14. Avísame

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Otro día amanece, y en tan poco tiempo ya va a ser fin de semana.

Ni siquiera desayuno al despertar, me alisto para ir a la universidad y entregar los trabajos que había por hacer.

Salgo de mi habitación lista para irme, cuando Fraden aparece en mi campo de visión.

Está apoyado en la otra pared del pasillo, Sus brazos apretados y ajustados a esa franela Negra junto con pantalones de mezclilla y zapatos deportivos.

Esta vez lleva un piercing más grande en su labio, es un aro que se ajusta al grosor de su carne, lo lame y enseguida aparto la mirada para fijarme en sus ojos azules resaltadores con esa pupila tan disminuida.

Lleva anillos en sus dedos, y otro piercing en una de sus orejas.

Su cabello se lo ha rapado de nuevo,  Afirmandome que no veré a Fraden Stickson con cabello abundante y desordenado al lado de sus orejas.

Por un largo momento se crea un silencio tenso entre nosotros. Tengo la mochila a un lado de mi hombro así que le acomodo completamente.

Fraden se acerca en silencio, y trago saliva.

Alzo la mirada para enfrentarlo, y su pulgar derrepente queda en mi labio inferior acariciando poco a poco ese lado partido.

—¿Qué te pasó?

Su voz está ronca, y llena de tranquilidad.

Su tacto frío me quema la piel y suspiro apartandome.

Sé muy bien que la noche del Club hablé con él, eso fue lo único que recordé. Bebí demasiado, pero anoche llegó un Flashback a mi cerebro:

«—¿Estás... Tomando?

—No, pues fíjate que no—Una carcajada sale de mi garganta—Estoy comiendo que es diferente.

—Maldita sea, Megan. Sal de ahí.

—Azúcar de allá»

Sé que hubo más allá de una conversación tonta y ridícula. Y que Fraden me mire de esa manera confirma mis sospechas.

—Iremos a la universidad juntos—Dice, y asiento.

Bajamos las escaleras, y Byron me asesina con la mirada, pero lo oculta con una sonrisa.

—Que te vaya bien, querida hija. La gran periodista Cler Frederson de la Revista Before vendrá a hacerles la entrevista.

Asiento, y Fraden le da un saludo de mano apretada a mi padre, y a Martin.

Tal y como quedamos. Llegamos a la Universidad tomados de la mano acaparando atención.

—Megan—Susurra Verónica a mi lado, mientras el profesor da la clase—Creo que me acosan.

La miro como si le hubiesen salido dos cabezas.

—¿Qué?

—Desde la noche del club, Siento que me observan.

Frunzo el ceño, confundiendome aún más.

—¿Qué fumaste, Verónica?

—Es en serio—Se pega un poco más, y pasa la mano por sus ondas—Algo raro está pasando.

—¿Y no puedes pedirle a los escoltas de tu padre que te acompañen?

—Sí, eso es lo que hice. Y hasta ahora he estado en vigilancia. Pero sigo teniendo esa sensación. 

—No sé qué decirte—Me encojo de hombros—Pero tienes vigilancia, si algo va a pasar tienes ayuda. Entiendes?

Verónica asiente, y nos concentramos en la clase.

MANDRÁGORA (+18) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora