«Sword Art of Link»

Unión; entrenamiento.

>Eso me confunde mucho, Link –él miró a un lado, pero más no podía explicar, a lo que le pidió que siguiera mostrándole más cosas–. Bueno, pero desde mañana, ¿te gustaría empezar a entrenar conmigo? Quisiera mejorar todavía más en este tiempo, antes de que dé comienzo el torneo. Así también entrenas tú. Podemos ir a más misiones complejas para obtener mejores equipos. ¿Qué te parece mi idea? –Este mencionó que le parecía muy buena idea– ¡Qué bien! Ammm, digo. Mañana a esta hora en mi gremio. Entrenaremos en las salas de entrenamiento del mismo, son muy espaciosas.

–Luego de ese acuerdo pasaron otro rato juntos, hasta que Sinon se tuvo que desconectar, despidiéndose del hyliano, anhelando verlo al día siguiente. Link volvió a la mansión, siendo recibido por Igavik–

>Por fin vuelves, pillo –lo sostenía de su cuello–. ¿Cómo estuvo tu cita?

>Igavik –soltó Raycsu, como dándole a entender que no molestara con esas cosas–

>Ah, no tiene nada de malo. A lo que vi ayer son de la misma edad; harían bonita pareja. No tanto como Raycsu y yo –su esposa sonrió complacida–, pero bonita a fin de cuentas.

>«Menos mal Nozomi se desconectó temprano; las palabas de nuestro líder la estarían destrozando. Nozomi, o haces algo o se te va a ir». Yo paso a retirarme, chicos –todos se despidieron de esta–

>Dejando las bromas de lado, ¿qué tanto hicieron? –Link les contó el percance y el hecho de que entrenaría estos días al lado de Sinon– ¡¡No puede ser!!

>¿Y seguirán persiguiéndote? –Igavik la miró con cara desconcertante– ¡¿Qué, por qué me miras así?!

>Link estará entrenando con Sinon y tú le preguntas si lo seguirán persiguiendo, ¿acaso se te zafó un tornillo? –Raycsu miró a su esposo con incredulidad–

>¿Estás diciendo que te interesa más eso que el hecho de que hayan atacado a nuestro amigo? –Ante su respuesta afirmativa Raycsu solo pudo blasfemar en su contra–

>Ya sabíamos que esto podía pasar, tarde o temprano. Sé que Link puede cuidarse solo, tú lo sabes igual –ella movió su cabeza arriba y abajo–. Que estés por empezar un entrenamiento con Sinon es lo verdaderamente importante. Link –su rostro parecía suplicante–, ¿crees que nosot--?

>¡Ah, no! ¡Eso sí que no! Link y Sinon entrenarán por su cuenta... y nosotros no somos nadie para molestar a una de los seis héroes legendarios –lo tomó por la oreja–. ¿Te queda claro, amorcito?

>Ay, ay, entiendo –fue soltado–. Pufff. De acuerdo. Qué envidia me das, Link. Ni creas que porque vas a entrenar con ella nosotros nos daremos por vencidos. En el torneo te haré morder el polvo... o a Sinon. Y sobre todo, durante este tiempo, no olvides conquistar su corazón.

>¡¡Igavik!! –Su esposo se desconectó al instante– Ese tonto. Link, no le hagas caso. No sé porque sigue empeñado con eso. «Aunque Sinon es muy obvia en sus intenciones». Como sea, nos vemos después –agitó su mando y seguidamente se fue–

–Los días siguientes Link se la pasaba al lado de Sinon la mayor parte del tiempo. Zark empezaba a creer que en verdad esos dos eran novios. Pero por otro lado se impresionaba del gran nivel que manejaba el espadachín, cuya clase salía de tal manera. Un día, sintiéndose muy interesado por tanta demostración de talento, optó por desafiarlo–

>Link, me gustaría tener un duelo amistoso contigo –Link estaba bebiendo algo que Sinon le había comprado; al terminar le dijo al líder de esa alianza que estaba bien–. Muy bien, en ese caso pasemos al escenario principal del gremio.

–Sinon sabía que vería una batalla increíble. Todos en el recinto se enteraron del suceso y a su vez empezaron a llamar a los que estaban fuera y desconectados. Pronto el pequeño estadio yacía casi lleno de espectadores, todos pertenecientes a Luna carmesí. La asesina de dragones conocía de sobra la fuerza de Zark, era un espadachín sumamente habilidoso y para ella no cabía duda de que posiblemente estuviera al nivel de Kirito, más o menos era algo que no podría asegurar nunca, hasta el día del torneo. Si bien la pelea era de entrenamiento, era consciente de que Zark iría a por todas contra Link. Mas ella esperaba ver a su guerrero victorioso–