Tu propia y verdadera leyenda comienza... Link.

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–El héroe ha caído. Abatido ante el enorme poder que despliega su infinito adversario la princesa por fin logró despertar el poder que yacía descansando en su cuerpo, una energía que parecía darle la espalda, así como ella lo hacía antes cuando recién empezaba a interactuar con su guardaespaldas personal... Link. Zelda dio una sola orden, poner al hyliano a salvo, porque lo único que ella podía realizar era mantener a raya al poderoso Ganon. Desplegó tanto poder como le fue posible una vez dejó de sentir la presencia de los soldados cerca suyo; no sabía cuánto tiempo resistiría, mas haría todo lo que pudiera hasta que Link volviera y pusiera fin a esa sangrienta batalla–

¿?: Hmmm. Con que un héroe, ¿eh? –Mi mano derecha se desliza sobre esa tina de pedrusco donde descansa el recién derrotado– Tantos títulos a lo largo de los años, ¿y todo para qué? ¿Para terminar así? Tantas vidas y tantas experiencias. Menudo desperdicio –detengo mi caminar, posándome cerca de su cabeza, mirándolo con cierta dureza–. No obstante, vine a cumplir un capricho y a hacerte un favor. Vive, Link. Disfruta lo que es una vida un tanto normal –menciono tal última palabra con algo de divertida maldad–. Sé un héroe alejado de un fatídico destino; yo te concederé tal deseo. No te preocupes por la princesa –observo la piedra que sirve de puerta del área–, dejémosla sufrir un poco... Esa perra se lo merece –dibujo una sonrisa torcida, satisfecho por lo que acabo de soltar–. Link, usa todo tu poder y diviértete.

–La oscuridad se apoderó de la mente de Link.

Hacía tiempo que lo había comprendido. Gracias a los días, semanas y meses, y a que Asuna fue realmente comprensiva con ella, es que pudo dejar todo atrás. Shino estuvo enamorada de Kirito, pero él no le correspondió sus sentimientos cuando esta por fin tuvo el valor para revelárselos abiertamente. Sufrió un poco, sin embargo, al ir superando su amor no correspondido, se volvió fría con la mayoría de los hombres. Solo trataba bien a Klein, Kirito y algunos de sus familiares que rara vez la visitaban. Asuna fue la primera en hacérselo saber y la primera en comprender que ella todavía tenía algo de miedo en intentar conocer a plenitud a otro hombre, pues el recuerdo de quien decía ser su amigo que después quiso aprovecharse de ella la seguía persiguiendo. Fue a terapia psicológica, cosa que resultó positivamente. Con el tiempo volvió a ser una chica más alegre e interactiva con el resto de chicos que iba conociendo, hasta que un día decidió separarse de la alianza que tenía con Asuna y el resto, tomando su propio camino, aunque sin dejar ser amigos. Ella aseguraba que le vendría bien intentar conocer más personas por su cuenta; guardándose que la distancia con Kirito sería la mejor medicina para terminar de cerrar la herida de su corazón. Pasado el tiempo entró a una alianza llamada Luna carmesí, donde escaló puestos con facilidad, llegando a ser una sub-oficial. A Sinon, nombre que seguía conservando en ese juego, que por cierto es llamado Eternaj drakoj (Dragones eternos), seguía gustándole ir a misiones en solitario. Y justo era lo que estaba llevando a cabo en este momento–

>Esta mazmorra sí que es complicada en solitario –pasó un dedo por la derecha de la comisura de su labio, limpiando un poco de sangre virtual–. Es mejor que revise mi inventario antes de continuar –cosa que así hizo, visualizando que el número de pociones que había decidido cargar estaba por encima de la mitad–. Bien, las fórmulas para las mejoras de ataque, defensa y demás también están en buenos números. Sí podré lograrlo.

–Ante eso continuó su camino, encontrándose con más bandidos, los cuales no dudaron en atacar. Sinon activó su habilidad de corte preciso, aumentando su velocidad, con lo que logró eludir cada ataque de sus enemigos. Eliminó a cuatro con cortes limpios de su espada corta y a otros tres a distancia arrojándoles sus kunais. Uno de los rivales logró hacerle un corte en el brazo derecho, cosa que la hizo molestar, acribillándolo con múltiples tajos. Solo que la cosa no acababa ahí, más ladrones hicieron acto de presencia, mas esta vez traían consigo algunos cañones, a lo que Sinon corrió para tomar cobertura tras unos pilares. Pilares que uno a uno caían en pedazos tras el impacto de las bolas de cañón. Sinon activó otra habilidad, haciéndose invisible, desconcertando a todos. Rápidamente se deshizo de los cañoneros, pero la habilidad se terminó, entrando en enfriamiento, por lo que no tuvo más opción que volver al combate directo con el resto. Una vez que acabó con todos pudo tomarse un tiempo para respirar con calma. Una sonrisa de satisfacción adornaba su rostro; sin duda era el desafío que había esperado encontrar. Después agradecería a Zark por la recomendación. Visualizó el mapa, cayendo en cuenta de que el próximo cuarto era el del jefe de la mazmorra. Antes de entrar espero a que todas sus habilidades estarán activas una vez más e hizo el conteo de sus brebajes. Estando lista, se adentró a la pelea final–

«Sword Art of Link»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora