ELIZABETH:
-¡Vanessa, levántate! ¡Voy a llegar tarde!- Le digo a mi amiga mientras le tiro una almohada para que se despierte.
¿Contexto? Resulta que nos dormimos tan tarde que no escuchamos la alarma y voy a llegar tarde al trabajo.
Genial.
-¿Qué? ¿Dónde? ¿Cuándo?- Vane se levanta, alarmada por el golpe de la almohada.
-¡Rápido Vane!- Digo mientras me meto al baño que está en mi cuarto a bañarme y a arreglarme.
-Ya voy, ya voy, por favor, Ellie, eres la favorita de tu jefa, no creo que le importe que llegues una vez tarde.- Escucho que dice mientras entra al otro baño.
Hago todo de forma rápida, casi tropezando con Mandarina en el camino, ya que decidió que la mejor decisión era acostarse en medio del cuarto.
Me cambié rápidamente mientras me dejaba suelto mi pelo húmedo y me aplico un poco de maquillaje, luego me pongo los zapatos mientras voy hacia la cocina, observando a Vane quien acababa de salir del baño.
-¿No vamos a desayunar?- Ella pregunta mientras me mira con los ojos entrecerrados.
-Te daré algo en la cafetería, vámonos ya.- Digo mientras la tomo del brazo y la jalo antes de empezar a correr para llegar rápido.
-¡Elizabeth, nos vamos a caer!- Ella dice mientras también corre.
No le respondo y sigo corriendo y sin darme cuenta, abro fuertemente la puerta con la mano que no sostiene a Vane y eso hace sonar la campanilla fuertemente y todos nos voltearan a ver.
Sentí como mi cara se puso roja de inmediato y solo di una pequeña sonrisa avergonzada mientras entraba con Vane, quien también se sonrojo un poco.
Minutos después, escucho como la campanilla suena y Vane suelta un jadeo ahogado pero yo no volteo ya que estoy haciendo otras cosas, por lo que una compañera va a atender.
-Ellie, no voltees pero voltea.- Vane me murmura mientras me toma del brazo.
-¿Ahora de qué me hablas, Vanessa?- Digo soltando una risa.
-Charles Cooper y Carlos Brown están aquí, están mirando hacia donde estamos.- Ella dice mientras susurra emocionada.
Levanto la mirada y me encuentro con unos ojos verdes mirándome, era Charles, simplemente le dirigí una pequeña sonrisa y él lentamente me la devolvió.
Vane al parecer se había quedado embobada mirando a Carlos pero volvió a la realidad cuando notó las sonrisitas.
-Okey, ¿qué está pasando aquí?- Dice, mirándome con una ceja alzada.
-¿Qué está pasando de qué?-
-No finjas demencia, las sonrisitas.-
-Alucinas, Vanessa.- Niego mientras le aprieto el cachete de forma burlona y luego me alejo para llevar una orden.
Ella solo negó con la cabeza mientras le daba un mordisco a su sándwich, el cual me insistió mucho para que se lo diera.
Había pasado casi una hora y me encontraba hablando con Vane cuando nos interrumpen dos hombres, haciendo que cuando ella se da cuenta de quienes son, casi se desmaye.
-Hola, Elizabeth y…- Dice Carlos con una sonrisa mientras se acerca, jalando a Charles del brazo, mientras mira a Vanessa,
-Vanessa, me llamo Vanessa.- Mi amiga murmura lentamente mientras su cara se ponía roja.
-Vanessa, un hermoso nombre.- El pelinegro dijo mientras la miraba con una sonrisita de arriba a abajo. Luego, Charles le murmura algo al oído y hace que a su amigo se le pongan las orejas rojas antes de aclararse la garganta.- Toma, Elizabeth, es lo de la cuenta, muchas gracias.
-Con gusto, espero que vuelvan pronto.- Digo mientras tomo el dinero.
-Claro, nos vemos luego, Elizabeth.- Charles me contesta mientras sonríe.
-Hasta pronto, señoritas.- Dice Carlos con una sonrisa antes de guiñarle un ojo a mi amiga y salir del local junto a Charles, dejando a Vane con la cara como un tomate.
-Entonces, ¿qué está pasando aquí?- Le digo burlona, devolviendo lo que ella me preguntó anteriormente.
-Oh, cállate.- Ella responde con una risa nerviosa, tirándome una servilleta.
Suelto una carcajada y por el resto del día sigo molestando a Vanessa, divirtiéndome de cómo ella se sonrojaba, fácilmente pudiendo competir contra un tomate por ver quién más rojo está.
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Hola! Cómo están? Que les pareció el capítulo? No olviden dejar sus votos y comentarios, nos vemos en el próximo capítulo. Besitos. 🫶
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El Café Del Amor
RomanceElizabeth Evans tenía una vida normal, trabajaba en una cafetería, era empleada del mes, tenía un gato, escuchaba a Taylor Swift y todo iba con tranquilidad, claro, hasta que llega él. Charles Cooper, un empresario exitoso que estaba de visita en la...