Epílogo.

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Uno.

Dos.

Tres.

Cuatro latidos fuertes y vibrantes.

—Despierta—Escuchó a lo lejos.

Y despertó por fin.

—¿Señorita Collemore está bien?

Se había levantado, su cabeza palpitaba y estaba llenas de cables inyectados.

—¿Qué pasó?

Su rostro se le hacía conocido, pero no lograba decifrar quién era, era una señora que aparentaba los cuarenta. Cabello en una dona y tenía una vestimenta de Doctora.

Collemore recibió tres punzadas más a su cabeza y arrugó sus cejas.

—Su pulso está acelerandose, llamaré al doctor.

Segundos después, un hombre rubio con lentes a punto de entrar a la tercera edad le sonrió.

—¿Cómo te sientes?

Ella lo recordó todo por fin, y dió un respingo en la camilla.

—¿Dónde está Fraden?

Busco con la mirada, se dió cuenta de que estaba en una especie de cuarto de hospital.

—¿Mamá?—Inquirió a quienes estaban con ella.

—Los efectos irán pasando, no te preocupes...

—¿Dónde mierdas están todos?

—Descanse señorita—Insistió La señora acariciando su mejilla—Debe hacerlo, no recuerda la realidad.

—Realidad de qué?! ¡¿Dónde mierdas está Fraden?!

—Debemos inducirla a un estado de Descanso—Exclamó El doctor y fue cuando sacó una inyectadora.

Ella se dió por vencida y dijo;

—Estoy bien así. Por favor, no quiero más inyectadoras.

El doctor ladeó la cabeza como en una pregunta de: ¿Estás segura? Y ella asintió.

—Bien, por ahora... Descansa. Te necesitamos más que nunca—Sonrió el doctor y se marchó.

La señora empezó a arreglar unas cosas en el aparato de donde estaban conectados los cables a la cabeza de Megan.

—¿Qué pasó con exactitud?

La señora le sonrío.

—Felicidades, Señorita Collemore. Mandrágora Funcionó.

FIN.




































O continuará...?

MANDRÁGORA (+18) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora