Hacia el intento de mantener un balance entre ser positiva con la esperanza de que tal vez su búsqueda de trabajo tendría buenos resultados y la posibilidad de que nuevamente sería rechaza. No quería gastar energías de más para mostrar su emoción para que terminase mal, o ser muy negativa al punto en el que arruinaría sus chances de conseguir un trabajo.
Por lo cual se mantuvo con una tranquila sonrisa en sus labios, mientras esperaba a Luffy, su vecino, quien era el que le había ofrecido visitar el bar donde él trabajaba.
Se volvió a ver en el espejo, asegurándose de verse decente y salió de su apartamento.
—¡(t/n)! — le saludó aquel chico con esa enorme sonrisa tan característica de él. —¿Estás lista?
Asintió, fallando en ocultar sus nervios, sin embargo ese joven era experto en hacerle sentirse cómoda por lo cual pudo calmarse de nuevo.
Un largo rato después de ir por algo de desayunar, Luffy y la fémina llegaron a un bar que se mantenía algo ocupado, pero parecía tranquilo.
—Oye, mocoso — llamó una mujer con un tono molesto. —, llegas tarde.
—¡Dadan!
—¡No me grites, mocoso! ¡Ponte a trabajar! — continuaba diciendo en voz muy alta aquella mujer.
Luffy tomó a la de cabellos (c/c) de su brazo y le guió hacia la mayor, una fémina alta con un poco de sobrepeso con cabellera larga y rizada de colores naranjos. Su rostro era algo intimidante, causando que los nervios de la menor aumentasen.
—Dadan, ella es (t/n). — le presentó el varón con sombrero de paja. —Ella trabajará con nosotros de ahora en adelante.
¿Así de fácil?
Escuchó a la mayor quejarse, aunque dudaba que fuese por la joven, era más por el hecho de que Luffy nuevamente estaba haciendo lo que quería.
—No necesito a más mocosos aquí, es suficiente contigo y con los otros dos idiotas que vienen cuando se les antoja. — se quejó, ni siquiera le había visto todavía. —Así que-...
—P-Por favor, le prometo que ayudaré en lo que sea que necesite, haré el trabajo, me esforzaré... — tuvo el valor para hablarle, poniéndose frente al pelinegro para que la mayor le pudiese ver. —Realmente necesito un trabajo, haré lo que sea...
Había dejado que sus nervios le controlasen, yendo por su último recurso el cual era pedirle a la mayor por el trabajo. Le daba igual ya que no tenía mucho que perder.
Tenía miedo de alzar su mirada y encontrarse con una molesta mirada por parte de la mujer que respondía al nombre de Dadan. Sin embargo, ésta le terminó sonriendo con cierta calidez que le transmitió tranquilidad.
—Claro, querida. — habló la mayor, por un segundo todo parecía un sueño, no se creía lo que estaba escuchando. —Me alegro que no seas cómo éstos mocosos maleducados, pero claro que estás invitada a trabajar con nosotros.
—¿E-En serio...?
Podía sentir que rompería a llorar en cualquier instante.
—Por supuesto. — posó su mano en el hombro de la menor, quien le sonrió con mucho alivio. —Déjame te muestro el lugar.
Dadan le enseñó el bar a la chica mientras les explicaba como funcionaban las cosas ahí, hablaba con tanta suavidad en su voz que Luffy pensó por unos minutos que era una persona completamente diferente.
—Nunca la he visto así de tranquila... — murmuró él, sin que nadie le escuchara.
(t/n) debía admitir que su felicidad se estaba desbordando un poco, que estaba ansiosa por empezar una nueva y más estable vida, y que todo lo que estaba pasando era simplemente el comienzo de ella.
—Bienvenida a la Familia Dadan, linda.
(...)
Había cometido un error al dormir cinco horas en la tarde, pues ahora se encontraba energética a las dos de la mañana, y para matar el tiempo decidió comenzar por matar su hambre.
Escuchaba las gotas de lluvia chocar contra sus ventanas de forma agresiva, se dirigió a su cocina y se hizo algo para comer, algo simple y delicioso.
Tostadas francesas.
Después de cocinar y disfrutar de su comida, se dio cuenta que no había pasado demasiado tiempo, por lo cual decidió ir por un baño.
Una recompensa por conseguir un balance en su vida, una vida estable y una rutina tranquila. A sus diecisiete, en soledad, sin su familia a su lado.
Preparó todo para que fuese perfecto.
La bañera llena de agua, cálida y relajante con burbujas, algunas velas decorando las esquinas de la tina, amaba el olor y la tenue luz que brindaba. Puso su playlist desde su móvil con música tranquila y se dejó llevar una vez estaba dentro.
Hace muchísimo tiempo que no experimentaba algo así de relajante y satisfactorio.
El suave ritmo de una canción se llevó su atención, calmaba su respiración y disfrutaba de la melodía, de los instrumentos, la voz y las letras.
Midnight Healing, Gene Deer.
Ah, con tanta calma su mente había comenzado a perderse en su interior, sus pensamientos. Encontrándose con ciertas cosas que ella llevaba evitando desde hace muchísimo tiempo.
El rostro de un joven, que no había dejado su cabeza desde la última vez que se vieron.
Creía que era tonto el hecho de que había pasado tanto tiempo y él seguía en su corazón, relajado como si nada, desde el primer día.
Quería volver a verle. No tenía idea de cómo o qué hacer para volver a verle.
<< No creo en el destino... Pero, por favor, si él fue bueno para mi y todo ésto pasó porque no era el tiempo correcto, dame otra oportunidad... >>
No estaba segura si era una gota de agua que caía por su mejilla, o tal vez era una lágrima causada por la frustración de no poder dar con el chico.
Con los ojos cerrados, hizo un esfuerzo en vano para dejar a un lado aquellos pensamientos. Era estúpido, se sentía tonta por pensar de tal manera todavía.
Pero no podía evitarlo, a éste punto, admitía que amaba a Vinsmoke Sanji.
Ah, que extraño era pensar en su nombre.
Al terminar su baño y dirigirse a su cuarto, otra canción sonó desde su móvil.
Married to the Blues.
CONTINUARÁ...
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Apaga Las Luces (Sanji x Lectora)
RomanceUn simple error podía corregirse con facilidad. ¿Qué tan grave podía ser traicionar a tu propia familia? ¿Y si ellos éran los culpables de tu error? Él le demostró el cariño que nunca recibió con su caballerosidad, ¿cómo se iba a resistir a eso? Le...