𓂃 ☾⃝҂ ❛ Nos movemos como en una obra de teatro, esperamos a que suba el telón para hacer frente a la siguiente escena, esperando lo peor porque vivimos en el género trágico, porque parecemos hijos de Shakespeare y moriremos al final del acto, pero...
esa no es razón para decir adiós, así que espero que seas rápido para ir por la chica
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Carly sobrevivió a la llamada de Hope, la cual tuvo una duración de más de una hora en donde lloraba porque se habían llevado su perrito a un centro de adopción.
—¿Sabes qué es lo peor? —sollozó mientras Annie le acariciaba la cabeza. Encontraba aquel gesto relajante. El estrés de todo lo que había acontecido casi la sobrepasa. Casi. Siguió hablando por teléfono. —Dejaron algunos juguetes suyos por aquí, ¿y ahora qué hago con eso? No puedo verlos sin llorar.
—Pues... deberías llevárselos. Sé fuerte, Hope. —opinó Carly al otro lado de la línea.
—Tu hermana tiene razón. —añadió Annie. —deberías llevarle lo que se le quedó. Además si ves en donde se va a quedar seguro que te quedas más tranquila. Sé a que centro lo llevaron, la rectora llamó a un buen lugar. —Annie suavizó su tono para calmarla. En parte, también estaba triste. Sin embargo debía ser más fuerte que Hope. Además confiaba en que Jade hubiera puesto a andar el plan.
—Vale.
Fue todo un proceso.
Desde guardar las pertenencias del perrito en la mochila hasta bajar a las puertas del edificio. Hope estaba demasiado decaída.
Hizo el viaje en bus sola hasta el Centro donde estaba Shakespeare ahora.
—No está. —dijo distraída la señora tras la mesa.
Hope había llegado hacía un rato. El edificio le pareció aceptable. Todo estaba muy bien acondicionado para tratar con mascotas. Sin embargo, nada de eso evitó que el corazón se le detuviera cuando la trabajadora pronunció esas dos palabras.
No
Está
¿CÓMO QUE NO ESTABA?
—P-pero tiene que haber un error. Lo trajeron ayer. —insitió sintiendo como el alma se le derretía fuera del cuerpo.
—No está, niña. —repitió algo cansada.
—Pero, ¿cómo...?
—Escucha. Se lo han llevado esta mañana. Así funciona, ¿sabías? Cualquiera puede venir y adoptar un perro. —explicó con obviedad.
