Cruda realidad

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-Los minutos pasaron desde aquel fatídico momento en donde habían abierto una puerta sin conocer de que trataba, los animales inocentes corrían a distinta lugares con el miedo de que algo les fuera a pasar en el instante, donde veían como esas monstruosidades comenzaban a tomar forma física que les dejaba el material de sus cuerpos actuales para desplazarse por el lugar, mientras que lejos de ellos se encontraban los conserjes haciendo lo posible para que no pudieran entrar, aunque uno que otro tuvo que salir para asegurarse de que las cosas estuviesen mejor.-

Rosebutt: esto debería de servir, no jos queda mucho tiempo para que empiecen la metamorfosis.

-Los campistas por su parte estaban detrás de ellos con algo de temor.-

Armandt: en todo los que fue de años hasta la fecha, nunca he acumulado tanto estrés en un solo día.

Sawyer: pies ahora convierte lo en adrenalina, si esas cosas llegan al campamento estaremos en grandisimos problemas.

-Uno a uno fue tomando la vista hacia los mencionados campistas, quienes estaban aun algo paralizados, el gesto que tenía cada uno no les agradaba mucho.-

Rosebutt: esperó que estén muy contentos después de esto, agradezcan que no les tocaron una hebra de cabello en este estado.

-Incluso en el tono si se notaba el enojo.-

Rosebutt: ahora tengan, estos son inhaladores especiales para ustedes en caso de que tengan que salir, esto no les permitirá inhalar el aire nuevo que se está desatando desde afuera, a menos que quieran escuchar la otra versión de alguien más que diga que les estamos intentando engañar.

-Dijo tras lanzarles a los tres un kit de inhaladores pequeños y adaptables para las narices de cada uno, lentes de contacto que servían para ver en ese aire, uno a uno los fue tomando, los nudos en las gargantas se forjaron cuando intentaron hablar, pero ahora, solo sentimientos encontrados se formulaban.-

Rosebutt: ¡mas les vale no salir de aquí hasta que Regresemos! Armandt, tu vigila que nadie se cuele en las ventanas.

Armandt: ni en la chimenea entraran mapaches.

-El azoto de la puerta se escuchó, momento idóneo para que intentasen hablar.-

Mark: no puedo creer, que de verdad les había creído.

-Decía el castaño con molestia.-

Mark: incluso después de brindarles nuestra ayuda ¿asi nos pagan las gracias? Tsk...

Elisa: jugaron con nosotros como si fuéramos ratas de laboratorio, incluso les dijimos una parte de nuestra vida.

Yigún: eso significa que lo que nos dijeron fue una mentira total, cielos y yo que me sentía tan feliz de encontrar a alguien que le gustaba hacer suéteres de ardillitas...

Mark: todo fue una vil mentira, solo nos querían usar para sus propósitos.

Elisa: bueno, honestamente fuiste tu quien mas se ofreció a ayudar, nos has convencido de seguirte nada más.

Mark: ¡¿Ahora yo tengo la culpa?!

Elisa: ¡Pues si! Sencillamente esto no hubiera sucedido si en primer lugar habías decidido aceptar su ayuda y darles el brazo en vez de la mano, cuando intentamos decirte algo te llegas a enojar sin más y nos excluyes de casi todo.

-El castaño simplemente azotó el puño contra el suelo.-

Mark: ¡¡Para TU información!! Todos acordamos en lo mismo, ninguno de nosotros ha decidido quedarse en este mugroso lugar que si bien revive o no, ahora todo esto ocurrido es culpa de todos, ustedes pudieron detenerme y no quisieron.

Halloween en LakebottomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora