-¿Sesión de estudio?-Denna observaba a su mejor amiga guardar sus libros en la taquilla.
-Eso mismo, Denna-Violeta respondió rodando los ojos.
Estaban en pleno pasillo, era la última hora de clase. Denna intentaba convencer a su mejor amiga que la acompañara a su casa esta tarde. Violeta se había negado, en este mes matemática comenzaba a dificultarse y, a pesar de ser inteligente, quería quedarse unas horas en la biblioteca repasando las clases de la semana. La rubia quería tener una noche de películas, pero la pelirroja insistía en tener la tarde para los estudios.
-¿Y donde piensas estudiar?-la chica rubia hizo un mohín.
-En la biblioteca, Denna-al ver los ojos confundidos de su amiga le sonrió divertida. - Sí no sabes, es una habitación con estanterías y mesas en donde hay una gran cantidad de libros...
Denna la detuvo, alzando la mano frente el rostro de la pelirroja, torciendo la boca un poco ofendida.
Se lo que es una biblioteca, Vio-bufó al escuchar la risa de la pelirroja.
-¿Entonces?
-Me refería ¿No podrías estudiar en mi casa? Es lo mismo-la rubia alzó los brazos.
Violeta negó suavemente con la cabeza, colgándose la mochila del hombro.
-No podría concentrarme.
-¿Y porque?
-¿Tú me dejarías estudiar en completo silencio y sin hablarme una sola vez en toda la tarde?-le dijo alzando una ceja, Denna mantuvo la boca cerrada.-¿Ves? Prefiero ir a la biblioteca.
Denna aceptó a regañadientes, alegando que aquella tarde planeaba comer un gran razón de helado de fresa y galletas, sin ella.
La pelirroja sintió una lagrima caer, ella también quería helado y galleta, pero a duras penas acepto su destino y fue pesadamente esa tarde a la biblioteca. Planeaba vengarse de Denna, tal vez encerrándola en su baño mientras Violeta comía una caja entera de pizza al lado de la puerta.
Sonrió, más animada por su malvado plan. Esperaba pasar unas horas tranquilas, en estos días no muchas personas acudían a la biblioteca así que estaría prácticamente sola (Y con la bibliotecaria, pero a quien le importa) Al llegar a la entrada sintió que su corazón le subía a la garganta, como un acto reflejo se ocultó detrás de la puerta, respirando rápido.
Cuando ya estaba levemente calmada, aspiró profundo y asomó la cabeza para observar nuevamente. En unas mesas más lejos estaba Chiara Oliver, de espaldas, pero Violeta podía reconocerla. Por su pelo, el de la ojiverde era oscuro, también por la ropa que llevaba ese día, unos pantalones anchos negros y una sudadera blanca. Se preguntaba en qué momento le había tomado importancia a lo que vestía Chiara, y eso que solo la había visto una vez ese día.
Violeta sintió la tentación de irse, estudiaría otra tarde y así comería helado en casa de su amiga. Todo perfecto. Pero ella quería estudiar, no sé iba a privar de hacerlo solo por que la tonta de Chiara Oliver estaba en la biblioteca. Bastaría con ignorarla y ya, no tenía por qué sentirse cohibida por ella de todas formas. La perdedora era la ojiverde, no ella.
Con la barbilla en alto y la espalda recta, para mostrarse segura, fue hasta una de las mesas junto a la ventana. En ningún momento observó a Chiara, no le daría la satisfacción de que la chica de ojos verdes fuera consciente de la atención extra que le daba la pelirroja. Con orgullo abrió su libro de cálculo y empezó a estudiar, anotando las fórmulas.
Pasaron dos horas, Violeta era plenamente consciente de ma presencia de Chiara a unas mesas frente a ella, pero aún así no había levantado la mirada del libro ni una sola vez. Merecía un premio. Justo cuando ya empezaba a concentrarse en la materia, había estado distraída pensando en Chiara la había visto, escuchó una silla arrastrarse.
Su pelo cubría su rostro, por ello pudo observar discretamente como Chiara se levantaba de la mesa con su mochila, dando por terminada su sesión y planeaba irse a su casa. Chiara estaba con los cascos y la mirada perdida en otro lugar, no parecía haberse percatado ni de cerca de la presencia de Violeta en la habitación. A la pelirroja le molestó como también la hizo sentirse aliviada, en partes iguales.
