-¡Nuggets!-chilló con emoción Tana, cuando las recibió en la puerta.
No le dio a Chiara ni tiempo de saludarla, cuando se lanzó a sus brazos y se le colgó del cuello. La ojiverde empezó a reírse.
-Hola, Tanaft-dijo cuando se separaron finalmente, mientras Chiara veía el brillo en aquellos ojos marrones.
Pero en pocos segundos la niña se separó de la ojiverde, mirándola con el ceño fruncido para luego cruzarse de brazos. Chiara sabía que estaba en problemas. Tragó en seco.
-¿Qué... qué he hecho?-preguntó, mirando a Violeta y Martina, que veían la escena muy entretenidas y se encogieron de hombros.
Tana la miraba con ojos amenazantes mientras daba golpecitos en el suelo con la punta del pie.
-¿Por qué no has venido a visitarme, Nuggets?-preguntó acusando a la ojiverde, quien abrió los ojos.
-Bueno, yo no he podido porque he estado ocupada-dijo esa vaga excusa mientras se rascaba el cuello, la pequeña diva la miró con los ojos entrecerrados.
-Pudiste haber venido igualmente, con mi hermana-replicó, señalando a Violeta, y Chiara negó con la cabeza.
-No podía... eh, tenía muchos deberes.
-Podrías haberlos hecho aquí. Mis hermanas te podían ayudar-dijo haciendo una mueca y Chiara no quería que ella siguiera mirándola con enfado.
-Te he extrañado. Te he extrañado mucho, Tana-dijo haciendo un puchero y la niña volteó el rostro con arrogancia, aunque intentaba contener una sonrisa.
-Te... te perdono si juegas Play, conmigo-dijo la condición, la ojiverde sabía que esa niña amaba jugar a videojuegos.
-Jugaré todas las horas que tu quieras-acordó, acercándose a Tana y dándole un beso en la mejilla.
La niña la miró, sorprendida, pero luego le dio un ligero golpecito en el hombro.
-¡Nuggets, no hagas eso!¡Sigo enfadada contigo!-dijo cruzandose de brazos y rodando los ojos como Violeta, era su copia.
-Dios, que bonita. Eres igualita que tu hermana-musitó cubriéndose el rostro con las manos, para luego lanzarse a abrazar a la niña, mientras le daba besitos en la barriga y ella se reía.
-¡Nuggets... no... noooo!-suplicaba riéndose e intentando huir de Chiara, pronto regañaria a su ojiverde.
-¿Bonita?¿A qué te refieres?-preguntó Violeta cuando se separaron, y Chiara sintió un vacío en el estómago, ya que había dicho eso sin pensar.
Debía de hacer algo. Piensa, piensa.
-Pues a quien más-dijo guiñandole a Martina quien se rió en alto y le mostró la lengua a Violeta, la propia rodó los ojos.-vamos, Tanaft. Quiero jugar contigo.
Tana olvidando su enfado, tomó a la chica de la mano y la llevó hasta la sala. Las otras chicas fueron a la cocina para hablar y a Chiara le pareció perfecto, estaría a solas con la niña. Jugaron un rato con un juego de disparos en el cual la niña le pateó el trasero.
Después vino un juego de dragones que fue asombroso, ya que hacían aventuras mientras las dos eran compañeras. En una había que pelear contra un villano monstruoso mientras la otra tendría que abrir la puerta del castillo. Tana le daba al monstruo, perro Chiara también tenía problemas para llegar a la palanca.-¡Vamos, vamos, Nuggets! No tengo todo el día-reclamó la niña mientras se levantaba y sostenía el mando, apretando los botones.
-¡No puedo, no puedo, me tiene acorralada!-se quejó la ojiverde de rodillas sobre la alfombra mientras veía la pantalla, habían tres demonios rodeandola mientras ella les echaba fuego.
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Rivales - Chiara y Violeta
Fiksi PenggemarChiara Oliver comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Violeta Hódar. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o al me...