Caballo de Troya

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Capitulo 6

En mi mente repito el mismo pensamiento una y otra vez: «¡Voy a tener una cita con una chica!».
   
Nunca he tenido una cita con ninguna chica, ni ningún chico, ni con nadie.
   
Ahora mismo soy un manojo de nervios.
   
Me cuesta abrir las puertas del castillo de mi corazón, porque puede entrar un caballo de Troya, y terminar de arruinarlo todo.
   
Por favor que este no sea un caballo de Troya.
   
No vine a esta cita con la intención de enamorarme de ella, vine para divertirme un rato. Pero nunca se sabe que pueda pasar.
   
Estoy entrando al lugar en el que me citó Yiyi. Ella dijo que yo escogiera a dónde ir, pero no me decidía por un sitio, así que deje que lo haga ella. Eligió un restaurante tipo bar llamado Pretty Drink, que está de moda por los creativos vasos en los que ofrecen sus bebidas. No es muy glamuroso, pero es lindo.
   
Por dentro es muy llamativo. Las paredes están pintadas de diferentes colores cálidos, con varios cuadros con diseños abstractos colgados. Las mesas son de madera. Hay una pequeña pista de baile, y la música no es horrenda.
   
Ojeo el lugar, y la veo. Está sentada, en una mesa en el fondo a la derecha.
   
Ella se ve genial. Usa un vestido azul oscuro que le llega hasta las rodillas, unas sandalias doradas, y su cabello recogido en un moño.
   
Que se vea tan bien hace que me arrepienta de como estoy vestida. Voy con unos simples jeans negros, una camisa roja con un lobo blanco en el centro, y mis converse favoritos, que siguen muy sucios.
   
Reúno valor, y me acerco a la mesa.
   
—Hola —me saluda, al verme llegar.
   
—Hola —le regreso el saludo jalando mi silla para sentarme.
   
Nos quedamos frente a frente. Ya que me senté en el otro extremo de dónde ella está. Es un momento incómodo para ambas. Mi estómago se contuerce por los nervios. Intento no sudar, porque me hice un delineado fabuloso, no quiero que se me corra.
   
Por fortuna, ella rompe el hielo. Me empieza a preguntar por cosas triviales, como por la escuela y cosas así. Yo solo contesto «sí; no; bien» de forma tosca y cortante. Juro que intento hablar fluido, pero no me sale.
   
La mesera llega a la mesa, y nos ofrece de tomar. Ella pide una cerveza, y yo solo digo que también quiero una. No estoy acostumbrada a beber, así que no sé que pedir.
   
Nos quedamos en un largo silencio. Ninguna de las dos habla, casi ni nos miramos. Hasta que regresa la mesera, con nuestras cervezas servidas en unos extravagantes vasos con forma de gatos. El mío amarillo, y el de ella azul.
   
—¡Wow! ¡Qué cutie! Estos vasos son fascinantes. Nunca los había visto —esta es la oración más larga que he dicho desde que llegué. Y fue porque  hable sin pensar, por la emoción al ver los vasos.
  
—Este es el único lugar en la ciudad que sirve sus bebidas en vasos así. Por eso pensé que sería cool venir aquí —esto también es lo más largo que ella ha dicho.
   
Tomamos un sorbo de nuestras cervezas en silencio, hasta que ella hablo.
   
—Disculpa si no estoy platicando casi nada, es que estoy muy nerviosa. —confiesa tomando un trago profundo de su cerveza, como para agarrar valor— es que me gustas mucho… creo.
   
Una calidez volvió a recorrer mi cuerpo, y sin poder evitarlo, me ruborice. Es la primera vez que alguien me dice que le gustó de forma romántica.
   
—Osea no estoy enamorada de ti. Porque no creo en el amor a primera vista, pero… —su mirada sube hasta chocar con la mía— me gustaría conocerte más.
   
—Yo tampoco creo en el amor a primera vista —tapo con el vaso de cerveza mi cara, para que no vea que estoy roja— ya tenemos algo en común.
   
Ambas nos reímos.
   
—Ayer en la feria quería hablar más contigo. Pero creo que estabas ocupada en otras cosas.
   
—Sí… anoche fue… no lo entenderías —Es difícil explicar que soy una imbécil.
   
—Si lo intentas, podría entender.
   
Puede ser por la cerveza, el ambiente, que Yiyi me trasmite confianza, o que necesitaba contárselo a alguien que no fuera mi hermana. Pero se lo empiezo a contar todo.
   
—Resulta que me gusta mi mejor amigo, Kamo. Es uno de los chicos de ayer, el de cabello largo color azul —ella levanta las cejas— él es gay. Pero no solo eso, si no que Kamo está enamorado de nuestro otro mejor amigo, Rara. El chico pelirrojo. Y él es heterosexual.
   
—Tienes razón, es difícil de entender —intenta no demostrar mucha emoción, pero sé que por dentro piensa «está chica está loca».
   
—Y eso no es todo. —Prosigo. Ya comencé a hablar, así que ya no me callaré—. Resulta que Kamo me contó ayer lo que siente por Rara, y me pide hablar con él para saber si no tiene una oportunidad —suspiro hondo y tomo hasta el fondo de la cerveza— y yo como tonta lo hago. Pero en el momento de hablar con Rara me bloqueé, y le termine diciendo que me gusta a mí. —Su mandíbula casi se le desprende de lo grande que abrió su boca de la impresión—. Y para rematar, me encuentro con Kamo antes de irme, y le miento a él también, diciéndole que si tiene posibilidades.
   
—Vaya mierda… —esta sin aliento. Apenas puede creer todo lo que le estoy contando.
   
—Lo sé, merezco los más grandes aplausos por ser una mierda de persona —aplaudo para mí misma.
   
—¡No te digas eso!—se levanta de su silla para tomar mis manos, y detener mis aplausos— No te conozco, pero por lo poco que he visto de ti, me da la impresión de que eres una gran persona. —Me sonríe y se sienta a mi lado— además, si las costillas de cerdo fueran perfectas, no existirían los perros calientes. Nadie es perfecto. Todo el mundo se equivoca, unos más que otros, pero todos se equivocan.
   
Sus palabras hacen que una pequeña lágrima salga de mi ojo derecho.
   
Pero eso último que dijo quedó sonando en mi mente, sé que lo he escuchado en otro lado.
   
—Un momento, ¿acabas de citar a Steven Universe?
   
—Este… sí. Me descubriste, me gusta esa caricatura —baja su mirada— de seguro pensarás que soy una nerd.
   
—¿Qué dices? Me encanta esa serie sobre gemas espaciales lesbianas.
   
Ambas soltamos una carcajada tan fuerte, que las personas en las mesas alrededor de nosotras voltearon a vernos.
   
—Sami tenía razón, tenemos gustos  en común—afirmo, calmando mi risa— es muy improbable, pero, ¿te gustan las series sobre zombies?
   
—Debe de ser una broma. Es mi género favorito. Todo lo que tenga zombies, o cosas por el estilo, yo lo veo. The wallking dead, the last of us, y z nation, son mis producciones favoritas.
   
—Acabas de mencionar mis series favoritas de todos los tiempos. —Un leve brillo se muestra en sus ojos— esto no tiene nada que ver ni con zombies ni con caricaturas. Pero si me dices que te gusta euphoria, juro que te beso.
   
—Prepara tus labios, porque adoro esa serie. El mensaje que trasmite. Los personajes, en especial el de Kat. Las actuaciones. Todo es otro nivel.
   
Luego de eso, empezamos a tener una genuina conversación. Hablamos de todo. De lo que nos gusta, de lo que no. De cómo ambas odiamos la salsa de maíz, y amamos las canciones de Sam Smith. En lo único que diferimos es en que ella no es fan de Billie Eilish, pero no odia su música. Por el resto, nos gusta casi lo mismo.
   
Dicen que los polos opuestos se atraen. Pero es porque no conocen lo genial que es estar con un polo idéntico a ti.
   
Mi mente por fin se relajo. Deje de pensar en Kamo y en Rara. Mis preocupaciones se fueron por un instante. Ninguna de las dos volvió a tocar el tema de la feria. Solo disfruto del momento.
   
Pasamos horas hablando. Riéndonos. Haciendo chistes y bromas. Cada cierto tiempo pedimos una cerveza más. Ella me dejó claro que pagaría la cuenta, y que no aceptaría que pusiera dinero de mi parte. En algún punto perdí la noción del tiempo.

(...)

Estamos en un fogoso debate sobre cual temporada de euphoria es mejor. Si la primera o la segunda. Yo insisto en que la serie mejoro para bien en la segunda. Pero ella persiste en decir que la primera es mejor, aunque no niega que la segunda es una digna secuela.
   
De repente mi teléfono suena, interrumpiendo mi argumento de cómo la trama está más construida en la segunda temporada. Lo reviso, y es un mensaje de mi mamá que dice:
Bebucha, regresa a casa antes de las doce. Mañana empiezas el cole.

Reviso la hora, y ¡vaya! son las once y media. Se pasó el tiempo volando.
   
—Ya tengo que irme —digo mirándola con un poco de tristeza— mañana empiezan las clases.
   
—Cierto, ya es tarde. —Pensé que nos íbamos a despedir. Pero ella de la nada inclina su cabeza para quedar cerca de la mía— antes de irnos me gustaría que cumplieras lo que prometiste.
   
—¿D-de que hablas? —que estuviera tan cerca me hizo tartamudear.
   
—Hace un rato, juraste que si me gustaba euphoria me besarías. Y como viste, me encanta. Así que tienes que cumplir lo que juras.
   
Cada vez su cabeza se acerca más y más a la mía. Creo que las cuatro cervezas que bebió le dieron valor. Cierra sus ojos y sus labios casi están tocando los míos. Así que sin darle más vueltas al asunto, lo hago.
   
La beso.
   
Ella empuja con fuerza sus labios contra los míos. Están húmedos. Beso con delicadeza su labio inferior. Usa un poco de más su lengua, pero no me desagrada. Al darme el beso, todo mi cuerpo se estremeció. No es un beso apasionado, sino uno tierno.
   
Nos besamos en pleno restaurante sin importarnos lo que piensen los demás. A lo lejos oigo a una chica, muy seguramente homofóbica, repudiar nuestro beso. Pero no nos importa. Solo vivimos este momento mágico, o bueno, para mí es mágico.
   
Noto que no tiene mucha experiencia besando, no es que yo sea la experta en besos, pero no me extrañaría que este sea su primer beso.
   
Sus labios se separan de los míos, y me susurra:
   
—Ya lo confirme. Me gustas.
   
Al escuchar esas palabras un escalofrío recorrió mi cuerpo.
   
No por gustarle a alguien. Sino porque ese sentimiento, ese sentimiento que odio tanto, yo también lo estoy sintiendo.
   
—Nos vemos mañana —me da otro beso corto antes de irse.
   
Mi cuerpo aún no se mueve. Pase un par de minutos paralizada antes de reaccionar y darme cuenta que se había ido.
   
Yo sigo sentada. Con una sonrisa en mi cara.
   
Estoy feliz, y es inexplicable.
   
Pero también tengo miedo.

Enamorarme nunca salió bien para mí. Pero está vez puede ser diferente. Por primera vez alguien me está gustando, y es recíproco.
   
Tal vez no sea un caballo de Troya.

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Nota del autor: Vaya, primera cita y ya un beso.

les gusta este shipp? Como lo llamarían? ¿Theslyiyi o Yilia? O tienen algún otro nombre?

Y seguimos con el debate aquí, cuál temporada de euphoria les parece la mejor? La primera o la segunda? En lo personal me gusta más la primera.

Love del bueno pa' todo el mundo, les tqm soñadores.

¡Que se joda el amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora