✮ ⋆ ˚｡ 60 días preso ✧ minsung 𖦹 ⋆｡°✩

Día 47: La luna es testigo de cuanto te amo (!)

Con los ojos clavados en el techo y el corazón latiéndome con fuerza, Lee no podía entender la mitad de cosas que pasaban por su cabeza. Jisung dormía encima de su brazo y ninguno había hablado luego de la confesión. El menor lo dejó pasar y besó los labios de Minho con las lagrimas saladas mojando ambas bocas para luego recostarse en el futon y tratar de olvidar lo que últimamente le venía sucediendo. Se distrajeron por su lado, Jisung se había ido con Felix y Lee... el simplemente rondo por la enfermería sin entenderse por completo. Hyunjin había preguntado, claro que lo había hecho porque verlo actuar de esa forma al jefe habían abierto muchas preguntas que realmente no fueron contestadas. Minho estaba ido, demasiado y aunque trato de poner su mente en marcha en el presente, simplemente no podía.

De regreso a su celda y con la madrugada haciéndole paso, asfixiante e intolerante, Lee se preguntó qué tan idiota podía ser. El quería decirle a Ji que se sentía de igual manera, por eso el estaba planeando a futuro y escapar con él era uno de esos planes que tanto anhelaba, pero se había acobardado y él nunca se acordaría. Pero Jisung lo ponía entre la espada y la pared, lo hacía sentir extraño con miles de sensaciones en la boca de su estómago, con sus manos temblando y el pecho apretándole con fuerza, con su cabeza gritando y callando a la vez, con ese sentimiento que quería decirle que amarlo era complicado, pero no iba a detenerse de intentarlo y cumplir cada promesa que en su momento había hecho. Así el moriría mañana, quería que Sung lo recordara como esa persona capaz de amarlo y de una forma desgarradoramente hermosa, como esa persona que logró escuchar con cada uno de sus demonios para poder llegar a esta conclusión.

Sonrió. Y sus ojos brillaron con una galaxia completa. Jisung le dijo que no podría soportar no contar estrellas que habitaban en sus ojos y el no entendía a que se refería hasta esa madrugada notó por el pequeño espejo rosa chillón que Felix había colgado en una de las paredes, como de brillantes estaban como nunca antes habían estado. Tal vez la última vez que había sentido de esa forma cuando su madre le organizó una fiesta de cumpleaños pequeña cuando su padre había salido de viaje, solo eran ellos dos con algunas de las empleadas de limpieza y la cocina junto a sus hijos. No había sido mucho, pero su mamá había cocinado y decorado su pastel de zanahorias, la calidez que había sentido estando con ellos era inexplicable para un pequeño niño como lo era el.

La luna está de testigo. De los sentimientos encontrados de Lee, de la forma en la que aceptó poder amar a Han Jisung y la manera en la que se aferraba a él para ser feliz. Porque el no creía en el amor y tampoco en la felicidad. El amor era un concepto relativo a la afinidad o armonía de los seres y cada quien tenía este punto de vista o ideología, y Lee el suyo. Por mucho tiempo creyó que el amor era vivir en constante sufrimiento y miedo,  en cómo una persona podía soportar tantas cosas solo para amar y cuidar de otra. Pero ahora lo conocía de otra manera, supo que el amor podía venir de la mano de ojos fieles mieles casi felinos, pecas casi imperceptibles y con una sonrisa peculiar. Jisung era ese amor por el que tanto tiempo había querido, pero que ni cuenta se había dado que estuvo buscándolo y no estaba dispuesto a perderlo.

— ¿Que sucede? — Pregunto Jisung con voz ronca. Lee lo miro unos segundos para sonreírle suavemente.

— Sung— Lo llamo un rato después cuando tapo su rostro con ambas manos, — se que quede como un idiota por no haberte respondido anoche, pero entiende  que me tomo por sorpresa y no supe cómo reaccionar. Es extraño, pero puedo decir que me siento de la misma forma que tú.

— Minho... son como las... ¿cuatro de la madrugada? —Su voz ronca y ese tono de sarcasmo que hacía a Minho poner sus ojos en blancos mientras se levantaba del futón y se sentaba. — Lo siento— Masculló en medio de un bostezo. —Es solo que me siento nervioso contigo a mi lado la mayoría del tiempo y que me digas esto solo hace que me sienta peor— Se escondió bajo las mantas y Minho se preguntó cuanto bien había hecho en su vida pasada para que Ji se haya fijado en el.