✮ ⋆ ˚｡ 60 días preso ✧ minsung 𖦹 ⋆｡°✩

Día 26: Abogado corrupto.

Jisung estaba en la celda de Félix cuando Minho salió rumbo a la enfermería, encontrándose con Hyunjin en el camino. El enfermero estaba molesto mientras ambos avanzaban juntos, lo notó en la forma en que sus hombros estaban tensos y en como insultaba por lo bajo.

—¿Qué te sucede?— preguntó el más alto mirando al enfermero quien encogió sus hombros.

—El idiota del fiscal Choi no puede volver a su pabellón porque está amenazado de muerte y están organizando para moverlo a otro pabellón o dejarlo en este— soltó un suspiro y miró a su jefe mientras este entraba a la enfermería—. Uh, Lee— llamó indeciso de si hacerlo o no porque sabía la forma explosiva que tenía de reaccionar cuando tenía visitas de las cuales no sabía— tendrás visita hoy y no es una visita muy agradable. Probablemente la odies.

—¿A quién involucra?— preguntó con simpleza mientras observaba el lugar. El fiscal Choi, como siempre, se encontraba hasta el fondo con un libro en sus manos y las gafas de lectura puestas.

—A tu padre— Lee hizo una mueca y asintió con la cabeza.

Minhyuk podía estar desaparecido y dado por muerto, pero seguía molestándolo hasta en sus peores pesadillas. Y Minho realmente quería deshacerse de todo recuerdo de su progenitor, no quería saber más nada de él, olvidarlo y por fin estar en paz parecía ser uno de sus mejores planes para comenzar a sanar, pero siempre había alguien que volvía a molestar con él.

—Hum, bien— asintió con la cabeza, no sintiéndose cómodo con saber que alguien que estaba involucrado con su padre vendría a verlo.

—Tigre de invierno— murmuró el fiscal mirando fijamente a Lee—, ven un momento— A pesar de lo reticente que siempre se mantenía con el hombre, se acercó de igual manera—. Me enteré que tu padre desapareció hace algún tiempo de manera sospechosa. Igual que lo hizo tu madre en su momento— Min sonrió con burla y negó con la cabeza.

—Mi madre no desapareció, Minhyuk la asesinó— murmuró cruzando sus brazos sobre su pecho, Choi siguiendo todos los movimientos que el muchacho hacía—. Y la desaparición de Minhyuk no me sorprende, tenía muchos enemigos y últimamente se había metido en lugares donde no lo llamaban, supe de esto hace unos cuantos meses.

—¿Minhyuk asesinó a la mujer que dio a luz a su único hijo varón?— rió con burla desbordada mientras sus ojos se cruzaban con los de Lee—. ¿Estás seguro, Minho?

¿Este viejo idiota estaba dudando de sus palabras? Él estaba molesto ahora. ¿Quién se creía para venir y dudar de sus palabras cuando ni siquiera había estado presente en lo que sucedía en su vida? Él mismo había visto las veces que su padre había maltratado a Dahye, las veces que le gritaba que lo mejor era que se muriera de una vez y él no dudaba cuando decía que había sido Minhyuk quien se había encargado de hacer que la mujer saliera de sus vidas.

—Muy seguro— dijo apretando la mandíbula—. El día que supuestamente tuvo un accidente automovilístico, Minhyuk llegó con la camisa manchada con sangre. Él había estado con ella antes de que sucediera el supuesto accidente, no hay mucho para sospechar, las pruebas están ahí— murmuró no queriendo quebrantar el contacto visual que estaban teniendo. Sus ojos oscuros, similares a los de un muerto, refulgían de fuego interior mientras que Choi se sentía intimidado con un muchacho 30 años menor que él—. No sé quién demonios es usted y el por qué quiere indagar en mi vida, poniendo en duda las palabras que digo. Dahye no desapareció por qué sí, ella no tenía el valor para irse de esa casa sin pensar y torturarse a sí misma con que me estaba dejando ahí con el psicópata de su esposo.

—Ya te lo dije, era un gran amigo de tu padre— soltó en voz baja mientras seguía dudando de las palabras de Lee en su cabeza. Aunque no pareciera, aunque tal vez no quisiera, Minhyuk no tenía el valor suficiente para asesinar a quien había sido su esposa y la madre de su primogénito, el único hijo que heredaría toda su fortuna—. Insisto en que tu padre no tuvo el valor para asesinar a tu madre, en el fondo él la quería y a ti también— la risa que Minho soltó tan llena de sarcasmo, tan llena de una gracia molesta que heló y congeló a Hyunjin en su lugar mientras miraba con ojos aterrados a su jefe, preguntándose y tal vez rezando en su interior por calmar al diablo que vendría luego de esa risa. La explosión inminente de él queriendo asesinar a todo aquel que se cruzara por su camino por simplemente haber tocado un tema que no le agradaba, un tema del que dudaban de sus palabras y no había cosa que lo molestara tanto como que hicieran eso, que dudaran de su palabra como si fuera algún mentiroso compulsivo.