𓂃 ☾⃝҂ ❛ Nos movemos como en una obra de teatro, esperamos a que suba el telón para hacer frente a la siguiente escena, esperando lo peor porque vivimos en el género trágico, porque parecemos hijos de Shakespeare y moriremos al final del acto, pero...
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Hope esperó, los golpes en la puerta solo se hicieron más graves. Para el tercero, Jay se había escondido a sus espaldas usándola comi escudo humano. Que valiente. Pensó la castaña.
—¡Jade, espera, mi puerta!
Jade le dió una patada y la puerta cedió evidentemente.
—¿Tiene la llave? —preguntó Tori.
—No. Un fuerte pie. —explicó Beck.
—¡Deja de usar a la niña como escudo, cobarde!
—¿Cuál niña?
—Hope.
Hope sonrió pese a que estuvieran a punto de descuartizar a su mejor amigo. Era gracioso que Jade la viera como la niña cuando todos tenían la misma edad. Pero Jay y Jade eran un poco como sus papás por lo mucho que la habían cuidado desde que se unió a Hollywood Arts.
Ahora iban a matar a su supuesto padre.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó Jade.
—¡Abriste la puerta de Beck de una patada!
—¡Pon ese perro en el suelo y dime que pretende la porrista de al lado!
—Pero no quiero bajar al perrito. —Jay hizo un puchero de tristeza. —Además ni conozco a la porrista.
—¿No vas a bajar al perro? —Jade, evidentemente no le creía nada.
—Jade, la porrista va a venir en cualquier momento a recoger a su perrito. —sugirió Beck con una sonrisa que extrañó a Hope. Algo tramaba.
—Pues esperaré.
—Como quieras.
—¡Perfecto! ¿Podemos continuar con el libreto? —pronunció Tori, recordándoles porqué estaban ahí en primer lugar.
