La Mejor Noche De Mi Vida. XII

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Hazel:

Abrí los ojos y era un parque de luces, con jardines de rosas blancas, un lago superficial y columpios de color blanco, en el centro habían unas letras grandes iluminadas de color blanco que decían "quieres ser mi novia" , estaba sorprendida. Aún no podía creer que Jackson hubiera preparado esto para mi.

—¿Qué dices Hazel, aceptas salir conmigo?

—Si, sí quiero salir contigo—respondí. Lo abracé y nos besamos. 

—Gracias y perdóname por lo de la otra vez.

—No tienes porque disculparte ni darme las gracias Jackson.

—¿Me esperas un momento? Aún falta algo.

—Aquí te espero.

—Son para ti.

—Aww, Jackson no tenías que hacerlo, muchas gracias, me encantan las rosas blancas, son, mis favoritas.

—No tienes porque agradecerme bonita.

Tomé las rosas y le di un beso en la mejilla. —¿Me acompañas?—me preguntó.

—Claro.

—Prometo cuidarte, quererte mucho y darte todo mi amor hermosa.

—Ay no sabía que eras tan cursi—bromeé, de pronto Jackson desvío la mirada viéndose triste.

Puse mis manos a los costados de su cara obligándonos a mantener la mirada, —estoy bromeando, yo también te querré y te cuidaré mucho—le dije.

El me sonrió y me besó, le seguí el beso y de repente comenzó a llover muy fuerte.
Cogí mi ramo de rosas, Jackson me tomó de la mano y nos fuimos corriendo a su carro, una vez adentro puse el ramo de rosas en los asientos de atrás y nos seguimos besando, era un beso intenso pero con pasión a la vez, podía sentir como nuestras lenguas jugueteaban y se conocían perfectamente.

Jackson se pasó hacía a mi, quedando ambos en el asiento del copiloto, en su mirada se notaba la lujuria pura y una sonrisa perversa formándose en su cara, me subió el vestido y nos seguimos besando.

Bajó su mano lentamente por mi cintura hasta llegar a mi muslo derecho, luego pasó sus dedos por mi zona "v", metiéndolos por debajo de mis bragas.

Empezo a juguetear en mi clítoris haciendo movimientos circulares con sus dedos, cada vez más rápido haciéndome soltar un gemido.

Me subí arriba de el, quedando de espaldas, saqué su pene por encima del bóxer, lo escupí y lo introduje lentamente, soltando un gemido de placer al sentirlo entrando entero, Jackson me tomó de la cintura y me ayudó a moverme cada vez más rápido, podía sentir mi respiración agitada y escuchaba los gemidos de Jackson, ¡me encantan!

Jackson me tomó de la cintura y me puso debajo de el, acomodó el asiento hacia atrás dejándome media recostada, puso mis piernas en sus caderas y me penetró tan fuerte que no pude evitar soltar un quejido de dolor.

—¿Qué pasó, no te gusta así?

—Si, sólo me dolió un poco.

Al escuchar eso se formó una sonrisa cínica en la cara de Jackson y sus embestidas se volvieron fuertes a tal punto que ya eran muy dolorosas, no paraba de soltar quejidos de dolor.

Jackson:

Me gusta cogerme a Hazel salvajemente, ver su cara al dolerle y como lo disfruta a la vez, su cara de inocente se volvía tan sexy, la besé mientras seguía cogiendomela tan fuerte hasta que de repente puso ambas manos en mi pecho indicándome que pare. 

—¿Qué pasó?

—Me está doliendo mucho y además ya terminé.

Al escuchar eso me despegué y lo saqué suavemente. —Siéntate en el otro asiento—me dijo.

-¿Qué ha...

No me dejó terminar la pregunta y empezó a hacerme sexo oral.

Hazel:

Me tomaba del cabello obligándome a hacerlo más rápido mientras volteaba los ojos. Luego de varios minutos Jackson terminó corriéndose en mi cara y luego me besó.

—Toma—me dijo mientras que en su mano había un pañuelo.

Tome el pañuelo y me limpie la cara, mientras que Jackson se vestía, me acomodé las bragas y vestido.

—¿Quieres ir a mi casa?—me preguntó.

—Mejor llévame a la mía, tengo que ducharme. 

—Pues lo haces en mi casa—me dijo con autoridad.

—No estoy segura, ¿no es tarde ya?

—Eso no importa.

—No, mejor llévame a mi casa y mañana nos vemos, ¿si? —le dije mientras nos veíamos a los ojos.

—Está bien—me respondió sonriendo.

Íbamos en silencio todo el camino, yo iba recostada de mi hombro mirando por los vidrios, Jackson tomó mi mano y yo lo miré. El estaba mirando hacia el frente, me quedé mirándolo hasta que llegamos a mi casa.

—Llegaste a tu destino—me dijo mientras sonreía.

—Gracias—le dije devolviéndole la sonrisa.

—Dame las llaves.

—¿Qué, para qué?

—Para abrirte la puerta para que entres rápido y no te mojes tanto.

—Ay gracias, saqué las llaves de mi bolso y se las di.

Se desmontó del carro y abrió la puerta dejando la llave en el llavín, me abrió la puerta del carro y salí corriendo adentro de la casa.

—Espera, casi se te olvida algo- me dijo mientras me traía el ramo de rosas.

Tomé el ramo de rosas y lo besé.

—¿Nos vemos mañana?—le dije mientras sonreía.

—Así será mi reina respondió.

Tome las llaves y cerré la puerta.

Si Tan Sólo Esos Ojos Pudieran Volverme A Mirar. Where stories live. Discover now