones.

Su amor por la comida era parte de su genética, el no comer tenía un gigante impacto en su vida y la felicidad que sintió en ese momento junto al varón hizo que un vínculo entre ella y Luffy fuese creado.

El nacimiento de una nueva amistad.

—Mi... madre, si es que así le puedo llamar... tiene una gran influencia en el mundo de los negocios y... tuvimos un problema, ella se encargó de que jamás volviese a encontrar un buen trabajo y... esa es la razón de todo ésto. — comenzó a decir, en esos segundos que después de ese día se convertirían en meses de confianza. —He tratado con muchísimos trabajos, todos me terminan rechazando.

Al hablar, no se sintió interrumpida, el varón con sombrero de paja le escuchaba con atención y era algo que ella realmente apreciaba.

—Tu madre suena un poco mala onda.

Carcajeó suavemente por su comentario, y el rastro de una sonrisa se quedó en sus labios aún después de haber dejado de reír.

—Ni siquiera le considero una madre.

—Eso es duro. — comentó Luffy mientras comía.

El no sentirse juzgada fue algo que también apreció y muchísimo.

—Lo sé. — replicó después de un profundo suspiro.

Se sentía un poco mejor, la pesadez de su cuerpo y los truenos de su estómago habían desaparecido.

Tuvieron una larga charla, ignorando el tema de su familia, hablaron del tiempo que Luffy llevaba viviendo en la ciudad, sus amigos, habló un poco de sus hermanos y de comida.

—Oh, tengo una idea. — dijo con emoción él, despertando el interés en la contraria por su cambio de tono. —¡Puedes trabajar conmigo!

—¿H-Huh?

—No creo que la jefa tenga problema en aceptarte, y si lo tiene me encargaré de convencerla. — rió al terminar de hablar, regalándole una sonrisa de oreja a oreja y la frente arrugada. —¡Y después podrás comer todos los días, las veces que quieras!

No pudo resistir la sonrisa que se asomaba en sus labios, un gesto lleno de agradecimiento hacia Luffy.

Sabía que tal vez había probabilidad de que no le aceptasen en el trabajo, pero la intención de Luffy en ayudarle le hacía levemente feliz.

Esa noche, después de que acordaron reunirse el fin de semana para llevar a (t/n) a su trabajo, la misma joven fue a su apartamento, eran vecinos por lo cual su puerta estaba frente a la del chico.

En su cama, cierta alegría y esperanza de volver a unir las piezas de su vida, poco a poco, para crear una vida estable sin su familia, estaba en su corazón.

Emocionada, ilusionada, ansiosa, hasta el punto de no poder quedarse dormida pensando en todo lo que podría pasar.

Y claro, entre tantos pensamientos triviales e irrelevantes, el rostro de un varón atractivo pasó por su cerebro, activando las sensaciones de su cuerpo, una especia de invocación a las memorias de aquella noche.

Noche la cuál pasaron juntos, una noche que consideraba su mayor maldición, y si tenía que ser sincera, volvería a arruinar su vida con tal de tener a ese chico encima de su cuerpo, chocando contra el suyo en forma de sensuales estocadas que llenaban cada vacío de su ser.

En todas las maneras.

Le visitaba en sus sueños, cómo si estuviese tratando de asegurarse de que ella no le olvidase.

CONTINUARÁ...

Apaga Las Luces (Sanji x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora