Capítulo 23
Los mensajes que recibimos de Kamo eran cortos, pero nos dieron toda la información que necesitábamos. Uno, que estaba con Rodrick; y dos, que no esta bien.
Que los mensajes hayan sido tan cortos quiere decir que los mando a prisa, sin pensarlo, asustado. Y que haya recurrido a pedir auxilio a Rara, con quien llevaba meses sin hablar, demuestra que está desesperado.
Ya ni siquiera le doy vueltas al porque volvió a caer en las manos de Rodrick. Cómo ya lo dije, una relación tóxica es como la droga, y Kamo estaba necesitado de dopamina, y busco su éxtasis.
Apenas Rara recibió ese mensaje salimos corriendo del baile, a socorrerlo. El único problema es que corríamos sin ningún destino, ya que no sabíamos a dónde ir.
En los mensajes solo decía que está con Rodrick, pero no dijo dónde. Lo más lógico sería ir hasta la casa de Rodrick, pero ese es el meollo del asunto, no sabemos dónde demonios vive. Kamo nunca nos dijo dónde es que vivía el cavernícola ese, y nosotros tampoco le preguntamos.
Hablamos con Felipe, para ver si el sabía o sospechaba dónde puede estar Kamo, pero él nos dijo que la última vez que lo vio fue antes de venir al baile. Estaba vestido, arreglado, ya apunto de salir, pero Kamo le dijo que primero haría una cosa que no podía posponer más tiempo, y luego vendría al baile. Después de eso no ha visto ni la sombra de él.
Lo primero que se nos ocurrió fue ir al bar Pretty Drink, esperando correr con la misma suerte de la vez pasada y encontrarlos ahí. Pero malas noticias, no estaban. Le preguntamos al cantinero si los habían visto, y vaya sorpresa nos llevamos. Nos informaron que tanto Rodrick como Kamo, incluidos Rara y yo, habíamos sido vetados del establecimiento, por el escándalo de la vez pasada. Todo este tiempo estuve vetada de ese lugar y yo ni enterada, menos mal no se me ocurrió venir para acá en plan salida, porque tremenda vergüenza hubiera pasado.
Me da cierto golpe de nostalgia saber que no podré ingresar a este bar, por lo menos por un buen tiempo. Aquí viví muchas experiencias, buenas, malas, regulares, pero experiencias al fin y al cabo.
Ahora sin tener ningún otro lugar al cual buscarlos, el pelirrojo empezó a llamarlo y mandarle múltiples mensajes. Pero las llamadas caían directamente al buzón, y los mensajes por WhatsApp quedaban en una palomita.
Yo no podía hacer nada, ya que a mí me había bloqueado hasta de sus pensamientos.
Imposibilitados de comunicarnos con él, sin saber dónde buscar o que hacer, como un par de locos empezamos a dar vuelta por toda la ciudad para ver si corremos con la suerte de hallarlos.
Pero como cosa extraña en mi vida, la suerte no está de mi lado. Llevamos más de dos horas dando vueltas por toda la ciudad, la hemos recorrido de extremo a extremo, pero ni rastros de ellos dos. Lo que confirma que no están por las calles, y seguramente están en la casa del cavernícola.
Corremos por las frías y vacías calles de la ciudad, no hay ni un alma deambulando, es que hasta la llorona ya se rindió buscando a sus hijos y se fue a dormir. Pero nosotros no nos rendiremos con Kamo.
La ciudad está adornada con luces, algunos locales tienen decorativos navideños, como Santas inflables, renos en las ventanas, en las casas hay elfos en los jardines, árboles de navidad, muñecos de nieve, pero lo menos que siento ahora es el espíritu navideño.
Pasamos por plazas, locales, bares, negocios, casas, siempre mirando al interior. Es entendible que no haya nadie, ya es de madrugada. Reviso la hora en mi teléfono, veo que son las dos y trece. Mis piernas están que revientan, en todo el año no hice tanto ejercicio como hoy. A este punto voy a buscar a la llorona para que ayude a encontrarlos.
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¡Que se joda el amor!
Подростковая литератураA Theslya le gusta su mejor amigo Kamo, ¡Que es gay! Y a Kamo le gusta su otro mejor amigo Rara, ¡Que es hetero! Este triángulo amoroso bisexual pondrá en peligro su amistad. Este enredo traerá mentiras, secretos, drama, llanto, y muchos corazones r...