Prólogo

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—Todos los días llega cansado. Antes al menos me pedía disculpas por sentirse así, pero ahora ni siquiera me mira.

JiMin estaba desesperado.

Desde un par de meses atrás, su esposo, Jeon JungKook, ha estado demasiado distanciado de él. Al principio creyó que lo estaba engañando con alguien más, pero después descartó la idea; primero, porque confiaba ciegamente en él, y segundo, porque descubrió que el idiota sólo era un adicto al trabajo.

Se la pasaba todos los días, mañana, tarde y noche en su oficina, todo por hacer crecer a su empresa, sin embargo, todo el tiempo que JungKook ha invertido en ese lugar es el mismo que ha dejado solo a JiMin.

Tienen una vida lujosa y cómoda gracias a eso, aunque el hermoso rubio también hace sus aportes gracias a su talento nato para pintar obras de arte que se venden por cantidades estratosféricas de dinero. Pero lo que JiMin ama más en su vida y lo que más necesita es JungKook, su guapo y sexy esposo que tantos años le ha dado. Tres años de relación y dos años de matrimonio suman cinco años de muchos momentos únicos en sus vidas, mismos que están llenos de promesas que ahora parecen consumirse en el fuego abrazador del olvido.

JiMin lo adora, intenta demostrárselo cada día, sin embargo, ya no tiene más ideas para atraer su atención y para que vuelvan a ser la misma pareja de antes... ese par de locos enamorados que se amaban con locura, que tenían citas en cualquier lugar, que salían de viaje espontáneamente, que hacían el amor todas las noches, pero sobre todo, que se quedaban en casa a cocinar y a platicar cualquier cosa, sólo importando su compañía mutua.

En este último año las cosas cambiaron. Al principio todo era miel sobre hojuelas. Era como si estuvieran viviendo sus primeros días de novios como cuando iban en la universidad. Pero después de su primer aniversario hubo algo extraño que JiMin no ha descubierto. Aunque todo seguía bien, el cambio drástico se notó hace dos meses cuando intentó acercarse a JungKook para tener intimidad y éste le dijo que estaba cansado, lo curioso fue que, en cuanto le dijo eso, se levantó de la cama y se encerró en su despacho para no salir hasta el día siguiente.

Y así hasta el día de hoy. El problema es que ahora son como un par de extraños que viven en la misma casa, que a veces comen juntos y duermen juntos, pero que ni siquiera se dan las buenas noches. JiMin pensó que sería bueno darle su espacio si es que estaba demasiado estresado por el trabajo, pero ahora ya no piensa igual. Quiere a su esposo y un poco de su atención.

—YoonGi dice que han tenido mucho trabajo en la empresa—respondió TaeHyung, su mejor amigo y alma gemela.

TaeHyung era el esposo de Min YoonGi, el mejor amigo de JungKook. Ellos dos también se conocieron en la universidad y les pasó lo mismo que a JiMin y su esposo; se enamoraron a primera vista. Era lindo compartir tardes los cuatro ahora que se habían casado, pero incluso eso había cambiado. La única diferencia es que YoonGi sí le ponía atención a su esposo.

—Siempre la misma excusa—bufó el rubio—Yo... lo extraño. No entiendo por qué su trabajo es más importante que yo—habló con frustración y dejó su taza de té sobre la mesita de jardín—Ya ni siquiera me toca. Antes me miraba con deseo, pero ahora... parece que soy un maldito objeto de su colección de adornos.

— ¿No has pensado que tal vez entraron en alguna especie de monotonía? —el castaño lo miró con cautela—Por ejemplo, YoonGi y yo hacemos cosas locas de vez en cuando.

— ¿Cómo qué? —lo miró interesado.

TaeHyung le sonrió maliciosamente y sacó su celular para mostrarle fotos de lencería que ha comprado para tener intimidad con YoonGi.

—De vez en cuando me aparezco en su oficina usando uno de esos conjuntos y... ya sabes... hacemos cosas.

Eso fue como un estallido en la cabeza de JiMin. ¿Por qué no lo había pensado? Antes cuando ambos cursaban la universidad se escapaban para follar en algún lugar. Pese a que iban en facultades diferentes eso no era impedimento para encontrarse y hacer travesuras. ¿Por qué tuvo que cambiar eso cuando se casaron? Todavía podían hacerlo. No importaba que ambos tuviesen veinticinco años. Ni siquiera habían llegado a los treinta, así que no era tarde para intentar revivir la llama de la pasión que en algún momento existió entre ellos.

— ¿Y te vas vestido así? ¿Cómo haces eso? —preguntó el rubio evidentemente interesado.

—Fácil—sonrió con picardía—Te pones la lencería y sólo te cubres con una gabardina larga. Entras a su oficina, te descubres frente a él, te acuestas sobre su escritorio y... ¡boom! Tienen sexo salvaje ahí mismo.

— ¿Crees que funcione? —lo miró con ilusión.

—JungKook sería muy idiota si no lo hace. ¿Quién podría resistirte a ti? Eres precioso. Tú puedes elegir a quien quieras para que te siga como perrito faldero—le halagó y tomó su mano—Tal vez sólo falta cambiar el chip de su matrimonio. En cuanto lo hagas las cosas irán mejor. Ya lo verás—le animó con una de sus resplandecientes sonrisas cuadradas.

JiMin echó a volar su imaginación y con sólo eso su piel se erizó. Extraña estar desnudo entre los brazos de su esposo. Extraña sus besos, sus caricias, la forma delicada y ruda con que lo folla en la cama. Nunca antes pensó en tener sexo en una oficina con él, pero ahora que TaeHyung se lo expuso, piensa en que eso le dará el toque a su matrimonio.

No hay tiempo que perder.

—Vamos de compras, soulmate—exclamó el rubio con una sonrisa emocionada. 

 

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Las actualizaciones iniciarán cuando finalice LITTLE JIMIN & THE HEARTBREAK PRINCE.

El nombre del fic lo tomé de una canción de Taylor Swift.

La encuentran en multimedia.

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Las tkm!!!

Afterglow (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora