Epílogo

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Un Año Después

— (t/n)-chan.

— ¿Hmm?

— Despierta, (t/n)-chan, ya casi son las tres de la tarde... — susurró a su oído de manera dulce, tratando de no moverse demasiado para no perturbar su sueño. — (t/n)-chan.

— ¿Qué pasa? — preguntó sin abrir los ojos, seguía cansada.

Y el culpable de aquello era el mismo hombre que trataba de despertarla, se la pasaron toda la noche haciendo el amor cómo usualmente lo hacían durante los fines de semana.

— Tuve una pesadilla. — comentó él, ganando la atención de la chica.

Pudo ver esos grandes ojos (c/o) que le veían con interés, una pizca de preocupación en su mirada.

— ¿Todo bien? ¿Estás bien? — acarició la mejilla del joven y éste asintió.

Adoraba su voz al despertar, era tierna y algo grave de lo usual, se le hacía atractiva.

— Me abandonaste.

Le vio fruncir el ceño con leve molestia y rodeó el cuello del varón con sus brazos.

— Dile a tus sueños que dejen de ser estúpidos. — dijo mientras ocultaba su rostro en el cuello del chico. —Sí sabes que yo nunca haría eso, ¿verdad?

— Por supuesto, (t/n)-chan... — balbuceó él y disfrutaba de la esencia de su piel. Comenzaba a dejar suaves besos, escuchando a la otra suspirar. — ¿Dormiste bien?

— Más o menos... me gustaría dormir un poquito más... — se acurrucó contra el cuerpo de su novio, le escuchó reír de manera delicada.

— Sabes que no podemos, linda, tienes que ir a trabajar y yo le prometí al viejo de Zeff que le ayudaría con el Baratie ésta tarde. — le vio formar un puchero con sus labios y sintió su corazón moverse con tanta ternura. — Te prometo que te lo compensaré ésta noche.

Se quejó, aunque terminó suspirando.

Al levantarse, un ligero dolor se hizo presente en la parte baja de su cuerpo, recibió unas cuantas caricias en forma de un rápido masaje por parte de esas delgadas manos.

Sanji se había encargado de preparar algo de comer mientras su dulce novia tomaba una ducha y se preparaba para ir a trabajar. Solía tener algo más de libertad, siempre y cuando no se aprovechase de ello, cuando se trataba de su trabajo. Simplemente era la favorita de Dadan en el grupo de mocosos que trabajaban para la mayor.

La escuchó quejarse por décima vez al acercarse al rubio, rodeando su cuerpo con sus delgados brazos y posando su mejilla contra su espalda.

— Quisiera quedarme en cama todo el día si fuese posible... a tu lado, dormir y besarnos... — notó el ligero cansancio en la voz de la fémina y rió nuevamente.

— No quieres que tu jefa se moleste contigo, ¿no es así? — colocó los platos del desayuno en la mesa y le tomó de la mano para guiarla a su asiento. — Podrías pedir un día libre y así pasamos más tiempo juntos.

Era ese tiempo de la relación donde todo lo que querían hacer era estar juntos, cada día de la semana, y era algo no tan complicado ya que vivían juntos. Hace un año cuando se reencontraron, (t/n) le había ofrecido vivir con ella y no fue un gran cambio para Sanji ya que éste se estaba quedando en el apartamento frente al propio, donde su vecino y amigo vivía.

El desayuno fue tranquilo, intercambiaron unas cuantas palabras aunque fue el ceja rizada quien hablaba más y la de pelo (c/c) se limitaba a escuchar, saboreando el café que recorría su cuerpo en un intento de despertarle.

Apaga Las Luces (Sanji x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora