Día 24: Primer secreto: TAP.

846 85 2
                                    

El oficial Seo suspiró. La tensión que siempre hubo entre Sung y Minho desde un principio fue asfixiante, pero ahora, era diez veces más fuerte a eso. Ellos follaban, se besaban, se abrazaban, pero esa tensión seguía haciéndose más y más grande como si todo lo que hicieran no fuera suficiente para ambos. Él sabía que tenían una conexión muy grande como si hubiera sido el destino quien los puso en el camino del otro, ya sea para cambiar sus vidas o arruinarlas.

Estaban en el comedor, el oficial cuidando que los reos no provocaran ninguna pelea. Félix estaba ahí, sonriendo mientras hablaba de algo con Chris y obviamente, también se encontraba la parejita feliz, ajenos a cualquier cosa de su alrededor, perdiéndose ambos en los ojos del otro como si fueran su propio mundo. Y Changbin los envidiaba tanto, ellos se mostraban felices, cómodos el uno con el otro y él simplemente tenía que esperar un horario o asegurarse de que nadie estuviera rondando por el lugar porque, estaba tan mal visto que él saliera con un recluso y no quería perder su trabajo porque aún seguía ahorrando para cuando Félix tuviera su libertad. Quería por fin terminar con todo y gritarle al mundo que amaba a Lee Félix como nunca había amado a nadie.

Nunca había tenido un gusto específico, él simplemente estaba bien con cualquier persona que fuera capaz de hacerlo feliz y amarlo de la manera en la que él quería hacerlo. Casarse con Youngmi simplemente había sido la única manera que había encontrado para hacerla feliz, su prometido había fallecido sin conocer a sus suegros y ella estaba desesperada por la aceptación, Changbin simplemente estaba haciéndole un favor. La riqueza que sus padres cargaban quedaría a la única hija que habían tenido si es que ella conseguía esposo antes de los veinticinco, unas reglas tan estúpidas como antiguas, Changbin era su mejor amigo y él iba a darlo todo por verla feliz. Pero estaba aburrido, tanto, de vivir la monotonía que su vida se había convertido a base de mentiras aburridas y molestas. Él simplemente quería soltar todo y ser por fin libre, lejos de la hipocresía y falsedad de Youngmi, lejos de los malos comentarios que sus suegros decían por las creencias que ellos tenían. Quería largar todo y simplemente empezar nuevamente su vida con el pequeño y lindo rubio que daba su mundo vueltas.

—Te veo luego, bebé— murmuró Félix cuando pasó a su lado, dedicándole una preciosa sonrisa que parecía desarmarlo por completo. Pero aunque fingiera estar feliz, las ojeras y el brillo apagado de sus ojos le dio a entender a Changbin que ambos se debían una explicación.

Él no había hablado muy bien del por qué estaba casado con esa mujer y por qué parecía ser un maldito infeliz, el por qué se sentía tan atrapado en esa estúpida farsa que seguía consumiendo sus ganas de vivir. Pero debía de hablar con Félix de todo lo que parecía molestarlo porque ya no aguantaba guardarle secretos y sabía que si seguía haciéndolo la relación que tenían se derrumbaría por su culpa. Y él no lo quería, aborrecía la idea de perder a ese precioso ser que lo volvía loco y lo había enamorado desde el primer momento que cruzaron palabras.

Soltando un suspiro y clavando su mirada en el pequeño rubio platinado, sonrió con apenas la comisura de su labio levantándose, disimulando las miles de sensaciones que Félix le hacía sentir.

El horario de almuerzo terminó y él volvió a la pequeña oficina que tantos secretos había guardado. Félix estaba ahí y no se detuvo cuando tomó sus suaves mejillas con su mano para segundos después chocar sus labios con los contrarios, besándolo hasta robarle todo el aliento. Besos mojados fueron repartidos por sus mofletes, bajando estos al cuello blanquecino del rubio, mordiendo y marcando, haciéndolo suyo una vez más.

—Te amo— le dijo el oficial—. Te amo como nunca amé a nadie. Nunca estuve con Youngmi, no la amo a ella. Es mi mejor amiga y su prometido falleció antes de que se casaran y pudiera conocer a los padres de ella. Es todo una farsa, Felixie— la información recibida era mucha, pero Félix lo miró con ojitos grandes y brillosos, con una sonrisa demoledora en sus labios—. Bebé bien sabes que cuando salgas de aquí lo primero que haré, será escapar contigo. No importa a dónde. Cualquier lugar será el indicado mientras ambos estemos juntos.

 ✮ ⋆ ˚。 60 días preso ✧ minsung 𖦹 ⋆。°✩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora