𝐀𝐁𝐖𝐀𝐂 ┃ 𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 «02»

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«𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀»

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«𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀»

—¡OH! ¡OH! ¡OH!

—¡Gracias por el regalo, cariño! —dice Hoseok, mi esposo, después de que su hermano reaparezca disfrazado de Santa Claus y le entregue el paquete.

Mi cuñado me mira a los ojos, frunciendo el ceño. Debe de creer que yo escogí el disfraz. Le queda bien incluso con el cojín que le hemos puesto en el vientre. Dan ganas de clavarle las uñas en el trasero.

—Bueno… Lo eligió tu mujer. —se excusa mi cuñado.

Hoseok da un enorme mordisco al cruasán y, con el brazo en el respaldo de mi silla, apoya la mano posesivamente sobre mi hombro.

—Una buena selección de vinos.

—Muy bien, Seyeong. —me felicita mi suegra.

—El regalo es de los dos. —pretexta Yoongi, intentando conseguir su parte de mérito por haberme acompañado.

Observe la expresión de mi esposo mientras ambos se miran. Probablemente sea la primera vez que se enfrentan cara a cara desde que Yoongi salió del armario y afirmó ser homosexual, algo que la mayoría intuía y mi esposo negaba con empeño. Me concentro intentando detectar algún resto de desprecio o desdén entre los hermanos. Casi escucho el pitido del sonar en mi cerebro.

—Gracias. —contestó Hoseok.

Echa un vistazo a su anillo de boda y luego mira a Namjoon con rendida devoción. Yo observo a Hoseok atentamente. Si alguna vez tuviera que reaccionar mal, debería ser ahora. Él sonríe, mira su plato y luego a mí. Me da un beso en la sien y yo me convenzo definitivamente.

—¿Cómo me tenías tan escondido a tu hermano? Es muy simpático. —le reprocho a mi esposo, cortando un pomelo— Si le hubiese conocido antes, no hubieras tenido ninguna posibilidad.

—Bueno, verás. Lo tenía en el armario.

—No es tan terrible como suena. —aduce mi cuñado sin ofender lo más mínimo— Lo ha puesto todo muy acogedor allí dentro. —todos se ríen. Salvo SeungGi, claro. Mi suegro, patriarca conservador de la familia.

Hago un descubrimiento refrescante. No estoy haciendo ningún esfuerzo. Por eso me siento tan cómoda, aunque esté rodeada de los dos hombres que últimamente me traen loca. Si ocurre algo especial por Navidad, perfecto. Si no, tampoco me va a dar una depresión. Tengo la misma sensación relajada que cuando estoy sentada con mi familia. Si ladeo un poco la cabeza, ni siquiera veo al ogro de mi suegro. HyeEun, la tercera hermana, enumera los regalos que ha recibido. La sortija de oro de Namjoon destella ante la luz cálida del fuego en la chimenea. Él lo roza de vez en cuando con el pulgar y HyeEun lo observa con ternura. Yoongi se ha comido un montón de espinacas salteadas y gratinadas con queso, su tradicional porción de cochinillo al horno y una tostada integral. Mientras él se toma el café en un par de tragos, yo observo mi propio plato y pellizco el pliegue de mi tripa bajo la mesa. Su cuerpo es un templo sagrado. El mío va camino de convertirse en una bola de mantequilla.

—¿Café? —inquiere mi suegra.

Rehúso su ofrecimiento sintiéndome culpable y me levanto para servirme un poco de fruta. No puedo seguir zampando saladitos. Hoseok me sujeta de la muñeca, alzando la vista hacia mí. «Quédate», me dicen sus ojos. Le doy unas palmaditas y él me entrega su taza de mala gana.

—Enseguida vuelvo. ¿Alguien más?

Me entretengo manipulando la máquina de café expreso. Todo resulta un poquito forzado en la mesa. Se me ocurre que soy una intrusa. Junto a Namjoon, soy la única que no pertenece a la familia. Mientras lucho con las enormes pinzas de plástico para coger una segunda rodaja de sandía, percibo vagamente unas voces airadas. Estoy añadiendo a mi plato un pequeño racimo de uvas cuando me doy cuenta de lo que pasa. Ay, mierda. Me apresuro a volver y dejó sobre la mesa mi plato. HyeEun está paralizada y me mira con ojos asustados; Yoongi parece simplemente resignado.

—Lo que quiero saber es por qué tiraste por la borda el curso preparatorio de Medicina. Cualquier idiota puede sacarse un máster de Administración de Empresas. —mi suegro tiene las palmas de las manos apoyadas en la mesa y mira a Yoongi con ojos penetrantes.

Madre mía. Sólo me he ausentado dos minutos. ¿Cómo se ha torcido la cosa tan deprisa? Aunque para que estalle una bomba nuclear basta con apretar el botón rojo. Una reacción en cadena. Le pongo la mano a Yoongi en la nuca, como quien sujeta a un perro de presa por el collar.

—Hay que joderse. Si entendieras algo del asunto, sabrías que es casi imposible sacarse un máster oficial mientras trabajas a tiempo completo. Y yo me lo saqué. Entre el cinco por ciento más alto de mi promoción. Y recibí cuatro ofertas; dos de empresas que aún me andan detrás.

—Me sorprende que lo terminaras si tan difícil era. —replica su padre— Yo creía que también lo dejarías a medias.

—¡Eh, eh! —suelto sin pensarlo. Todavía sigo de pie, y me doy cuenta de que me he puesto una mano en la cadera, preparada para la pelea.

—Seyeong, sólo están... —corta a medias Jihye, que no sabe qué decir— SeungGi, tal vez deberíais hablar fuera.

 —corta a medias Jihye, que no sabe qué decir— SeungGi, tal vez deberíais hablar fuera

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«𝐀 𝐁𝐀𝐃 𝐖𝐈𝐅𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐂𝐇𝐑𝐈𝐒𝐓𝐌𝐀𝐒» ➸ ❝𝗠𝗬𝗚❞ (+¹8) (✓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora