01 | ¡A la mierda el amor!

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Capitulo 01.

—Todos los presentes estamos aquí reunidos, hoy veintidós de Julio, a las… —Ojeo el reloj de mi muñeca—. Nueve treinta y siete de la mañana, para mandar a la mierda al amor —concluyo mientras levanto un corazón de peluche.

Es un aburrido sábado por la mañana. Cómo de costumbre estoy sola en casa, mi madre trabajando en el hospital y mi hermana lo más seguro es que está con una amiga o en alguna actividad de los múltiples clubs a los que asiste. Dios jamás entenderé cómo es que esas chicas tienen tanta energía. Ellas hacen veinte cosas al mismo tiempo, yo hago una y necesito descansar un mes. No tengo pruebas pero tampoco dudas de que soy adoptada, y mi verdadera familia es una de perezosos.

Tengo un montón de tarea pendiente que realizar, pero hoy es sábado, casi domingo, y los domingos no se hace nada, hoy es pre-domingo, por lo tanto tampoco se hace nada hoy. 
Y como no tenía nada mejor que hacer, busqué en Google un ritual para sacar al amor de mi vida. Casual, cosas de chicas adolescentes.
Bueno, la verdad estaba en Google investigando cosas estúpidas por el aburrimiento, como: “¿Por qué el amor es tan jodidamente horrible”. Y una página llamo mi atención, pues decía: “Ritual fácil y sencillo para alejar el amor de tu vida”. Yo tipo así de puta que ofertón.

Tengo muchos motivos para querer deshacerme del amor. De hecho si pudiera darle una paliza al angelito con flechas ese lo haría. Estoy a nada de creer que mi vida es la comedia romántica favorita de Cupido, pero de esas que siempre terminan mal.

No quería hacer el ritual sola, pues aunque la página específico que era algo más que todo psicólogico, tenía miedo de que un demonio apareciera en mi habitación en plan, ¿bueno que se te ofrece?

Así que les dije a mis dos mejores, y únicos, amigos que venga y lo hagamos juntos. Porque si caigo los arrastró conmigo.
Ese par hacen todo lo que yo diga, juro que si les ordeno que se tiren de un puente van y se tiran sin chitar. Jamás les diría eso, son mi motivo de existencia y los únicos que me soportan.

Estamos sentados en el suelo de mi habitación en forma de círculo, o más bien triángulo, cada uno en una punta. Yo sigo en mi pijama rosa favorita. Si estuviera ante otras personas jamás estaría así vestida, pero solo estoy con mis mejores amigos de toda la vida: Kamo y Rara. En realidad no se llaman así, sus nombres son Camilo y Raúl respectivamente, pero les inventé esos apodos cuando éramos pequeños, y se los dejé.

Soy muy creativa a la hora de poner sobrenombres, es mi don, y la maldición para los que me rodean, pues apenas los conozco les cambió el nombre. Ojalá fuera así de creativa para hacer laminas para la escuela. Pero creo que toda la creatividad que habita en mi es utilizada para poner apodos.

Ellos si están vestidos como gente, no como yo, que sigo en un pijama lleno de manchas de comida. Kamo, como de costumbre, lleva puesto unos jeans negros con una camisa blanca y su chaqueta de cuero que nunca se quita, enserio, siempre anda con el mismo look, pero en su defensa, se le ve espectacular con su increíble cabello pintado en las puntas de azul. Por su parte, Rara está vestido de una forma más sencilla, unos shorts beige, una camisa azul y unos tenis.

—¿Todos los presentes?, si solo somos tres —me contradice Kamo, señalando a Rara y a mi.

—¿Quieres hacer el ritual M.A.L.M.E.A o no? —le digo fingiendo enojo.

—Realmente estás obsesionada con ponerle apodos a todo, ¿no? —Rara me mira confundido— ¿Qué es eso del ritual malvea?

—Es M.A.L.M.E.A, que significa «mandar a la mierda el amor». —Empiezo hablar demasiado rápido para resumirles la explicación—. Es un ritual para mandar a la mierda el amor, los sentimientos y todo lo relacionado con eso. Ya que nos ha ido muy mal a todos los presentes en el ámbito amoroso, y por eso vamos a echar a cupido de nuestras vidas; para que no nos volvamos a enamorar y no nos vuelvan a lastimar. —Suspiro— Ya se los había explicado por mensaje.

¡Que se joda el amor!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora