Un Juego Entre Hermanastros. IV

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Hazel:

Dieron las 9:00 de la noche y ya nuestros padres estaban en casa, me fui  a ducharme para bajar a cenar, me gustaba comer sola y por eso siempre aprovechaba cuando no estaban o ellos habían terminado de comer.

Me gusta mojarme el cabello de noche aunque estuviera haciendo frío, luego de media hora salí de la bañera y me puse mi pijama de satén color rojo, creo que mi color favorito es el rojo.

Me cepillé el cabello y lo dejé suelto para que se secara al natural, lo coloqué que cayera por mis costados, así me gusta y me hace sentir más segura.

Entonces bajé a cenar y me sorprendió ver que todavía no habían comenzando y me quedé parada en el penúltimo escalón de las escaleras, pensando que habría pasado para que me esperaran, ya que sabían que no me gustaba comer acompañada y respetaban mi decisión.

—Acompáñanos por hoy Hazel—,Dijo Victoria con una sonrisa amable.

Asentí y le devolví la sonrisa mientras caminaba lentamente al comedor, no quería comer acompañada, desde que mamá y Harmony no están no me siento cómoda con ello.

Me senté y mi padre se quedó mirando al vacío con esos ojos que podías ver la oscuridad misma en ellos, se ven tan apagados.

Saint se quedó mirando el celular, era tan grosero, no tiene una pizca de educación, es el más nefasto de mis tres hermanastros, pero no puedo mentirme coge perfectamente bien. Con él me siento increíblemente cómoda y en confianza mientras estamos solos.

Papá hizo una reverencia y nos pusimos de pie, ya sabíamos lo que significaba, papá también es hombre de pocas palabras y comenzamos a orar y agradecer a Dios por todo.

Cuando terminamos la servidumbre sirvió la comida y comenzamos a cenar, Saint aún seguía con su patético celular, como si era tan importante o quizás estaba muy ocupado viéndole el culo a otras chicas en Instagram.

<<Estás celosa Hazel>> una voz en mi mente me cuestionó, <<espera, ¿Qué? No>>.

<<Si lo estás>>

—Qué no. —¡Grite!

Toda la servidumbre que esperaba como idiotas parados a que termináramos para recoger me dió una mirada extraña, incluyendo a Victoria y Saint, menos mi padre, seguía tranquilo cenando.

Al ver lo ridícula que me vi al gritar, me disculpé y todos bajaron la cabeza, Victoria puso su mano en la mía.

—Tranquila—me dijo, con una voz baja y sutil.

Mi padre se levantó sofisticadamente de la silla y cuestionó a la servidumbre, "¿No tienen más nada que hacer?"

—Tranquilo amor—le dijo Victoria a mi padre con una voz suave.

Mi padre se sentó y comenzó a comer, Saint en un momento se dignó a soltar el celular y comenzar a comer.

—Que te paso en el labio— me susurra Saint.

—Nada, me caí.

—¿Segura?

—Si—dije, con semblante serio y apretando el tenedor con fuerza.

—¿Estás bien?

—Si, Saint—bufé, soltando el tenedor dejándolo caer en la mesa de cristal resonando por toda la sala.

Saint al notar mi frialdad al responderle ya se imaginó lo que había pasado y se quedó callado, es muy inteligente y sabía quien era mi padre y no se llevaba nada bien con el, pocas veces se dirigen la palabra.

Si Tan Sólo Esos Ojos Pudieran Volverme A Mirar. Where stories live. Discover now