Juegos Mentales. VIII

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Saint:

Acepté la solicitud de Ana pero no le devolví el follow, no me interesa, aunque esta chica coge bien. Pero no es algo que me importe, a ella la quiero sólo para que ejecute mis perversos planes a base de manipulación.

Entré al perfil de Ana, tenía 24Mil seguidores en Instagram y sus fotos son muy sexys. Me pareció extraño que con tantos seguidores, siendo bonita no tenía amigos en la escuela, por lo menos por lo que ví.

Cinco minutos después Ana me escribió preguntándome el porque no había asistido a la escuela, "no me sentía bien de salud"—respondí.

Ella me preguntó si ya me encontraba mejor y le respondí que si, yo estaba enojado y quería despejar mi mente y relajarme así que le pregunté si nos podríamos ver.

Ella acepto y me mando su ubicación.

"Llegó en media hora"—respondí.

"No hay problema".

Terminé de hacer algunas cosas y luego me fui a la casa de Ana, ella no vivía lejos así que llegué rápido. Toque el timbre y ella me abrió, estaba con un vestido rojo carmesí que apenas llegaba a sus muslos y unos tacones negros, traía su pelo suelto y ondulado.

—Hola Saint, pasa.

—Hola Ana.

—Puedes tomar asiento—,me señaló un sillón en la sala de estar.

—Gracias—respondí sonriéndole.

—¿Te gustaría tomar algo?

—No gracias—respondí amablemente.

—Vamos a mi habitación—me dijo.

No espero a que yo respondiera y me tomo de la muñeca y me dirigió a su habitación, era patéticamente colorida.

—Vaya arcoíris—bufé.

—Sin sarcasmo Saint.

—Perdón.

—Estás sola?

—Vivo sola, Saint—me dijo mientras divertida sonrió.

—¿Enserio?

—Sí.

—¿Por qué?

—No sabía que te interesara tanto mi vida, Saint.

—No me interesa, sólo me sorprende que vivas sola eres muy joven.

—¿Eres así de directo siempre?

—No soy directo, es la verdad.

Un minuto de silencio arropó la habitación.

—Un susurro salió de su boca—me gusta estar sola.

—Bien, entiendo—respondí.

—¿Quieres ver una película ?

—¿Cómo cuál?

—¿50's sombras de Grey?

Perfecto, ella buscó su computador y puso la película, estábamos en su cama acostados.

Hazel:

—Ya es hora de irme, ¿nos vemos luego Jackson?

—¿Mañana te parece?

—Me parece bien.

Jackson me acompaño hasta mi carro y nos despedimos con un abrazo.

—Nos vemos luego Hazel—me dijo con una sonrisa amable.

Si Tan Sólo Esos Ojos Pudieran Volverme A Mirar. Where stories live. Discover now