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La Reserva era un pueblo pequeño pero bien abastecido

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La Reserva era un pueblo pequeño pero bien abastecido. En su camino hacia la librería –el primer destino, tal y como había prometido Jake- Hermione vio un hospital pequeño, un par de tienditas cuyos escaparates estaban llenos de objetos diversos, un supermercado lo suficientemente grande para abastecer a la población y un instituto justo al lado del colegio de primaria.

-Ver el instituto es como tener recuerdos de Vietnam. –bromeó Jacob cuando pasaron por delante de la fachada. El ruido de algunas clases que tenían la ventana abierta llegaron hacia ellos.

-¿No eras buen estudiante? –quiso saber la bruja.

Jake se encogió de hombros.

-Más o menos. Me costó un poco acabarlo y después simplemente no quise saber más de ello. Tenía demasiadas cosas en la cabeza. –sus ojos negros miraron con curiosidad y una pequeña sonrisa a la chica que caminaba a su lado- ¿Tú eras buena estudiante?

Hermione soltó una carcajada espontánea ante la pregunta.

-Una insufrible sabelotodo. Quería saberlo todo, todo el tiempo. Por lo general caminaba con libros el triple de pesados que yo por todo el colegio.

-Suena a que eras adorable.

Hermione resopló.

-Deberías preguntarle a Harry y Ron, eran los únicos que me soportaban.

-Ellos son...

-Mis mejores amigos. –completó la frase Hermione. El amor por sus chicos seguía calentándola por dentro a pesar de su fracaso en la relación con Ron. Eran los únicos que entendían lo que sentía, los únicos que habían vivido los mismos horrores que ella. –Son mi familia.

Jacob asintió, como si la entendiera.

-Muchas veces la familia no es la sangre, sino los vínculos.

-Exacto. –concordó Hermione con una pequeña sonrisa y la conversación murió cuando llegaron a su destino.

La librería era el local más antiguo de la calle y Hermione pensó que seguramente del pueblo. Por el escaparate pudo vislumbrar estanterías antiguas repletas de libros y un enorme mostrador de madera oscura. Una cabeza de cabellos blancos estaba inclinada sobre él mismo, sin levantar la vista hacia el exterior.

Jacob se rascó la nuca mientras agarraba el viejo pomo de latón deslucido de la puerta.

-Tengo que avisarte, el viejo Dawson no es la persona más amable del mundo.

Hermione le restó importancia con un gesto de la mano.

-No me asusta un poco de mal humor. –en su mente titiló el rostro de su difunto profesor de pociones. Si algo había hecho Severus Snape con sus nefastos métodos educativos era curtirla ante la antipatía. 

Colisión de mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora