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Sus respiraciones se volvieron acompasadas desde hacía dos horas. JiMin descansaba sobre el fornido pecho de JungKook muy plácidamente como aquellos tantos ayeres cuando su matrimonio inició. Una mano estaba aferrada a su cintura como un gesto posesivo y también de cariño. La otra estaba extendida sobre la cama teniendo pequeños espasmos que indicaban que el portador estaba despertando.

Un exquisito aroma a cerezas llegó a las fosas nasales de JungKook, siendo eso lo que provocaría su reacción prematura a las casi tres de la madrugada. Se removió ligeramente dándose cuenta de que tenía un peso sobre su cuerpo. Abrió los ojos de golpe y comprobó que se trataba de JiMin.

En algún punto de su inconsciencia pensó que todo aquello tan maravilloso y excitante había sido uno de sus tantos sueños de primavera que solía tener antes de la llegada de su esposo, pero esta vez su corazón latió emocionado al darse cuenta de que era cien por ciento real.

Sin poder evitarlo, lo abrazó con fuerza y depositó varios besos cariñosos sobre su melena dorada y desordenada. Aquello hizo que el rubio despertara ligeramente del sueño relajante que estaba teniendo, uno que hacía mucho tiempo no ha tenido oportunidad de disfrutar. Se escucharon unos cuantos quejidos, mismos que siempre soltaba cuando alguien lo interrumpía mientras duerme, y JungKook sonrió enternecido por eso.

— ¿JungKookie?

JiMin también sintió que todo había sido producto de su imaginación en medio del velo nocturno. Y no pudo evitar incorporarse para corroborar que de verdad no estaba soñando.

— ¿Cómo estás? ¿Dormiste bien? —le preguntó JungKook con voz ronca debido al reciente despertar.

—Contigo siempre duermo bien— sonrió enamorado y se acercó a los labios de su esposo para besarlos con cariño.

Se hizo un pequeño silencio donde se acariciaron mutuamente para sentirse seguros de que esto no era un sueño. JungKook, sobre todo, era quien más necesitaba del contacto físico con su esposo después de un año separados. Acarició su trasero, su espalda, su cadera y su cintura y de vez en cuando volvía a besarlo entre suspiros enamorados que nunca parecían acabarse.

—Quiero hacer esto toda la noche— habló JiMin en medio del beso y las caricias.

—No más que yo, mi esposo— acudió y afianzó el agarre, sin embargo, poco a poco se iba deteniendo— Pero creo que debemos hablar sobre esto y todo lo demás.

— ¿No fue suficiente con el sexo de reconciliación? —se burló.

—De hecho...—lo tomó de las caderas y lo subió encima suyo— no hemos terminado con esa parte.

JiMin sonrió encantador y descendió para besar a JungKook quien se había quedado acostado sobre la cama. Al final decidió quedarse en esa posición para disfrutar de tener ese sexy rostro cerca del suyo.

—Tienes razón; tenemos que hablar— accedió— Y creo que ya está por demás que te lo diga, pero sabes bien que ya te perdoné y de verdad quisiera olvidar todo eso.

—Yo también quiero olvidarlo y aun así quiero insistirte con pedirte perdón— subió una mano para acariciarlo de la mejilla— Llegué demasiado lejos con mis palabras y también debo pedirte perdón por no haber ido detrás de ti para detenerte. Debo hacer mucho para reivindicarme por completo.

—Está todo bien— le habló con voz aterciopelada— Ya hiciste mucho en estos días. Sólo espero que las cosas no vuelvan a cambiar después de un tiempo, porque ahora sí te lo aseguro que me iré muy lejos y no volveré ni siquiera para firmar el divorcio— advirtió con mucha seriedad en sus ojos.

Afterglow (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora