Una semana después y se encontraba sentada en una de las mesas de madera que había en la feria. Sus amigas habían ido a por algo de algodón de azúcar y Chiara se había quedado a cuidar el puesto.
El parque de diversiones era magnífico. Todas parecían estar pasándolo bien a excepción de Chiara, que llevaba todos estos últimos días deprimida.
Aún recordaba el rostro de Violeta, tan roto y en verdad parecía muy dolida por las palabras que le había dicho Chiara.
La pelinegra se arrepentía mucho.
Lo pero de todo es que después de aquella pela se había encontrado con la pelirroja. Al igual que otras veces, la había fastidiado con sus amigas, sólo que había algo diferente.
Cuando la estaba insultando, no tuvo ni una vez la oportunidad de observar sus ojos fijamente, Violeta siempre parecía evitarlos o de alguna manera la insultaba desde lejos, sin querer acercarse.
Ya comenzaba a desesperarse, porque Chiara quería ver ese color chocolate que le quitaba el aliento. Se sentía cómo una necesidad, una ridícula y patética necesidad de ver sus ojos para poder estar en calma consigo misma.
No había ayudado en nada el nuevo pensamiento acerca de la pelirroja: querer besarla.
La quería besar y eso la asustaba, era otra necesidad que le hacía temblar de pies a cabeza cada vez que la veía.
Observaba el rostro de Violeta y sin poder evitarlo los ojos se le iban a su boca, tenía los labios más hermosos del mundo y Chiara solamente tenía unas desesperantes ganas de moderlos y besarlos hasta que le dolieran sus propios labios.
Suspiró ¿Qué narices le estaba pasando? No creía que fuera muy normal el soñar todos los días con la misma chica y desear besarla. Más si no era su amiga más bien lo contrario.
Era la chica que le hacía la vida imposible y allí estaba Chiara, suspirando por la pelirroja.
Cada vez... cada vez las palabras de Violeta hacían más eco en su mente "¿No será que estás enamorada de mí?"
Y en verdad, Chiara intentaba convencerse de que no era así, imposible. No, era una locura.
-¿Chia, estas bien?-preguntó Lina, acercándose a su amiga. Llevaba una gorrita de oso en la cabeza, que había ganado en uno de esos juegos.
-Si, claro-mintió de forma mediocre, sabía con antelación que si le contaba a sus amigas respecto a su problema, ellas comenzarían a delirar.
-¿Queréis ir a las tazas giratorias?-preguntó Bea al llegar, habían rastros de azúcar en sus labios.
-¡Será divertido, vamos!-animó Lina, agarrando a Chiara y a Ruslana de las manos, hasta llegar a la atracción y montarse en ella.
Estaban bajándose de los cabritos cuando vieron a lo lejos al grupito del salón, parecía que la realidad despotricara sobre la suerte de Chiara.
Todo le salía mal, y para joder más las cosas allí estaba Violeta, igual de hermosa que siempre.
Llevaba un vestido negro y el pelo suelto con ondas, reía mientras iba de la mano con Cris y entrelazaba su brazo con el de Denna.
Quería besarla, quería besarla y quería que la tierra se tratará a Cris. Esa era u a gran idea rondando en su cabeza.
Soltó un gran suspiro y tomó a Lina de la mano, quería alejarse de ellos de cualquier manera.
-Lina-ah, ¿Quieres ir a la montaña rusa?-preguntó con una gran sonrisa a su amiga, ella parecía feliz.
-¡Claro!
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Rivales - Chiara y Violeta
FanfictionChiara Oliver comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Violeta Hódar. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o al me...