Chiara se estaba yendo, Violeta sintió un ridículo impulso de llamarla o algo para evitar que se fuera. Pero se mantuvo firmemente sentada, a ella no le importaba. Clavó sus ojos en las páginas de números, la siguiente hora estudio perfectamente, ahora sin ninguna distracción. Al día siguiente, en la cafetería, estaba lanzandole miradas asesinas a Denna por haber comido helado sin ella ¡incluso le envío fotos cuando lo hacía, traidora!
La rubia solo se reía, al sonar la campana Denna se fue a sus clases mientras Violeta prefería ir al baño antes. Se estaba lavando las manos, pensando si llegaría a tiempo a la clase de Historia, cuando la puerta se abrió. Sintió un vuelco en el corazón, eran las voces de Lina y, obviamente, Chiara Oliver.
Su cuerpo reaccionó sin preguntarle, fue hasta uno de los baños y se ocultó en el cerrando la puerta con pestillo. Para evitar que la descubrieran se subió en el inodoro, con la tapa cerrada por supuesto. Ni ella misma entendía el por que se escondía ¿Por qué tendría que tener pánico de que la vieran? No le interesaba para nada lo que hablará Chiara con su amiga. Aún así estuvo atenta a lo que decían.
-¿Estudiaste algo, al menos?-Lina le decía a la ojiverde, se escuchaba el agua del lavabo- El examen de inglés es la semana que viene.
-Lo intente, lo juro-Violeta contuvo la respiración al escuchar la voz de Chiara, no entendiendo el porque- Pero se me dificulta, en verdad prefiero cualquier otra materia.
-Tendrías que pasar más horas estudiando-sugirió la castaña.
-Ayer estuve toda la maldita tarde con un maldito cuaderno, Li- Chiara suspiró con una voz rendida- Supongo que ir toda la semana a la biblioteca podría ayudar ¿Verdad?
-¿Cómo ayudaría?-Lina parecía divertida.
-Cuando estudio en la biblioteca me siento más inteligente-dijo la ojiverde y pronto se escucharon las risas de la otra, Chiara bufó- ¡Venga, no te burles!
-¡Es que es absurdo, Chiara!-después de unos segundos más de risas volvió a hablar- Si sigues así terminarás todo el año en la biblioteca.
Estuvieron un rato riéndose entre ellas por falta de interés de la ojiverde en estudiar inglés, hasta que finalmente se fueron. Violeta abrió lentamente la puerta, para asegurarse de que estaba sola. Salió rápidamente del baño, de camino a su clase, pensando que seguramente llegaba tarde, nuevamente algo salía mal por culpa de la ojiverde. Pensaba en no volver a la biblioteca, si lo que decía Lina era cierto, Chiara estaría mucho tiempo con ella durante sus sesiones de estudio. Tal vez podría estudiar en... otra parte, para no cruzarse con la ojiverde. Si, lo mejor era aquella decisión. Se lo estuco repitiendo a si misma durante la primera hora de Historia. Aún así, esa misma tarde se hallaba nuevamente sentada en una de las mesas de la biblioteca, furiosa consigo misma por ir.
Miraba distraídamente su cuaderno, dando pequeños vistazos a la puerta. Ella había llegado más temprano, Chiara aún no aparecía. Al verla llegar se le quedó mirando, Chiara entraba dando un pequeño bostezo. Fue hasta su mesa, Violeta podía verla de frente, y sin darle un vistazo empezó a leer.
Violeta la miraba, como la luz del sol de la ventana tras ella le daba a Chiara en el rostro, haciéndola parecer hermosa. Violeta sintió un extraño calor en sus mejillas ante esos pensamientos, se levantó inesperadamente y, con cuidado de que la ojiverde no la viera, se escabulló por unas estanterías hasta salir del lugar. Estaba confundida, últimamente siempre sentía estas nuevas sensaciones con la presencia de la ojiverde, quería estar lejos de ella. Unos dos días después y Violeta siguió asistiendo todas las tardes a la biblioteca, sin comprender por qué a pesar de no querer ver a la ojiverde no podía mantenerse lejos de ella.
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Hoy ha sido el último concierto de OT, pero, en unos meses veo a Chiara en su primer tour de La Libreta Rosa :)).
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Rivales - Chiara y Violeta
FanficChiara Oliver comienza la secundaria sintiendo las burlas de sus amigos, entre un grupito de chicas que la fastidian conocerá a la popular Violeta Hódar. Durante varios años ellas comienzan una gran rivalidad entre ellas, se odiaban a muerte o al me...