«𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀»
Estamos en casa de mis suegros. Para bien o para mal, pues esta noche he discutido con Antonio, el padre de mi esposo, que es un déspota, bruto y homófobo. Incluso con su propio hijo. Además, esta noche mi marido se ha reído de mí. Afirmando que sólo las niñas y las abuelas se van a la cama tan pronto, y que yo no soy ninguna de las dos cosas.
-Cariño, ¿no crees que eres un poco mayor para esperar a Santa Claus?
No le he hecho ni caso, pues se equivoca. Durante mis cuarenta y cinco años, no he dejado de ser una niña ni un solo día. Le he dado un beso en cada mejilla, sonriendo para mis adentros, confiada en que Yoongi hubiera recibido la carta que escribí con mis deseos para esta noche mágica. Me he duchado antes de acostarme y luego me he puesto crema hidratante, pues tengo la piel bastante delicada y se me reseca e irrita por el frío invernal. Por último, me he puesto un pijama especial, uno que he comprado especialmente para esta Nochebuena, y me he metido en la cama sintiéndome limpia, suave y preparada para la llegada de mi Santa.
Al entrar en nuestra habitación constató que el somnífero que he añadido al vino de mi marido ha hecho efecto. Éste duerme en su cama como un bendito, respirando de forma pesada, profunda. Ya bajo las mantas, siento los nervios centrifugando mi estómago, es una renovada emoción navideña, esa que hace tan especiales estas fechas. Aguanto despierta hasta no sé qué hora, cuando, de repente, oigo ruido en la puerta acristalada que da al jardín. Me estremecí de pies a cabeza, en completo silencio, y entonces oigo desplazarse la hoja de la puerta del jardín, abajo. Luego me llega el ulular del viento, y de nuevo el silencio. Después, unos pasos sordos sobre la alfombra del comedor, el golpecito al posar el vaso de cristal que dejamos preparado con un poquito de ron, y los mismos pasos rítmicos en la escalera.
Me volteo en la cama, abrigada del frío entre las mantas y el duro colchón. Me acodó en una de las almohadas, separó las piernas y arqueó las caderas. El reflejo de las luces navideñas que han puesto para decorar el belén, me avisará cuando se abra la puerta. Escucho con atención los pasos provenientes del pasillo, y pienso qué irónico es que esté aguardando la llegada de mi cuñado en la habitación que mi esposo y él compartían siendo niños. Bajo la manta hasta las corvas, destapando mi cuerpo. Hace rato tenía frío, pero creo que me ha subido la temperatura. Repto boca abajo, elevando los hombros sobre la almohada. En la oscuridad, aprieto las rodillas y balanceo mi culo con nerviosismo, lascivamente. Santa Claus recibió mi carta, porque es él quien ha entrado por la puerta del jardín, se ha bebido el ron y viene por el pasillo en dirección a mi cuarto. El corazón me golpea febrilmente en el pecho.
Ha atravesado el salón sin tropezarse. Excepto las que estaban usando HyeEun y Namjoon, el resto de las sillas las he colocado en su sitio, pegadas a la mesa o a la pared para que no estorbaran. Recogimos entre todos, desoyendo las protestas de mi suegra, que bastante tiene con aguantar al zoquete de su marido. Solo de esa manera, Yoongi podría evitar el árbol de navidad, las cajas de regalos, los globos, las guirnaldas y los muebles accesorios de la casa. No quisiera que Santa Claus golpease nada que no sean mis nalgas. Oigo sus pasos hasta que se detiene al otro lado de la puerta. Aguarda fuera y me hace contener la respiración. ¿Habrá dejado alguien de roncar? ¿Habrá hablado en sueños mi cuñada HyeEun? Para llegar, ha tenido que pasar por delante de su dormitorio. ¿Se habrán desvelado? Espero que no, que sigan durmiendo, que no haya peligro.
Tengo el corazón a punto de salírseme del pecho. Fuera del cuarto persiste el silencio absoluto. A lo mejor mi cuñado ha hecho una pausa para ponerme aún más nerviosa, para aumentar mis ganas de estar con él, bajo su cuerpo fornido, mordiendo la almohada para acallar mis gemidos, con su aliento en mi nuca como tantas veces he soñado. Me remuevo sobre las sábanas, cruzó y descruzo las piernas, las flexiono. De cintura para abajo, soy como una rana con las ancas abiertas, irguiendo el trasero con anticipación. Continúo con los cinco sentidos alerta. Entonces, el pomo de la puerta emite un leve chirrido, casi imperceptible, pero que yo reconozco perfectamente. Es el sonido que hace girar.
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«𝐀 𝐁𝐀𝐃 𝐖𝐈𝐅𝐄 𝐅𝐎𝐑 𝐂𝐇𝐑𝐈𝐒𝐓𝐌𝐀𝐒» ➸ ❝𝗠𝗬𝗚❞ (+¹8) (✓)
Random❀┃𝐅𝐈𝐍𝐀𝐋𝐈𝐙𝐀𝐃𝐀(✓) (Recuerden que me ayudan un montón sí dejan sus like's y Comments. Sí te gusta mi contenido, follow me para más) ❤️🩹 ❝Navidad, tiempo de dar y recibir... pero también de ponerte creativa; « Si un hombre grande te pone en...