20. No eres tú

95 14 0
                                    

Fraden Stickson.

A Megan le dió por jugar a la casita con sus amigas y ahora no puedo profanar su habitación.

Me había decidido a ir a su cuarto, Y acabar con la farsa dentro de la farsa. Iba a terminar follandola y dandole ese orgasmo que le debo.

Pero Miriam me informó que las chicas del equipo están con ella viendo películas.

Así que después de cenar me quedé en la cocina viendo cómo Miriam frega los trastes.

Meneo mi vaso de Whisky y hielo, recuerdo nuestro primer encuentro en mi habitación. Estaba tan sumisa y excitada que le gustó.

Le gusta dominar, pero más le gusta que yo la domine.

Es simplemente hermosa, cada curvatura de su cuerpo se quedó grabada en mi mente. Sus tetas no son tan grandes, pero no muy pequeñas. En la medida perfecta, su cintura es fina y delgada, sus caderas anchas. Como una guitarra.

Mierda ya estoy duro.

Cierro mis ojos y aprieto los dientes. Otra vez no Fraden.

Esta mañana no sé qué coño pretendía con preguntarme de esa manera, pero le respondí con sinceridad. Incómodo por estar a su lado, quería abrazarla y sentir su cuerpo desnudo con el mío, pero había algo dentro de mí que me lo impedía. Así que terminé durmiendo en el sofá a mitad de noche.

En la mañana me acosté a su lado, y el único contacto que tuve con ella fue mi dedo en su brazo para poder despertarla.

—¿Verónica?

Alzo la vista, es ella.

Megan aparece en el marco de la cocina, con una camisa holgada y sin sujetador, su cabello suelto a cada lado de sus hombros, con esos mechones Borgoños que crean reflejos en su cabello castaño.

Pero no siento nada, mi cuerpo está inerte a como estaba antes.

—Pensé que eras Verónica—Comenta, sus mejillas están sonrojadas—Ha pasado media hora desde que dijo que iba al baño.

Un silencio se crea entre nosotros. No puedo decirle de golpe que voy a follarla, de seguro me abofetea.

Sería ella y sus reacciones tan Exageradas.

Megan piensa irse, y arrugo las cejas. ¿Le molesta mi compañía?

—¿Adónde vas?—Pregunto, levantándome del asiento.

—Al cuarto, la esperaré allá.

Comienza a caminar y enseguida voy hacia ella, la tomo de la muñeca y la traigo de vuelta, estampando su cuerpo en la pared al lado del marco.

—¿Qué pasa?—Inquiero molesto, está distante.

Megan alza una ceja.

—¿Qué pasa con qué?

Finge amnesia. Genial.

—¿Vas a fingir que no pasó nada?

Megan ladea la cabeza y muestra una expresión de confusión.

—¿Qué intentas con todo esto?—Interrogo y se muestra más confundida.

No sé que pasa conmigo. Pero me afecta que haga esto.

—¿Por qué?—Intento sincerarme—Desde que llegué solo has estado distante. Me saludaste, y tú no saludas! ¡Tú solo te acercas...! ¡Y...!—Cierro mis ojos, y suspiro—Estás diferente... Y no... No causas el maldito tornado en mí. Tan distante que Te alejaste de mis emociones. Estoy sintiendo... No eres tú, Megan. No eres tú conmigo.

MANDRÁGORA (+18) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora