Capítulo 12

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ELIZABETH

Estaba quedandome levemente dormida en el hombro de Charles cuando escuché ruidos en el pasillo, eran risas  y murmullos haciendo que Charles y yo nos quedaramos viendo un momento antes de voltear hacia la puerta.

La puerta se abrió y entró Vane pero no nos vió ya que se volteó hacia el pasillo al tiempo que Carlos entraba e inmediatamente se nos quedaba mirando y Vanessa volteó y noté que tenía el labial un poco corrido.

Que escena más cómica.

Nos quedamos mirando en un silencio incómodo hasta que Charles lo rompió.

-Es hora de irnos, Carlitos.- Dice levantándose del sofá y caminando hacia la puerta y mirándome con una sonrisa suave mientras se despide de mí y de Vanessa. -Hasta pronto Elizabeth y Vanessa.-

-Adiós..- Murmuré y Vane solo asintió.

Carlos y Charles salieron con pasos torpes, sobre todo el primero, quien miró confusa a Vane antes de salir y cerrar la puerta.

Vane y yo simplemente nos quedamos en silencio y nos miramos mutuamente con expresiones confusas.

-Tienes el labial corrido..- Dije suavemente mientras la miraba.

-Sí… Y él se llevó tu sudadera de Reputation.- Me respondió lentamente.

Asentí hasta que analicé la situación. -¡Mi sudadera de Rep!- Dije alarmada antes de recostarme contra el espaldar del sofá derrotada.

Eso me pasa por ser amable.

Ahora no tengo mi sudadera para ponérmela cuando Taylor por fin anuncie Reputation (Taylor´s Version) Voy a llorar.

Me dí cuenta de que Vane intentaba escabullirse para evitar la conversación mientras yo estaba en medio de mi crisis existencial sobre mi sudadera.

-¿Adónde crees que vas, señorita? Tú y yo tenemos mucho de qué hablar.- Le digo siguiéndola envuelta en mi manta.

-No es cierto.-

-Que sí.-

-Qué no.-

-Qué sí.-

-Qué no.-

-Qué sí.-

-Que no.-

-¿Entonces por qué tienes el labial corrido?- Le interrogo con los brazos en jarra y una ceja alzada.

Parezco mi mamá.

-... Nos besamos.- Suelta de la nada.

-¡¿Qué?!- Digo exaltada.

Es decir, era medio obvio, pero igual sorprende.

-¿Se besaron así como, ya sabes?- Digo mientras hago acciones de besis, completamente exageradas.

-Pues normal, ya sabes, un beso.- Dice encogiéndose de hombros.

-¿Uno o varios?-

-... Eres una chismosa.- Suelta cruzando sus brazos.

-De acuerdo, fueron varios besos. Y cuéntame, ¿cómo fue la cita?¿A dónde te llevó antes de que se besaran?- Inquiero sentándome en su cama.

Ella se aclara la garganta antes de empezar a hablar.

-Bueno, primero me abrió la puerta, que caballeroso, y me llevó a un restaurante súper elegante y pensé: ¿será que si estoy vestida para la ocasión?-

-Claro que sí, si te ves hermosa, Vane.- Murmuro lo obvio.

Ella sonríe y continúa con su relato.

-Y fue muy interesante, en ningún momento nos quedamos sin tema de conversación ni en un silencio incómodo, fue encantador. Y luego llegó la hora de pagar la cuenta y yo pensaba en pagar lo mío, obviamente, pero él no me dejó y lo pagó todo.-

-Eso es sorprendente, la verdad.- Digo, mirándola con una sonrisa.

-Sí y luego dimos un paseo por el parque y en un momento nos tocó salir corriendo porque nos persiguió un perro.-

Dejó de hablar en el momento en que se dio cuenta de que yo no me paraba de reír a carcajadas y me miró seria.

-¿Puedo seguir?- Inquiere mirándome con una ceja alzada.

-Sí, sí, continúa.-

Ella asiente y sigue hablando. -Entonces ya veníamos de regreso en su carro y en un momento nos quedamos mirando y pasó, nos besamos y varias veces.-

-¿Solo en el carro?-

-... También al salir del carro… Y en el ascensor… Y en el pasillo.- Murmura lentamente.

-Vaya.- Es lo único que respondo, sorprendida.

-Y bueno, ¿qué hacía Charles aquí?-

-Lo ayudé, estaba bajo la lluvia y estaba enfermo. Estábamos esperando que ustedes llegaran para que Carlos se fuera con él.

-Y se llevó también tu sudadera de Rep.-

-No me lo recuerdes.

Ella se puso el pijama mientras recogía lo que estaba en la sala y nos sentamos en su cama.

Pijamada, cómo todos los días, que genial.

-¿Van a tener una segunda cita?- Le pregunto.

-No lo sé, no lo hemos hablado.-

-Porque se estaban besando.- Ella me mira con un mohín y me pega con una almohada. -¿Qué? Solo decía la verdad.-

-Es hora de dormir, Elizabeth, por si no lo recuerdas, mañana tienes que trabajar.-

-De hecho, no, mañana descanso.-

-Por fin.- Dice alzando los brazos y recostandose en la cama.

Yo me río y durante toda la noche y parte de la madrugada simplemente hablamos, contamos chismes o simplemente riéndonos por nada.


Ellos son el verdadero 2 pa 2
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