𓂃 ☾⃝҂ ❛ Nos movemos como en una obra de teatro, esperamos a que suba el telón para hacer frente a la siguiente escena, esperando lo peor porque vivimos en el género trágico, porque parecemos hijos de Shakespeare y moriremos al final del acto, pero...
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guárdate esa charla para los que no te conocen. porque, cariño, yo te conozco mejor
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Hope regresó a la residencia casi al filo del toque de queda. Se la pasó genial con su familia y sus amigos. Aún intentaba adivinar si el burbujeo en su estómago eran rastros de la adrenalina o por todo lo que había sucedido con Beck, seguro que era lo primero. La castaña aún quería aferrarse a su decisión de que estaba mejor olvidándose del chico, pero su suerte no se lo ponía fácil. Era como si los dos estuviesen destinados a coincidir y a estar cerca siempre.
Apenas puso un pie en la alfombra, unos ladridos juguetones seguidos de una bolita de pelos se le enredaron entre los pies.
Sonrió levantando al cachorrito.
—¿Qué haces despierto? —solía dormirse a esta hora. —¡Hola, An!
—Hola. —la de los cabellos rosados alzó con pesar las cosmisuras en un intento de sonrisa.
—No te vi en el teatro, quería presentarte a mi hermana. —comentó sacándose la ropa y reemplazándola por un pijama. Estaba tan cansada que pospondría el darse un baño para mañana temprano.
Luego de la obra tuvo un buen rato para charlar con Carly. Resulta ser que solucionó el problema con el abuelo. En última instancia Spencer le demostró ser lo bastante responsable. Pero eso no sorprendió a Hope. Le contó sobre Shakespeare, sobre sus amigos y sobre todo lo que había pasado con Beck. Demás está decir que Carly puso el grito en el cielo.
