Please fall in love with me ♡ Kiribaku

Movie

Kirishima estaba en su habitación junto a Bakugo, ambos andaban viendo una película y de vez en cuando observaban sus teléfonos, de repente, mientras los dos están perdidos en esa pantalla, a Kirishima le dió una impotencia de hablar.

- Blasty... - Dijo calmado el pelirrojo a lo cual solo obtuvo un tarareo por parte de su amigo que indicaba un ''dime'' a que respondió - Me gustas. -

- Ya lo sé pelos de mierda. - Bufó Bakugo un poco sonrojado mientras volteaba a verlo. - Ahora... ¿Cuál te gusta más? - Habló para luego enseñarle en su celular dos poleras de distinto color, la negra con un estampado de calavera y la roja con una guitarra amarilla. -

- Mmmmh, la roja. - Exclamó el contrario para volver a acostarse al borde de la cama y acariciar el cabello del rubio el cual estaba sentado en el piso. -

Kirishima sabía que no iba a ver una pronta respuesta de su amigo, después de todo, siempre se lo dijo desde el día en el que se declaró, con algo de resumen... Pues Kirishima le dijo lo que sentía y Bakugo solo dijo, ''Ya lo sé... pelos de mierda'' mientras le sonreía de una manera sincera y lo despeinaba, después de esto Kirishima pidió una respuesta y el rubio solo dijo ''No estoy listo para decirla.'', a partir de ese día el pelirrojo siempre le demostraba su amor y el contrario únicamente lo aceptaba, recalcando que lo sabia, cosa que hace hasta el día de hoy.

Pasó el día, como era sábado, los dos mejores amigos decidieron pasarlo jugando Nintendo, por lo que le pidieron la consola a Kaminari y se fueron los dos al cuarto de Kirishima.

La verdad, Kirishima siempre perdía cuando jugaba Mario Kart contra Bakugo, pero no le importaba porque mientras el rubio sonreía a la tele por su victoria él siempre lo veía, a veces se preguntaba si perdía porque de verdad era malo o porque su mirada siempre se desviaba por ver la hermosa cara de concentración del chico de su costado.

Pasó el rato y ambos se cansaron de jugar, Bakugo estaba tirado en la cama del pelirrojo mientras que este seguía sentado en el suelo mejorando sus habilidades con el juego de carritos.

- Eijiro, ¿Te puedo llamar así? - Su pregunta retumbó en los oídos del nombrado. -

- ¿Eh? - El asombro hizo que dejara el juego y volteara con un gran sonrojo en su cara. - Yo... Supongo, si tú quieres. -

- ¿No te incomoda? - Preguntó Bakugo levantando un poco su torso para ver a la cara a su amigo. -

- No, se escucha bien. - Contestó rascándose la nuca. -

- Okey, sigue jugando, ya se acabó la carrera y quedaste en el puesto 12. - Soltó una risita luego de ver como la cara de Kirishima pasaba de una avergonzada a una completamente decepcionada. -

- ¡Mierda, cierto! - Kirishima volvió a agarrar la Nintendo y cuando los dos estaban en la segunda carrera, el rubio habló. -

- Eijiro, eres de las pocas personas que no quisiera perder. - Luego de esto Bakugo se volteó para quedar mirando a la pared. -

Kirishima giró su cabeza y lo intentó mirar a los ojos. - Te quiero Blasty. - Él sabía perfectamente que cuando su amigo se ponía así era porque tenía sueño, por lo que no pensaba mucho en decir las cosas. - ¿Quieres que te acompañe a tu habitación para que duermas? -

- No quiero caminar, ¿me puedo quedar acá? - Preguntó entre un prolongado bostezo. -

- Claro, está bien, te traigo tu pijama. - Kirishima salió de la habitación y fue en dirección al otro cuarto, luego de recoger el pijama de paso devolvió la Nintendo a su amigo y así, regresó. - Blasty, acá está, póntela, no permitiré que duermas con ropa sucia. - El pelirrojo lanzó el conjunto y su amigo lo atrapó. - Bien, yo me cambiaré en el baño, me avisas cuando pueda salir. - Sonrió. -

Bakugo asintió, Kirishima entró al baño y mientras se cambiaba pensaba si podría ser posible que su amigo se enamore de él, sabía que Bakugo no expresaba sus emociones y decirlas eran aún más complicadas, a no ser que este enojado, pero ahora, Bakugo le tenía la suficiente confianza como para decirle que le importaba, aún que haya estado medio dormido, no quita el hecho de que esto es muy inusual en su persona.

Entre todos estos pensamientos Bakugo finalmente le dió la señal de que podía pasar, al entrar, el rubio ya se encontraba acostado en la cama con las sábanas cubriendo su cuerpo a lo que Kirishima sacó el pequeño futón de su armario y lo desplegó en el suelo mientras agarraba unas mantas para poder dormir a gusto, se dieron las buenas noches y finalmente cayeron profundamente dormidos.

A la mañana siguiente, el sol se asomó por las delgadas y blancas cortinas de la pieza logrando despertar a ambos muchachos.

- Buenos días Blasty. - Exclamó Kirishima desde el futón. -

- ¿Ah? - Dijo el contrario mientras se sobaba los ojos - Ah, sí, buenos días. - Bostezó adormilado. - ¿Tienes hambre? -

- Un poco, ¿quieres bajar a comer? -

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Luego de desayunar junto con algunos de sus compañeros que se levantaron a la misma hora, se sentaron en el mueble de la sala compartida, mientras los demás conversaban en la mesa o se iban a sus habitaciones, Kirishima y Bakugo conversaban de cualquier cosa que se les pasará por la mente, se les pasó el tiempo volando y en algún momento decidieron (aunque fue más por la insistencia del pelirrojo), ver una película junto a todos los demás, así que los llamaron y el grupo decidió ver ''Siempre a tu lado''.

- Puf, que estupidez. - Susurró Bakugo al oído de Kirishima a lo cual este solo se río por el comentario. -

Pasaron los minutos y en algún punto el pelirrojo volteó a ver a Bakugo disimuladamente y lo vio derramar una lágrima, él únicamente lo llamó y este se negó moviendo su cabeza un costado para poder evitar que su amigo vea su estado de fragilidad en esos momentos además de que probablemente no quería que su mejor amigo lo vea con los ojos lloroso, Bakugo nunca había visto la película donde un perro esperaba a que su dueño volviera sin saber que había fallecido, cosa que Kirishima sabia pero no pensó que le afectaría de esa manera, así que sin que sus amigos se dieran cuenta le limpio la cara a su amigo y paso su brazo por su hombro.

- Maldito pelos de mierda. - Susurró Bakugo mientras a poyaba su cabeza en el hombro del más bajo. -