0. Madre

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Megan Collemore.

Titular en el equipo de baloncesto.

Hija de Padres aristócratas en este país.

Heredera a la mayor Asociación de Finanzas.

Puedo hacer sencillamente, lo que me plazca.

Lo tengo todo a mis pies.

Como al chico que estoy besando ahora.

Justo como lo quiero: Atado, vendado, sin posibilidad de tocarme.

—Megan...

—Discutimos esto, Garden. Aceptaste, Y ahora estás aquí.

Lo tengo en el cuarto de una de tantas propiedades de mi padre, que queda justo cerca de la Academia Deportiva, no hay problema en traerme a uno de los jugadores y poder disfrutar con él.

Me trepo encima de Garden, es atractivo, no hay que negarlo, pero lo que tiene de belleza lo tiene de estupidez.

Lo beso con furor, metiendo mi lengua profundamente, suelta un gemido que enseguida hace que sienta el respingo en medio de sus pantalones. Hace amago de soltarse pero lo tomo del cuello, lo alzo, y lamo hasta su barbilla, poco a poco bajo a su pecho desnudo, un poco sudado después del entrenamiento de hoy, beso su abdomen y jadea de placer.

Como solo está en Boxer, no se me hace difícil poder tener a la vista semejante bulto.

Pero entonces mi tlf suena del otro lado de la estancia, ruedo los ojos, e ignoro eso, pero sigue y sigue repicando.

—¡Agh!

Garden, entre excitado y decepcionado, hace una mueca, le quito la venda. Y alza una ceja en señal de alegación.

Lo ignoro, y al ver mi tlf se trata de mi madre.

Justo ella.

—Al...

—¿Dónde mierdas estás metida, Megan? Hoy tenemos la bienvenida con nuestros socios Stickson de Canadá, y dijiste que luego del entrenamiento estarías con el sastre en tu cuarto arreglando tu maldito vestido para esta noche!!! Son las 5 de...

—Mamá, cálmate—Suspiro—Ya voy, sí?? Me quedé con mis amigas fuera de la Academia.

—Te quiero aquí antes del anochecer, Megan. Tu padre espera lo mismo.

—Sí, si...

—Ya deja tu irresponsabilidad, tienes 19 años. Es tiempo de que des tu puesto como la Collemore que eres.

Ruedo los ojos, y suelto un bufido después de colgar.

Al voltear, Garden está mirando su erección y moviendola mientras apreta las piernas.

—Garden, por dios.

—¿Qué? Estaba aburrido, y aquí atado sin poder hacer nada mientras hablas en una llamada, no es nada excitante.

—Bien. Lo dejamos para otro día. Hoy tengo cosas que hacer.

—¿Y me dejas así?

—No me interesa—Me acerco, y lo desato—Mañana nos vemos. Adiós.

—Pero...

—Vístete y márchate. Ya.

Sin refutar, toma su ropa del suelo y se marcha Azotando la puerta.

—•—

—Perfecto.

Al llegar a la mansión, el sastre me estaba esperando, mis padres salieron a supervisar el área donde esta noche será la fiesta de bienvenida.

Es la mayor Asociación que hemos hecho, los Stickson son la mejor familia de estatus en Canadá, con la mayor cadena hoteleras en Europa, y grandes gerentes de bancos nacionales.

Es nuestro mayor orgullo poder asociarnos con ellos, y mi padre quiere la mayor fiesta para que seamos la portada de mañana en las revistas.

El sastre, terminando mi vestido de gala hecho a la medida, empaca sus cosas y se va, Dándome una sonrisa.

Justo al salir, entra Jeraldin de Collemore. Mi queridísima madre. No es que seamos dos gotas de agua, pero tenemos algo en común, nuestros ojos, azules como el cielo. Jeraldin se preocupa tanto por su imagen, que tiene un periodo de tiempo para retocarse los botox, y la rinoplastia que se ha hecho desde que se casó con mi papá.

—Bien, Megan. Seré directa—Anuncia sentándose en mi cama.

—Creí que estabas con papá—Le digo, guindando el gran vestido en mi closet de primera mano.

Cuando voy a mi peinadora para sacar las prendas que voy a utilizar esta noche, me detengo en seco al escuchar lo que dice.

—Te comprometerás con un Stickson.

Los Stickson son padres de tres Adonis : Fraden, Kristen, y Matias.

Los tres van de la mano con la familia.

Pero, para lo que me importa.

—Y tú crees que es así de fácil.

—Mas allá de ser socios queremos enlazarnos de forma permanente—Planea mi madre—Asegurarnos de que no harán proyectos temporales con nosotros.

—Ya. Y quieren usarme a mí como Juguetico.

—Megan es por tu bien.

Doy una carcajada llena de amargura, y la miro.

—Así como el compromiso son los Reaven.

La última vez que Anunciaron un compromiso conmigo, Tyron Reaven me dejó plantada en la boda. Y no es que estaba Loca por él. Solo era uno más en el sexo. Tenía ventajas casarse. Pero tuvimos que pagar millones para que la noticia se mantuviera oculta, borrar el hecho y pagar para no Archivarlo y así asegurarnos de que no nos chantajeen a largo plazo. 

—No volveré a hacer humillada otra vez.

—Esta vez todo saldrá bien. Créeme. Con Los Reaven fue intencional. Esta vez serás tú quien empieze. Acércate, Conócelo.

Mi rostro demuestra el asco a su propuesta.

—¿Qué mierdas pretendes, Jeraldin?

—Total, para eso eres buena—Saca sus garras, alzando la barbilla, altiva—Para nadie es un secreto que te Insinuas a los jugadores en la Academia Deportiva.

Mojo mis labios, tratando de calmar mi expresión.

—Eso, o sacarte de la herencia, Megan. Ni nuestro apellido quedará en tu identificación. Es hora de que cambies ese estado civil y liberal tan bajo que tienes.

Otra risa sin gracia sale de mi garganta.

—¿A quién dejarán a cargo de toda esta mierda?

—Tú y yo bien sabemos a quién.

Paso la mano por mi cara, sin poder creer esto.

—La metes a ella cuando te conviene, no?

—No negaré que para mí en esta vida todo es un interés. Doy las cosas esperando el doble.

—Eres una...

—Alístate para esta noche, Hija. Nada puede salir mal—Sonríe como si nada hubiese pasado, me deja un beso, y Se va del cuarto.

Maldita.

Siento que este año nada saldrá bien.

MANDRÁGORA (+18) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora