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JungKook confiaba ciegamente en su detective privado, Kim MinGyu. Era el único que podía conseguirle información sobre cada movimiento de JiMin en menos de veinticuatro horas. Para cuando estaba cerrando la puerta de su auto frente a su casa, recibió un archivo donde contenía toda la información que solicitó.

El departamento de JiMin estaba cerca del edificio de su empresa, pero justo ahora está en casa de sus padres. Al principio pensó que eso arruinaba sus planes de llegar sorpresivamente a su departamento con el lindo ramo de flores de papel que realizó durante casi todo el día en la oficina. Pero después tuvo un flash back de uno de los recuerdos más significativos que tenía con el rubio; aquella vez cuando su relación presentaba dificultades debido a la intromisión de los señores Park, corrió hasta su mansión para sacarlo de ahí y llevárselo consigo durante toda la noche y parte de la mañana.

La primera vez que se fugaron.

Esa noche fue mágica.

Esa noche lo definió todo.

Así que las cosas estaban en su favor y esta vez no le importaba absolutamente nada. Hablaba muy enserio cuando dijo que estaba muy dispuesto a todo con tal de recuperarlo y hacer las cosas bien.

Subió a su habitación donde también albergaba muchos de esos recuerdos de su matrimonio y donde la esencia fantasmal de JiMin aún perdura. Se dio una ducha rápida y luego buscó en su guarda ropa algo diferente a lo que siempre acostumbraba. Se despeinó el cabello, algo que le daba un aspecto más joven y relajado. Después de eso salió de su mansión, pero cambió de coche a uno más modesto.

Mientras conducía armaba en su mente cómo es que entraría a la mansión Park sin que los señores se dieran cuenta. Tenía que ser igual como aquella vez, aunque antes era bien recibido por los empleados, ¿será que sigue siendo así? En caso de que no funcione, se está mentalizando para escalar al segundo piso donde supone sigue siendo la habitación de JiMin.

Pasó mucho tiempo para que pudiera estar frente a la mansión Park. Incluso mucho antes de la huida de su esposo. Desde hace aproximadamente dos años atrás fue que dejó de venir a este lugar. Era más fácil esconderse que sincerarse con JiMin respecto a cómo los señores Park siempre lo humillaban, lo insultaban y sobre todo lo presionaban con sus comentarios mal intencionados.

Y seguía en la misma postura.

No hablará de ellos. Ni aunque sea necesario, porque está seguro de que JiMin aún lo ama y en cualquier momento va a ceder.

Pasó un buen rato dentro de su auto esperando a que llegara la hora correcta sólo porque seguía siendo dramático. Quería que todo saliera perfecto justo como hace varios años atrás. En cuanto vio que las luces del interior se apagaban, salió de su auto y caminó hacia la entrada donde enseguida salió un guardia.

—Buenas noches, señor. ¿Quién es usted?

—Buenas noches— le hizo una reverencia— Soy...

— ¿JungKook? —el guardia lo reconoció— ¡Ah! Pero qué tonto soy, sí es el mismo Jeon JungKook.

— ¿Cómo estás, Kai? Creí que ya no me recordabas— lo miró ofendido.

—Es que te ves diferente— sonrió amigable y enseguida reaccionó— JiMin salió un momento con sus padres, pero volverá pronto. ¿Gustas esperarlo dentro?

—Por supuesto— sonrió victorioso— Pero no dejes que nadie le diga que estoy aquí. Es una sorpresa.

—Claro, como tú digas— sonrió con picardía.

Afterglow (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora