✮ ⋆ ˚｡ 60 días preso ✧ minsung 𖦹 ⋆｡°✩

Día 11: Muero por besarte.

A Jisung le dolía el rostro y los brazos. Si se bajaba la ropa podía ver las marcas de los dedos que los tipos habían dejado ahí. Y mientras Félix lo curaba, él tenía un extraño brillo cada vez que lo miraba que hacía sonreír al más bajo. Se encontraban en la enfermería, Hyunjin y Lee también estaban ahí, observando todo lo que ellos hacían.

—¿Está bien que le hayas cortado los dedos?— había preguntado el enfermero mientras le proporcionaba material a Félix para que siguiera curando las heridas de Sung.

—No me interesa— murmuró el mayor cruzándose de brazos, pero la realidad es que no podía quitarse de la cabeza como es que había encontrado a Jisung. Él había estado tan asustado y en el momento que lo abrazó con fuerza como si su vida dependiera de Lee, algo le dijo que nada bueno saldría de eso. No sería nada bueno si Sung comenzaba a depender de él, porque Lee no era bueno para nadie y lastimarlo era lo único que él iba a hacer, lo único que sabía hacer en realidad.

El molesto pensamiento de que ellos podían hacerle lo mismo que a Narae no lo dejaba en paz. Su cabeza estaba constantemente fijándose en eso mientras los recuerdos le rompían la poca cordura que tenía. Se agarró con fuerza del costado de una de las camillas que estaban cerca de él, estaba molesto y sabía que no funcionaba de buena manera cuando eso sucedía. Hyunjin lo observó con el ceño fruncido unos segundos antes de entender la situación.

—¿Fueron los Capello?— preguntó el enfermero. Sus ojos de dragón observando a Jisung que hacía una mueca cada vez que Félix pasaba el desinfectante por la herida de su sien.

—El menor de los hermanos. Nicolo es quien controla todo desde afuera— Hyunjin había visto a Lee una sola vez enojado y realmente enojado, muchas veces estaba molesto y siempre buscaba sacar ese malestar de muchas maneras, y deshacerse de sus enemigos era una—. ¿Cuándo vas a sacarme?— preguntó. Su voz saliendo dura y molesta.

—Tienes que esperar— le contestó Hyunjin, mirándolo unos segundos antes de seguir con lo que había empezado—. Te dije que no te enamoraras de tu amante. No es bueno, Lee. Va a arruinar todo— una risa baja y sin gracia se dirigió en su dirección antes que Hyunjin lo mirara, tragando saliva cuando comenzó a dirigirse en su dirección.

Lee era como una pantera. Enorme y oscuro con sus facciones siendo ensombrecidas por la cólera que sentía en ese momento, sus ojos oscuros y fríos observando a su mano derecha encogerse en su lugar porque el aura que rodeaba a Lee era molesta, asfixiante y oscura. Tan oscura que Hyunjin dudaba que realmente él tuviera un alma humana, parecía algún tipo de demonio que se alimentaba del miedo humano. Era sigiloso, con sus pasos casi no sonando en el suelo a pesar de las pesadas botas que tenía puesta. Su mano jugaba con los enormes anillos que tenía en sus dedos y con sus dientes mordía el piercing negro que decoraba su labio inferior.

—¿Quién mierda dijo que me enamoré de él?— preguntó bajo mientras se cernía en su gran altura sobre Hwang, no estaba hablando fuerte porque no quería que nadie escuchara lo que él tenía para decir—. Solo lo estoy cuidando por lo bien que se traga mi polla ¿entiendes? Cuando pueda comerme su culo voy a desecharlo— soltó.

—¿Acaso tienes un alma?— preguntó Hyunjin, no quería sonar burlón, pero es exactamente como había sonado.

—Lee— llamó Félix cuando notó que él cerraba su puño dispuesto a golpear a Hyunjin— ¿puedo hablar contigo un momento?

Quiso negar, pero terminó asintiendo. Hablar con Félix era agotador y molesto porque él tenía muchas preguntas para hacer y no se cansaba nunca de hablar. Lee lo conocía desde hace mucho tiempo y siempre había sido lo mismo, aunque le pidiera que cerrara su boca, él volvería hacer lo mismo unos minutos después. Salieron de la enfermería y se colocaron en un lugar en donde no pudieran ser vistos.