Bajo La Superficie. V

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Hazel:

5:55AM.

Escuché la alarma y eran las 5:55 de la mañana, no quería levantarme, estiré mi brazo hasta alcanzar el reloj y apagué la alarma, luego me senté en el borde de la cama y estrujé mis ojos para ponerme de pie y dirigirme al baño.

Me quité la pijama y la coloqué en el cesto de la ropa sucia y me metí a la bañera, luego de varios minutos salgo de la bañera y comienzo hacer mi rutina de Skincare mientras veo Vogue, me cepillé el cabello y me dirijo a mi habitación para seguir arreglándome.

Bajé a la cocina a prepararme cereal, no me gusta comer cosas pesadas en la mañana, terminé de comerlo y limpio lo que ensucié. Subí a mi baño para cepillarme el cabello y maquillarme. Cogí mi bolso y veo que ya son las 6:57, cerré la puerta de mi baño y bajé.

—¿Ya nos vamos?

Lo que me faltaba, Saint también iría a la misma escuela que yo.

—¿Te quedarás callada, mal educada? ¡Buenos días!

—Buenos días.

—Te ves bien hoy.

Le sonrió con la sonrisa más falsa que pude haber hecho en mi vida.

—Vámonos

—No, me iré en mi carro.

—Tú padre se fue en el.

Dios mío, llévame.

—Vamos, no tiene nada de malo que te subas a mi carro, me hiciste sexo oral anoche. Deja tu ridiculez.

—Cállate, cómo te atreves.

—SISÍ, como digas, ¿vas a venir?

—Ni modo.

Me subí al auto enojada, mi día ni muy bien había empezado y ya este idiota me a hecho enojar.

Saint:

Llegamos rápido, más de lo que esperaba, me gustaba ir rápido cuando conduzco con Hazel de copiloto, sé lo mucho que le aterra. Como olvidar la primera vez que se subió conmigo y conducí tan rápido que le provoque un ataque de ansiedad y tuve que parar porque comenzó a golpearme, a llorar y a tirarse del pelo, no entendía una mierda y un puñetazo en la nariz que me dejó mareado y con la nariz rota me sorprendió.

Su padre la sacó del auto y mi madre la abrazó.

"El día que vuelvas a poner a mi hija en una situación así no dudaré en matarte".

Su padre me advertía peligro por todos lados y aún lo hace, pero admito que me encanta poner a Hazel en situaciones que ella tenga que recurrir a mi para salvarla y así terminar follandomela, Hazel es esa chispa que mi vida necesita.

—Saint, reduce la maldita velocidad—grité!

—No.

—Por favor, Saint.

Ya llegamos, al ver su rostro estaba asustada y se veía tan inocente, pero inocente se veía tan jodidamente sexy, quizás estaba enfermo y obsesionado con Hazel, la quería solo para mi, a pesar de que fuéramos hermanastros no me importa.

—Tengo unas náuseas horribles.

Se bajó del carro rápidamente.

—Tranquila, no seas exagerada

—Cállate idiota, casi me matas.

Solté una carcajada como si había escuchado un chiste.

—Bien, hablamos luego.

Si Tan Sólo Esos Ojos Pudieran Volverme A Mirar. Where stories live. Discover now